Dulcito

 

Antes que todo, dar las gracias a todas las felicitaciones recibidas tanto por Facebook, correo y twitter también. Siempre hace ilusión recibir los buenos deseos desde distintos puntos del planeta, es lo bueno de las nuevas tecnologías que ayudan a tener a toda esa gente más cerca a pesar de la distancia, en especial los buenos amigos y familiares.

En un día como este, tampoco podía faltar el toque dulsito y más si a un servidor le gusta un buen postre o dulces varios. Para sorpresa mía, hace un par de semanas recibía esta tarjeta en nombre de Smartone-Vodafone con la cual podía obtener de forma gratuita entre los siguientes productos: tarta de Cova, botella de vino tinto o unos brazos de gitano con crema.
 

Y de cabeza que me fui a por una tartita, sólo me quedaba el «dilema» de elegir la adecuada, nada fácil teniendo todas tan buena pinta en el catálogo on-line. El viernes pasado llamaba para reservarla con tiempo suficiente y esta mañana he ido a recogerala, toda muy bien presentada con su cajita…
 

… y lo más importante en su interior 😀 tachaan! tarta de dos chocolates y adornada con unas hojitas de papel de oro junto con unas frambuesas. Sólo verla y la boca se deshace sola. Seguro que muchos me «odiarán» viendo estas fotos, y las ganas de comer que les voy a provocar, jeje.
 

 

Veredicto: sin palabras. Algo compactita pero con el punto justo de suavidad y el sabor del chocolate negro combinado con la capita blanca del medio. Combinación perfecta para endulzar el día compartiendo la tarta con los compañeros de la oficina. La tarta voló en cuestión de minutos.

Si pudiera les invitaría a compartir un trocito de tarta conmigo. Gracias por alegrarme el día y endulzarlo también.
 

Tradición

 

Cuando somos pequeños pocas veces somos conscientes de lo importante que resulta el apoyo de nuestros padres para tener una vida lo más fácil posible y que no nos falte de nada, no obstante, ese es el deseo de todo padre y madre. Conforme pasa el tiempo y tenemos más conciencia, sabemos de los esfuerzos que han realizado y realizan por nosotros y como nos gustaría poder compensarlo de alguna forma.

¿A dónde quiero llevar esta reflexión? desde luego que todo esto que se nos ofrece y es ley de vida, no está escrito en ningún lado que debamos «devolver» el dinero invertido en nuestra educación, pero si que querramos portarnos con ellos como se merece con alguna comida o detallito. Ahora bien, hay ciertas diferencias entre la cultura occidental y la oriental, que es el tema que quería tratar con esta entrada.

Por suerte, nuestros padres pueden tener acceso a una pensión, ya que, bastante años trabajando para que luego puedan vivir bien cuando les toque la hora de jubilarse. Ya sé que no todo el mundo no tiene la pensión que le gustaría, pero es algo a lo que uno se puede agarrar para salir para delante. En cambio, hasta hace unos años, este derecho no existía aquí hasta que se implantase el sistema denominado MPF (Mandatory Provident Funds) y viene a ser como nuestra Seguridad Social, reteniendo del salario un porcentaje que aporta a partes iguales la empresa y el trabajador. ¿Y los años anteriores hasta que se implantase este sistema? una pena que todos aquellos que llevaban años trabajando, estos años «no cuenten».

Pero detrás de los padres en Hong Kong, siempre ha estado y estará la figura de los hijos. Una vez que estos empiecen a trabajar y de forma mensual aportarán parte de su salario para sus padres. Una ayuda que siempre permanecerá a pesar de que cuando llegue el momento de ser independientes y ya no estén en el domicilio familiar. En mi opinión es una ayuda merecida, pero a veces algo no tan justa, ya que, si uno está empezando y no tiene un sueldo tan alto, apenas le da para independizarse. Desde luego que es una tradición respetable pero no deja de ser un poco estricta, ya que, he sabido de algún caso en que ese mes una persona estuviera ajustada de presupuesto y los padres digamos exigieran su parte mensual sin importar explicación alguna, y eso si que es un poco duro. Respecto a China continental, desconozco si este sistema funciona de igual forma.

Espero que el MPF ayude con el tiempo a que los ciudadanos puedan gozar en un futuro de unos fondos suficientes para su tranquilidad el día en que se retiran y no depender de la ayuda de sus hijos, aunque siempre es bienvenida y se tiene la obligación moral con ellos.

Desde luego que la tradición de ayudar a los padres con parte del salario perdurará en el tiempo, pero puede que las cosas cambien con el tiempo, no?
 

 

El lado sur

 

El domingo pasado tocaba madrugar un poco, ponerse en marcha a las 8 de la mañana y poner rumbo a Aberdeen, lado sur de la isla de Hong Kong. Trayecto de metro y luego guagua desde la estación de Hong Kong debajo del centro comercial IFC.

La ruta número 75 nos lleva en apenas unos 20-25 minutos. El tiempo en ese día como pueden apreciar en las fotos, era espléndido. Ligera brisita que soplaba y el calorcito del sol se iba dejando notar, eran las 10 en ese momento pero ya había cierta actividad en la zona, gente que como nosotros quería aprovechar el día y salir a navegar. Nosotros en cambio esperábamos una embarcación que nos llevara hasta Middle Island, lugar donde llevaríamos a cabo el entrenamiento de remo.
 

Una cara totalmente distinta al norte de la isla. A pesar de tener algunos edificios altos como se puede apreciar en algunas fotos, es una zona menos masificada y en la que el verde predomina más. Parte industrial y parte residencial, junto con su puerto deportivo donde poder encontrar «barquitos» de muy buen ver. Hasta se da un aire con el puerto de Mónaco, es un decir 😛
 

 

Seguro igual habrán apreciado que el color de las fotos es un tanto «no natural». En concreto las saqué con el móvil y haciendo uso del programa Camera360 con el filtro HDR (suave). ¿No quedaron mal verdad? al menos los tonos azules (del agua y el cielo) ganaron algo en intensidad, un efecto interesante para este procesado instantáneo.
 

No se por qué, pero este barco se da un aire con el que Quicoto tuvo la suerte de hacer aquella travesía. Yo no diría que no a un paseito en barco en una mañana de domingo.
 

Y claro, no se me podía olvidar uno de los lugares estrella cuando visitemos Aberdeen, se trata del restaurante Jumbo. Buen lugar para disfrutar tomando algo en su terraza superior o de comida china, sin que falte el pescado o marisco. Les parecerá mentira, pero aún no he ido en todo este tiempo. A ver si me cuadra un fin de semana o si tengo visita por la ciudad les llevo allí y así lo pruebo yo 🙂
 

 

Un trozo de historia

 

Como en toda ciudad que se precie, el progreso tiene sus cosas buenas y otras no tanto, o digamos que malas. A veces es el afán de arrasar con todo lo que tenga aire de «viejo», de otra época y dar paso a la modernidad sin dejar rastro del pasado. Cuantas veces habré pensado lo bien que luciría el centro de Hong Kong con más edificios de estilo colonial.

Los rascacielos se abren paso en el centro de la isla, aunque aún quedan sitios que permanecen digamos ocultos y mantienen la esencia de la ciudad viajando 50 años atrás. Uno de estos sitios es Wing Lee street, situada en la zona de Mid-levels en el distrito de Central. Una callecita muy peculiar que sobrevive al paso del tiempo.
 


 

Un conjunto de casas de aspecto descuidado en la que llevan viviendo sus familias desde hace décadas pero parece que la autoridad de renovación urbana (URA) quiere desmantelar este bloque y dar paso a la modernización de dicha calle. Y ahí es cuando saltó la polémica hace unos meses.
 

 

Una zona tranquila, donde apenas se escucha el pasar de los coches y a pocos minutos del centro. Desde luego que un sueño para cualquiera de las principales constructoras que se disputan la mayoría de terrenos en la ciudad. ¿Cuánto más aguantará en pie la calle? espero que la presión popular haga efecto y se replanteen conservar esta parte de la ciudad.
 

Es el lado «cutre» de una ciudad como esta, pero que le da ese encanto particular. Que sorprende tanto a los que vivimos aquí como a la gente que está de paso. Parte de la herencia de la ciudad y que nos permite viajar en el tiempo con tan sólo un vistazo.
 

 

Seguro que sus ciudades habrá pasado algo similar en alguna ocasión. Se acuerdan de esa plaza, de ese edificio… un rinconcito de la ciudad que conocíamos desde nuestra infancia y ahora ya sólo forma parte de nuestros recuerdos. Espero que recapaciten y a pesar de lo valioso del terreno por ser esa zona en concreto, dejen de lado sus planes ambiciosos y miren hacia el pasado.