Langham Place

 

La entrada de ayer no tardó mucho en ser descubierta y como bien decía Alberto se trataba del centro comercial Langham Place. Edificio situado en pleno centro de Mongkok al lado de la estación de metro del mismo nombre y que forma parte del conjunto que incluye el Langham Hotel. Una de las opciones de hoteles por la zona, aunque también podremos buscar algunos bed and breakfast en el centro de Hong Kong si quisiéramos cambiar el lado de Kowloon.

Un espacio amplio y bien aprovechado donde tienen cabida bastantes tiendas, restaurantes o un cine, repartidos en 15 plantas. Sirve también como espacio para albergar algunas exposiciones temporales, algunas de ellas tan interesantes como ésta que los mostraba hace poco. Como podemos ver en el mapa, una de las salidas (C3) desemboca directamente en la parte baja del edificio, perfecto para los días de lluvia sin tener que pasar por la calle.
 

Un estilo que rompe con los alrededores, tanto por la altura como la estética. En un día soleado, luce imponente alzándose entre los edificios restantes. A su izquierda tenemos el hotel que se encuentra conectado a través de una de las plantas del centro comercial.
 

De noche, con las luces, los reflejos… es como si el edificio se transformara. En verdad es un contraste interesante entre la vida que se desarrolla por sus bajos: wet markets, puestos de snacks, restaurantes locales… pero todo convive en armonía.
 

 

Esto me recuerda que paseando por Londres, me llamo la atención este cartel:
 

Muy distinta esta zona en la capital británica. Dos ciudades, dos estilos pero con un nexo común: el nombre.
 

¿En dónde?

 

La entrada de hoy va a modo de adivinanza. En la foto que muestro a continuación, el interior del lugar en concreto. A ver qué pueden sacar lo que ven. La respuesta mañana 🙂
 

Seguro que los que ya hayan visitado la ciudad, habrán pasado por este sitio pero para aquellos que aún no hayan podido estar, algunas pistas:

– No está en la isla de Hong Kong.
– Cerca de una zona que frecuento a diario.
– Muy bien comunicado y fácil acceso.

Ummm, ¿será difícil? yo apuesto a que lo aciertan muchos a la primera. Espero sus respuestas 🙂

 

El abalone

 

Aunque sería más correcto decir: el abulón o también oreja de mar. Abalone es el nombre que recibe en inglés este peculiar molusco y cuya carne es tan apreciada en la gastronomía china. Sinceramente, antes de haber llegado a Hong Kong, poco o nada había oído hablar de él pero ahora ya me resulta de lo más familiar. Y como cualquier molusco que se precie, aquí está la concha de un abulón en cuestión. La verdad que como elemento decorativo también quedaría bien en casa, no?
 

Seguro que si han venido a Hong Kong, les habrá llamado la atención estas tiendas de pescado seco en las cuales podemos encontrarnos el abalone. Colocados en tarros transparentes y con abalones de distintos tamaños, y de ahí también el precio. Puede que a algunos no les parezca atractivo así de entrada, pero una vez lo prueben seguro que las sensaciones son distintas.
 

Al tenerlo en estado seco, al igual que otros muchos «frutos del mar», la conservación se hace más duradera. También, suele usarse como ingredientes en sopas chinas mezclado con otros ingredientes que requieren de muchas horas de cocción y son muy apreciadas por sus cualidades saludables.

Existe un restaurante en Hong Kong llamado «Forum Restaurant» (富臨飯店), cuyo cocinero Yeung Koon Yat, tiene como plato estrella: Ah Yat Abalone. No sé si la apariencia del mismo será como la foto de a continuación, pero al menos para que se hagan una idea de cómo queda una vez puesto en la mesa. Suele ir acompañado de una salsita y en este caso con algo de verdurita, una presentación minimalista desde luego 🙂
 

 

Yo he podido comerlo en un par de ocasiones pero siempre ha sido en alguna celebración especial y es que, por lo general, su precio no suele ser barato y por eso es mejor reservarse para ocasiones como estas (bodas, cenas de celebración…)

Si tiene ocasión de probarlo no dejen de hacerlo, se los recomienda un servidor. Luego me cuentan impresiones.

 

Night life

 

Después de haber pasado tres noches en Guilin y alrededores, le tocaba el turno a Yangshuo donde pararíamos durante una noche y pondría punto y final a nuestro recorrido durante el viaje, ya que, al día siguiente nos separaríamos siguiendo caminos distintos.

El sábado por la mañana llegábamos a Yangshuo en un trayecto de apenas 2 horas en guagua desde Guilin. Mientras el calor apretaba nos disponíamos a ir en busca de nuestro hostal e instalarnos. Ese día fue bastante completito con la travesía por el Río Li disfrutando de un paisaje espectacular, que por cierto, dentro de poco les contaré aunque si quieren pueden recrearse con las fotos y el genial relato de Alberto buen amigo y compañero de viaje. Ni qué decir tiene que al final del día, el cansancio acumulado se notaba pero no nos podíamos dejar por el camino el salir a ver el ambiente que se respira por la noche en la ciudad, y no vean qué ambiente.
 

Aquí es donde está la acción, en Western street (Xi Jie). Cantidad de puestecitos a cada lado de la calle que de entrada me recordaron al mercado nocturno de Shilin cuando estuve por Taipei, qué cosas ricas por aquellos lares. Un poco más adelante: bares, restaurantes, tiendas… y es que también era sábado noche, como para quedarse en casa, no?
 

Todo ello adornado con el peculiar color de los neones colocados en las fachadas. Hasta las casita un poco más antiguas tenían su toque moderno con su correspondiente neón, hay que estar a la última 🙂
 

 

Y entre tanto cartel, alguno curioso que saltaba a la vista como este: una empresa que ofrece servicios de escalada. Me pregunto que opinará Peter Parker, desde luego que en él se puede confiar 😀
 

Me gustó especialmente este puestito que vendía camisetas con las caricaturas de algunos personajes famosos. Desde el mismísimo Bruce Lee, Obama y ¿Bin Laden?…
 

Lo mejor que hacíamos después de llevar un rato dando vueltas por las callecitas y curioseando, era entrar a cenar que el estómago empezaba a quejarse. A ver, a ver… este de aquí, el de más allá y nada a lo que sea. El lugar que entramos, de lo más curioso y ante todo tranquilo. Un vistazo al menú y se nos antojó comer dumplings, y mientras esperábamos a que llegase la comida: anda un Conecta 4!! y entre traguito y traguito de cerveza o agua, venga a meter fichas. Qué buenos recuerdos me trajo cuando apareció la camarera con el juego.
 

A la luz de los farolillos, buena compañía y conversación. Y la suerte que tuvimos, ya que, al poco de haber llegado al restaurante: brum pam pum pam brum… alguien estaba moviendo cosas por allá arriba entre las nubes y éstas empezaron a descargar unos buenos litros de agüita. Nosotros sanos y salvos disfrutando de la cena tranquilamente.
 

 

Para cuando habíamos terminado, ya sólo quedaban las calles mojadas y el ambiente se respiraba más fresco, que era de agradecer. Bueno chicos, lo de una copita lo dejaremos que mañana hay que madrugar un poquito para aprovechar la mañana que nos queda. Un paseíto de camino al hostal y a dormir del tirón, eso sí que es vida nocturna.