Mejorar

 

¿Qué sería de las ciudades si no nos preocupásemos en intentar conservar su legado histórico? El pasado es importante conservarlo, ya que, marca la identidad del lugar. Poder observar la evolución a lo largo de los años y que las futuras generaciones aprendan al respecto.

Me ha parecido interesante dar a conocer esta web: DesigningHongKong, donde se recogen bastante iniciativas en las que se intenta conservar la imagen de la ciudad y/o alternativas a algunos proyectos para no causar daño a zonas protegidas dentro del entorno verde, que es parte importante del territorio de la ciudad.
 

 
De entre los artículos que podemos encontrar en ella, podría destacar los siguientes:

Colocación de edificio de ventilación cerca del IFC
Conservación de los mercados callejeros
Cuartel central de la Policía. Edificio del cual hablaba no hace mucho

Entre la colaboración del gobierno y los ciudadanos, está al alcance de todos hacer que la ciudad sea un mejor sitio para vivir, donde haya un equilibrio entre los edificios, zonas comerciales y las zonas naturales. Sabemos de las limitaciones, principalmente de espacio pero siempre hay alternativas que sean respetuosas con el medio y satisfagan a ambas partes. Ya se sabe que llegar a acuerdos en ciertos aspectos, no es del todo fácil pero habrá que sentarse y dialogar.

Eso me recuerda que hace poco ha saltado la polémica por otra decisión de reubicar a las empresas que se encargan del reciclaje en la ciudad. Lo que amenazaba con que los servicios de reciclaje se paralizaran, causando un caos en la ciudad. Papel, latas, vidrio… acumulándose sin ser recogidos.

El reciclaje es un aspecto importante que no se debe descuidar. Después de las celebraciones del Nuevo Año Chino, en las cuales se reparten muchos sobrecitos rojos, es bueno poder reutilizarlos y darles un buen uso, concienciar a la gente para ello.

Muchos proyectos para los próximos años y por supuesto, no siempre a gusto de todos. Veremos cómo van evolucionando y hacen de la ciudad un mejor lugar para todos.

 

Visitando Huizhou

 

Dentro de toda visita que se precie, los rincones turísticos es algo que no puede faltar. En este caso al ir con un tour organizado pues uno ya iba a tiro hecho, cosa que facilita las cosas aunque a veces a uno le gustaría disponer de algo más de tiempo para campar a sus anchas y sin limitaciones de horario.

Al estar en plenas celebraciones del Nuevo Año Chino, se podrán imaginar lo animado que estaba todo. Bastantes adornos entre farolillos y figuritas. La gente paseando de un lado a otro aprovechando el buen tiempo reinante, aunque a pesar de existir un poco de bruma el sol estaba pegando de lo lindo. Yo pensando que iba a hacer más frío al estar un poco más al norte de Hong Kong, pero la chaqueta que llevé, bajo el brazo o en la guagua en la que realizábamos nuestros desplazamientos. Se agradecía el solito.
 

Igual han visto en alguna ocasión un árbol cargadito como este, lleno de lazitos rojos. La gente escribe un deseo y luego tiene que conseguir que se quede enganchado en una de las ramas.
 

Parece fácil, pero este buen hombre se tiró su rato hasta que consiguió enganchar el lazito en una de las ramas.
 

Tampoco puede faltar la comida. Los puestitos abundaban a todo lo largo del camino, desde salchichas o piñas de millo, huevos hervidos o incluso, si se fijan bien en esta foto, cotufas. Luego no me digan que no hay donde elegir, tanto para los pequeños como para los adultos. Dar un paseo de domingo mientras picamos algo.
 

Ya se sabe lo habitual que es ver a la gente, paraguas en mano, para protegerse de los rayos del sol cuando estos van ganando en intensidad. Estas señoras desde luego si que iban bien preparadas, hasta con sus respectivos gorritos. Vayan por la sombrita 🙂
 

Bueno, pero estarán pensando: «¿no nos ibas a hablar de las atracciones turísticas?», en efecto. En esa mañana de domingo nos encontrabamos recorriendo los alrededores del Lago Oeste de Huizhou, uno de los puntos de interés de la ciudad. Según nos contaba el guía, guarda un cierto parecido con el lago que se encuentra en Hangzhou (cerca de Shanghai) pero la diferencia de tamaño es más que considerable, ya que, el de Huizhou es tres veces más pequeño. Su extensión total es de 3,2 km2 de los cuales 1,4 corresponden a agua. En su conjunto hay cinco lagos, seis puentes y ochos lugares de interés.
 

 

Yo aún no he tenido la suerte de visitar el lago de Hangzhou pero gracias a la experiencia de mi amigo Alberto puedo decir que el de Huizhou se queda un tanto empequeñecido, y no sólo por la diferencia en su extensión sino por la belleza del paisaje. Igual es cuestión de volver en otra ocasión con más calma y descubrir los rincones de este lago.
 

De entre los sitios a visitar, destacar la Pagoda de Si Zhou o también conocida como Pagoda de Jade. Una estructura de base octogonal y casi 38 metros de alto (7 plantas). El nombre de esta pagoda budista le viene originalmente cuando durante la dinastía Tang, el emperador Li Xian decidió mandar a construir una pagoda en memoria del monje indio Sen Jia. Ésta se encontraba en Si Zhou, en la provincia de An Hui. Más tarde se construyeron diversas pagodas que adoptaron este nombre, siendo ésta una de ellas.
 

A lo largo de la historia, ésta pagoda ha sufrido diversas reconstrucciones. Sería en 1564 cuando se quedó en ruinas. Posteriormente durante la dinastía Ming (1618) se ordenó su reconstrucción que tardaría 5 años en completarse. Hasta un total de cuatro veces más tuvo que ser reconstruída hasta su aspecto final en nuestro días.
 

Nada más verla, hizo que mi mente viajase atrás en el tiempo para situarme en Vietnam y más en concreto en los alrededores de la ciudad de Hué, con una bonita pagoda. Cómo ha pasado el tiempo, ¿verdad?
 

 

Casi sin darnos cuenta, era momento en el que teníamos que regresar al lugar de encuentro. La guagua nos esperaba para llevarnos de vuelta, hora de la comida y luego rumbo a Shenzhen, nuestro punto de partida el día anterior. La pagoda a lo lejos, vigilante y testigo del paso de los años. Eesperemos que se mantenga con pie firme, nos vemos en la próxima.

 

Chocolate

 

Por si hubiera algún despistado que no sepa, ecuador del mes de febrero y el Día de San Valentín y a pesar de ser un tópico en un día como hoy, las flores y sobre todo el chocolate van unidos de la mano. También soy de los que piensa que cualquier momento es bueno para sorprender tanto a nuestra pareja o bien a los amigos con una cajita de bombones o unos dulcitos ¿No les parece?

Y anda que no hay variedad en formas, colores y sabores. Sino, algunas muestras para ir haciendo boca.
 

Godiva

 

La Maison du chocolat

 

Thomas Haas

Alguna de ellas ya es una «vieja» conocida, aunque tengo que reconocer que antes de llegar a Hong Kong no conocía de la existencia de marcas como La Maison du Chocolat o Thomas Haas, y eso sólo por nombrar unas pocas, que quedan algunas más por descubrir. Toda una tentación para un amante de las cosas dulces 😛

Destacararía una marca que tuvimos la suerte de encontrar en Londres: Hotel Chocolat y que nos sorprendió gratamente. Por desgracia no tienen tienda en la ciudad, pero seguro que tendrían bastante éxito si un día decidieran establecerse. Una muy buena selección de trufas, chocolate negro o blanco.. y con precio más que razonable. En Navidades tuve la idea de mandar un par de cajitas a través de su tienda online y la familia quedó más que contenta 🙂

Espero que disfruten del día y si es compartiendo un poquito de chocolate, mejor aún.

¡Feliz Día de San Valentín!

 

Del diez

 

Sin duda, lo mejor de la escapadita con el tour a Huizhou: el hotel. Cuando uno viaja solo el panorama es totalmente distinto a cuado uno va en pareja, y quedarse en un hotel de más categoría gusta, no me digan que no es genial 🙂

El precio del tour era por debajo de los 90 euros por persona e incluía todos los desplazamientos, las comidas junto con la noche de hotel y al día siguiente su correspondiente desayuno. Después de pasar unas cuantas horas en la guagua, primero desde Shenzhen a Huizhou, al restaurante, luego de visita, que si la cena y por último, nuestro destino final en la noche del sábado era el Hotel Crowne Plaza. Todo un señor 5 estrellas y bastante nuevecito.
 

En lo que nuestro guía hacía las gestiones para conseguir las tarjetas de nuestras habitaciones, tiempo para poder golifiar por la recepción y sacar algunas fotos. Bastante amplio y el ambiente muy tranquilo, aunque también como eran casi las 10 de la noche, se entiende.
 

 

 

Al par de minutos ya disponíamos de nuestra tarjeta y era momento de irnos hasta la planta 10. Qué ganas de llegar a la habitación y dejarnos caer sobre la cama. En nuestras mentes imaginando cómo sería el interior… ya queda poco para saberlo, unos poco metros más por el pasillo y habremos llegado.
 

¡¡Y tachán!! aquí estamos en la habitación 1004. Las camas tienen una pinta tremenda. Al poco confirmaríamos los cómodas que eran y lo a gustito que se estaba tirado en ellas viendo la tele un rato.
 

Tampoco nos podemos olvidar del señor baño que además de su buena ducha, no podía faltar una buena bañera. Unos acabados bastante elegantes como pueden ver, todo colocadito y listo para ser usado. Una duchita caería en breve…
 

 

Me quedo con algunos detalles de la habitación como son estas conexiones del televisor justo a la altura de la mesa escritorio, ideales para conectar nuestro portátil y disfrutarlo a pantalla gigante. Súper útil si tenemos algún vídeo almacenado en nuestro disco duro, o bien, si disponemos de una memoria usb. El entretenimiento mientras descansamos, lo tenemos asegurado en caso de que no encontremos nada interesante en los «pocos» canales existentes en la televisión.
 

Ya sólo me queda analizar el aspecto de la comida. Al día siguiente después de un buen descanso, pudimos disfrutar de un buffet-desayuno en el que no faltaban platos de todo tipo. Desde dim sum hasta los clásicos huevos revueltos con salchichas, algo de dulcitos y que tampoco falte frutita variada.

He aquí mi elección. Empezar con un juguito de naranja y luego vendría un cafecito. La tentación me pudo, fue ver unos gofres y plasss: «estos para mi», con un toque de chocolate y también de mermelada de grosellas (oculto por el otro lado)
 

 

Para cerrar, nada mejor que un mix de frutas, y a cada cual mejor, pero sin duda la fruta de dragón y la naranja estaban en su punto
 

Muy buenas sensaciones las que nos causó el hotel, lástima que sólo nos quedásemos durante una noche pero suficiente para recargar las pilas y desconectar en un ambiente muy agradable. Más que recomendable.