Los Sevens

Este finde se ha celebrado, como cada año por esta época, el famoso torneo de rugby «Hong Kong Sevens«. Aunque no sea en especial un gran fan de este deporte, decir que por estos lares se sigue con gran intensidad. Cada año se dan cita en Hong Kong algunos de los mejores equipos del planeta para disfrutar unos intensos 3 días de comepetición, este año del 27 al 29 de Marzo y 24 equipos en la competición.

Dicha competición se originaría por allá en 1975, y desde entonces, lo que fue la idea de hacer un pequeño torneo, se ha ido convirtiendo con el paso de los años en un evento más popular y que, además de espectáculo, se caracteriza por el gran ambiente de fiesta protagonizado por los fans de los equipos.

Lástima que no haya podido vivir parte del ambiente de este finde, aunque ya me imagino las calles de LKF en las celebraciones antes y después de los partidos, jeje 🙂

Una forma distinta de pasar un finde en Hong Kong. Espero que lo hayan disfrutado todos los presentes 🙂 … y hasta la edición del año que viene, que ya muchos estarán pensando en ella.

Parecidos

Si no fuera porque ayer me sucedió un hecho curioso, no habría caído en la cuenta de escribir un post con esta temática. Ahora es cuando me vienen a la mente las palabras de mi padre que un día me pasó en un mail, links relacionado con otro «Javier Sampedro».

Por ejemplo, si a uno le diera por hacer una búsqueda en Google con el nombre indicado anteriormente, nos saldrían los siguientes resultados:

Y en cabeza de los resultados, se encuentra: Javier Sampedro (http://es.wikipedia.org/wiki/Javier_Sampedro) de profesión científico y periodista, nada que ver con lo que yo me dedico. Es ahí cuando me han confundido con tal importante figura de la ciencia, que no deja de ser un honor para mi, sin duda.

He de decir que mi nombre completo es: Javier Ignacio Sampedro Hernández. Lo sé, un poquito largo, asi me hago distinguir, jeje. Y no veas cuando a veces tengo que rellenar alguna tarjeta de inmigración, por poco no me entra…

¿Puede que alguna vez alguien los haya confundido con alguna persona importante por tener un nombre de similar parecido? Esta es la primera vez que me pasa, y no deja de ser curioso y grato a la vez 🙂

Había una vez…

… un barquito chiquitito, que no podía, turururu 🙂 Aunque me da que la popular canción no encaja del todo con este «barquito» según dicen uno de los mayores de Europa. Tuve la suerte de verlo estando atracado en el puerto de Santa Cruz de Tenerife.

Así a lo lejos no podemos percatar de su tamaño, realmente enorme, no les parece? Y el nombre, que no puede faltar: MSC Fantasía, con una eslora de 333 metros y 60 metros de altura, ahí es nada. Creo que la primera vez que veo un barco de tal calibre, aunque en su momento también pasara por el mismo puerto otros cruceros de gran importancia como el Queen Mary II y otros de gran lujo.

Aquí se puede apreciar mejor la altura del crucero, si es que es como una pequeña ciudad flotante. Tampoco voy a ser yo quien los maree con las cifras sobre este gigante del oceáno. En su página web pueden ver con más detalle las distintas secciones con las que cuenta el barco, no la falta de nada (cine, sala de conciertos, bolera, casino…) www.mscfantasia.com

Y por si fuera poco un crucero, el puerto en ese momento contaba con otro crucero atracado. Pero sin duda, quien más protagonismo acaparaba en ese momento era el que nos ocupa en este post.

Para la gente que sea de ciudades costeras o cercanas al mar, seguro que están acostumbrados a ver barcos de grandes dimensiones de vez en cuando, no? Por poner un ejemplo, me imagino la gente de Barcelona, uno de los puertos principales del Mediterráneo. De hecho, este barco hace escala en dicho puerto en su travesía mediterránea.

Mira por donde que aún no me he subido a un crucero, igual debería pensar en esta opción para un próximo viaje y dejar el avión por esta vez, jeje 🙂

¡Calamarrrr!

Será que la hora de comer se va acercando o es que tengo demasiadas ganitas yo. Mientras algunos vayan a empezar con el desayuno, yo tendré más que digerido el almuerzo, jeje. A lo que iba… si uno visita Taiwán, una de las cosas que no pasa desapercibida, es la comida y vaya si hay puestecitos.

En concreto, en la zona de Danshui, fue donde empezamos a probar algunos de los aperitivos que nos podían ofrecer los diversos puestecitos de la zona. Y al tratarse de una zona costera, ahí es donde aparece nuestro amigo marino. De entre muchos de los puestos, llamaba la atención este por la cantidad de gente que hacía cola, y otros curiosos que no podían evitar girar la cabeza para echar un vistazo a lo que se estaba allí cocinando.

Tal y como nos comenta el cartel de la foto izquierda, nos podemos llevar 3 calamares por 100 TWD, o lo que es en euros: apenas 2€. ¿Barato o caro? yo diría que para la cantidad de calamar resultante, es un chollo y te pones las botas. Como no, compartiendo, aunque seguro que si me pongo los calamares vuelan, y no por ser glotón, sino que estaba realmente bueno, ahí con una salsita medio agridulce-medio barbacoa que le daba un toque rico, rico.

Siempre quedará elegir la opción de llevarnos tan solo 1 calamar mediano o sino, 1 grande, pero a la larga no sale mejor comprando los tres y compartirlo. Tanto nos gustó a mi novia y a mi, que a la vuelta creo recordad que pillamos otro más, un vicio la verdad.

La parrilla a rebosar de calamares, la chica no daba a basto. Y una vez bien hechito, siguiente paso en la cadena: se lo pasa a la chica de al lado que lo trocea y coloca en el correspondiente cacharrito con sus palillos, y a comerrr!!

Después de hablar de ello, los dientes largos que se le ponen a uno, jaja. Aunque también por Hong Kong se pueden encontrar puestecitos, no tan abundantes, pero para hincarle el diente a un calamar, bolitas de pescado… tengo que hablar de ello 🙂 Que aproveche!