El día de las terrazas

 

Siguiendo el itinerario «pensado», aunque digamos que improvisado y cuadrando las cosas sobre la marcha, la noche anterior acordamos con el hostal que nos reservara plaza en la excursión a Longji. El objetivo: visitar las terrazas de arroz de Longsheng (龙胜梯田).

Todos en pie tempranito y desayunados que la guagua nos viene a recoger a eso de las 8 de la mañana, aunque luego tuviéramos un poco de retraso respecto al horario previsto. Es lo que implica tener que ir recogiendo a turistas repartidos por distintos hoteles de la ciudad, hasta que estamos todos juntitos y algo que nos repetía nuestro guía Nick: «Please follow me and don´t get lost. Please follow me». Mensaje captado, aunque seguro que algunos se despistan en el camino o en la hora que debemos encontrarnos para ir de vuelta a la guagua. Parece ser que esta vez, fuimos un buen grupo 🙂

En un trayecto de 2 horas recorriendo las carreteras hacias las afueras de Guilin, una de las paradas que hicimos antes de hacer el ascenso hacias las terrazas, fue en la aldea de Huangluo Yao. Un marco incomparable rodeado del verde de plantas y árboles, con el paso de un riachuelo y bonitas casas de madera.
 

Es en esta aldea donde viven las mujeres de la etnia Yao que tiene la peculiaridad de poseer un pelo larguísimo y que sólo se cortan una vez en la vida. ¿El secreto? parecer ser que se lo lavan varias veces al día con agua que usan para limpiar el arroz. Curioso, no?
 

Después del paso por la aldea, continuaríamos el camino hacia la aldea de Ping An que marcaría el inicio de nuestra subida para poder disfrutar de las terrazas desde más altura. Como curiosidad, antes de llegar a este punto, debido a la estrechez de la carretera tuvimos que cambiarnos a unas guaguas algo más chiquitas pero no veas como subía de lanzado el conductor, será cosa de la experiencia. Vamos a ello, por delante unos 20 minutos de subida hasta alcanzar el poblado.
 

Apenas habíamos dado unos pasos y las vistas ya prometían, ¿cómo sería desde más arriba? dentro de poco lo podríamos comprobar.
 

Caminos de piedra entre las casas, sin apenas rastro de gente. Habíamos tenido la suerte de coger un camino alternativo, estábamos nosotros solos y las terrazas, y el paisaje iba ganando en colorido: montañas de fondo, el verde de la hierba y salpicado con los tejados de algunas casas. Tranquilidad absoluta y el sonido del viento tras nuestros pasos, no tiene precio.
 

 

Qué ganas de poder perderse por los arrozales durante horas, no? Lástima que no disponíamos de más tiempo, con lo que había que aprovecharlo al máximo.
 

 

Desde el punto más alto que pudimos alcanzar, las terrazas en todo su esplendor. La lluvia caída la noche anterior había hecho un buen trabajo; verde, verde… una gozada para la vista.
 

 

 

El par de horas que tuvimos para movernos por la zona supieron a poco, pero yéndonos con un buen sabor de boca. Y si nos hubiéramos quedado hasta el atardecer… ¿quizás para otra ocasión? nunca se sabe, pero sin dudarlo, no me importaría repetir la experiencia y hacer noche en la aldea. Estas terrazas nunca se ven igual dependiendo de la estación en la que nos encontremos, eso sí, el espectáculo está asegurado.

 

15 comentarios en «El día de las terrazas»

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. Qué maravilla de lugar !! Las terrazas de campos de arroz se ven preciosas.
    El agua de lavar el arroz es también muy bueno para lavarse la cara, pero no tenía ni idea de lo del pelo !
    Un abrazo !

    1. Desde luego que es una visita muy recomendada y no me importaría ir en otras estaciones del año, aunque el verde que lucen en veranito es envidiable.

      Interesante lo de estas mujeres. Lástima que no pudiera ver a ninguna con el pelo en toda su extensión. Ya ves que moños se traen, jeje.

      Un abrazo.

  3. Siempre me han llamado mucho la atención los arrozales así en terrazas. Una pasada de sitio… qué pena que esté tan lejos! 🙂

    1. Increíble la disposición que tienen y lo estrechito que es el borde para pasarse de unas a otras. Nosotros nos aventuramos un poco, aunque con cuidado. Merece la pena ir.

  4. el lugar es acojonante pero para vero y disfrutar porque para trabajar es bastante duro con esto del arroz la gente se queda ciega. Hace un tiempo publiqué una entrada en mi blog sobre las obras de arte en los arrozales de japón no si lo conoces pero es maravilloso

    Un saludo

    1. Desde luego que el trabajo del arroz es duro y más en estas condiciones, subir y bajar por las terrazas tiene que ser agotador.

      Me pasaré por tu blog para darle un vistazo a la entrada que comentabas.

      Un saludo.

  5. Sigo pensando que nos faltó meternos más en las terrazas de arroz. Apenas os salísteis del camino y me llamábais loco cuando me adentré un poco en un bancal. Cuando uno va a ver arrozales tiene que estar dispuesto a meter la zarpa donde sea para conseguir buenas fotos, jeje. Si esto es aventurarse, en SaPA ni te cuento. Allí sí que hay que cruzar los bancales por el borde para poder continuar el camino. Uno de mi grupo estuvo a punto de perder la zapatilla y yo acabé de barro hasta la rodilla incluso con los bancales secos de agua.

    Las terrazas de Longsheng me parecieron muy bonitas, los colores eran preciosos, pero el viaje me supo a poco, como dices nos faltó tiempo. No sé si es que lo organizamos mal o realmente no hay más que ver. En SaPa las terrazas de arroz se extienden por valles y más valles. Cuando vayas al Norte de Vietnam pasa unos días en SaPa y comparas. 😉

    1. A mi la verdad no me hubiera importado adentrarme más por las terrazas, lo que como iba algo más cargado pues no quería arriesgarme a dar un traspies. Seguro que si repito yendo al lugar o como dices, cuando vaya al Norte de Vietnam me aventuro más 🙂

      Ese día de excursión se aprovechó lo que se pudo, aunque igual si hubiéramos ido con más tiempo lo de hacer noche en Ping An habría estado bien y poder disfrutar del atardecer y al día siguiente un buen madrugón para ver el nacer de un nuevo día.

      Sabes que tengo pendiente lo de Sapa, Hanoi… que ganas, a ver cuando tengo tiempito y lo hago, que cada vez que posteabas algo nos dejas con los dientes largo 😛

    1. A mi me dejó con muy buenas sensaciones. Tendré que recorrerme el blog para buscar cuando pasaste por allí, seguro que hay fotos muy buenas como siempre.

      Gracias por pasarte por aquí.

      Un saludo!

  6. Mi buenas javier!!!

    Ya estamos de vuelta de las vacaciones, menudo sitios bonitos que estas visitando me hinunda la envidida.
    Por cierto, esas fotos me han recordado grandisimamente a los paisajes del film de Jackie Chan y Jet Li «Forbidden Kindong» a.k.a «El Reino Prohibido», tanto que estoy casi seguro de que debe ser el mismo lugar, cuando el chico llega al reino por primera vez.
    un abrazo!!

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