Desde dentro

 

Un día que empezaba con bastante buena pinta, a pesar de que en el pronóstico del tiempo amenazaba con un poco de lluvia pero de momento ni rastro de ella. Llegar a la playa de Tai Pak en Discovery Bay un poco antes de las 7 y media de la mañana. Lugar perfecto para las carreras que iban a tener lugar durante todo el día. El motivo: «Festival de Tueng Ng o Festival del Dragon boat» y que se viene celebrando el día 6 de junio, en esta ocasión, el día caía en lunes con los que nos había asegurado un fin de semana de tres días 🙂

Las casetas donde se ubicarían los equipos que competirían ya listas, mientras que la gente va llegando poco a poco. La competición arrancaba de forma oficial a las 8 pero antes había que calentar un poco y comentar cómo se iba a desarrollar la jornada.
 

Una vista preciosa desde la playa. Agua calmadita y preparada para que los botes la surquen.
 

La primera carrera del equipo era para las 8:40 (carrera 3), con lo que había tiempo suficiente pero antes toca hechar un vistazo al resto de equipos en las primera carreras. Nadie se quiere perder detalle, si ven al fondo de la foto, es el sitio desde donde comienza la carrera. Desde ahí hasta cerca de la playa, unos 350 metros si mal no recuerdo. Puede que no parezca una gran distancia, pero las carreras son explosivas.
 

Apenas ha llegado un bote de haber terminado una carrera, el resto de participantes se aproximan para tomar posiciones y dirigirse hacia la línea de salida. Parece que la organización está haciendo buena labor y todo va saliendo según el horario previsto. En la orilla de la playa la actividad se iría incrementando a lo largo del día.
 

Llegado el momento, los compañeros van tomando posiciones para la carrera. No hay tiempo que perder..
 

 

El final de carrera ha sido ajustado. La cosa queda entre 1º o 2º. A pesar de no haber empezado bien, hemos ido avanzando con mayor rapidez a mitad de carrera y poder reaccionar dándolo todo hasta el final. Una vez conocidos los tiempos, un segundo escaso de diferencia con el primer puesto. Ha estado cerquita, pero lo mejor del día estaría por llegar…
 

Entre carrera y carrera, tomar algo de líquido. La organización facilitaba a todos los equipos: Vitamin Water. La humedad se nota en el ambiente y el calor va apretando poco a poco, mejor mantener fresquitar las botellas bajo la carpa del equipo. Dentro de lo bueno, las carreras eran bastante espaciadas, así que, la gente aprovechaba para leer un poco la prensa, escuchar música o simplemente echar una cabezadita; pero no había que bajar la guardia, estar listos un rato antes de cada carrera era fundamental.
 

Se iban alternando las carreras entre el equipo mixto, de chicas y chicos. Tarde o temprano, todos tendríamos nuestra oportunidad de competir. Poco a poco, se iba acercando más público a la playa para ver de cerca las carreras pero sin llegar a ser un agobio, se estaba la mar de bien y nada que ver con el ambiente de Stanley
 

Los más pequeños y aprovechando el día festivo, no dejaron pasar la ocasión para disfrutar de los juegos en la playa. Quien sabe si un día alguno de ellos decida darse una oportunidad con el dragon boat…
 

El panel de carreras cada vez más relleno y aproximándose a las carreras del mediodía. El balance de carreras hasta el momento era positivo y con vistas a meternos de lleno en la final. Nadie iba a relajarse y había que darlo todo, la final es lo que todo el mundo desea y nosotros íbamos a por ella.
 

Las chicas Buzz si que saben relajarse entre carrera y carrera, no todo consiste en calentar los músculos sino que también hay que darle un poco de reposo, nada mejor que un poco de masaje en los hombros o la zona de la espalda. Una foto simpática, como si de un juego se tratase.
 

Entre los uniformes de los equipos, hubo algunos que destacaban por encima del resto, jeje…
 

A pesar de que el día amaneció bastante bueno, se me había olvidado comentar que había pronóstico de lluvias pero eso no empañó el día. Sí que hizo que las carreras se detuvieran un momento hasta que la lluvia parase un poco pero fue la mejor de las duchas para combatir el calor, seguro que hubo más gente que lo agradeció.
 

La jornada había sido larga pero satisfactoria. Estábamos a la espera de la entrega de los trofeos y parecía que se estaban demorando un poco. Mientras tanto la gente se adelantaba a ir celebrando con cervecita en mano. Pero antes que nada, ¿qué ganamos? nada más y nada menos que 1er puesto en la final de chicos y 2º puesto en la final mixta, lástima que nuestras chicas se quedaran a las puertas de conseguir algo más en la final, pero una actuación espectacular la de ese día.
 

3,2,1….oeeeee! hora de celebrarlo de forma oficial. El champán disparado dando un baño a la gente… Todo son caras felices y buen ambiente entre todos, y hay que captar el momento antes de que tenga las manos ocupadas.
 

Aquí la foto de los rookies del equipo (aunque faltó alguno que otro). Sin palabras, la foto habla por sí sola o mi cara también, y no es de dolor, jaja 😀
 

Mi primera medalla, toda una satisfacción. Nos queda una carrera más para terminar la temporada, ¿caerá alguna más? sería genial como broche final. De momento, seguir con algunas sesiones de entrenamiento más y prepararse para el fin de semana del 17-18 de junio en TST, las carreras internacionales nos esperan.
 

Una experiencia totalmente distinta el vivir este deporte desde dentro como parte del equipo. Exigente en la práctica pero muy recomendable, no sólo por el deporte en sí sino por el buen ambiente entre los integrantes del grupo. Animo a más gente que lo pruebe y luego saque conclusiones. !Campeones, campeones!

 

Larga noche

 

Hora de poner rumbo al sur de Tailandia con destino final en la pequeña isla de Koh Tao, pero antes nos esperaba un trayecto interesante. Para comprar los billetes de tren, confiamos en internet y en la buena fe de la agencia Thailand Train ticket, que una vez realizada la compra nos entregaría los billetes en el hostal donde teníamos pensado alojarnos durante nuestra estancia ese fin de semana en Bangkok. Y la cosa salió bien, pero lo mejor estaba por venir.

Después de haber pasado el fin de semana recorriendo las calles de la ciudad, entre turisteo y un poco de vida nocturna, el domingo a la noche emprendíamos la marcha. El punto de partida era la estación de trenes de Hua Lamphong.
 

Nuestro tren salía a las 19.30 horas pero llegamos a la estación como con casi 1 hora y media de antelación. Tiempo suficiente para ubicarnos, enterarnos desde qué andén salía el tren y buscar un sitio para comer algo. La actividad de un domingo tarde era bastante animada, gente tanto en los bancos como en el suelo y pendiente de los paneles o los avisos que se escuchaban por megafonía, aunque la verdad no muy claros.
 

El tiempo avanzaba lentamente, las seis y media marcaba el reloj mientras disfrutábamos de un pad thai y un arroz frito con algo de agua y jugo de sandía. Reposar la comida mientras llegaba la hora.
 

Nos habían avisado que debíamos estar unos 20 minutos antes de salir. Ya teníamos ubicado nuestro tren y ahora ibamos en dirección hacia nuestro vagón. Más gente nos acompañaba y se iba subiendo a su vagón correspondiente. Ya sólo ver el tren por fuera, hacía presagiar que sería aún más interesante por dentro.
 

Alberto con los billetes en mano iba inspeccionando los números de las literas en busca de las que nos habían asignado. El interior del tren hablaba por sí solo. Me pregunto de qué año sería el tren en cuestión. Con lo básico, pero suficiente para estar medianamente cómodos durante las horas que pasaríamos allí.
 

 

Último vistazo a la estación desde el interior del vagón, dentro de poco comenzaría nuestro viaje rumbo a Chumphon. Por delante, unas ocho horas de viaje que al final sería dos horas más de las esperadas, gracias al revisor que nos recordó cuando llegaríamos a la estación, aunque llegó a ser un poco inquietante eso de habernos quedado parados en medio de la nada, Alberto en su relato no se dejó ningún detalle por contar, les recomiendo que lo lean si es que no lo han hecho ya.
 

Con el traqueteo del tren después de iniciar la marcha, cervecita en mano mientras se siente la brisa que entra por la ventana. Un poco de palique con nuestros vecinos de litera, unos chinos que iban de camino a Koh Samui a pasar unos días de relax. Poco a poco la gente iba pidiendo que les montaran la litera, dicho y hecho uno de los trabajadores del tren con un arte tremendo, iba montando litera tras otra. Sábanas y almohada incluída, un fenómeno.

Sobre las 9 y poco de la noche cuando se iba notando algo de cansancio, tiempo perfecto para irnos a dormir. Una hora no del todo habitual pero había que darle descanso al cuerpo para el resto de viaje que nos quedaba. El aire del ventilador nos permitiría dormir algo más frescos, una opción mejor que la del aire acondicionado que a veces puede llegar a ser de un frío algo extremo. Eso sí, me extrañó que no apagaran en ningún momento durante el trayecto las luces del pasillo, pero se pudo conciliar el sueño sin problemas.
 

Próxima parada Chumphon y… barquito hasta Koh Tao. Ya queda menos 🙂

 

La perla

 

¿Planes durante el fin de semana? a veces gusta de improvisar aunque en otras ocasiones, sabiendo que la gente sale más para aprovechar sus ratos de ocio, hay que pensar con algo de tiempo y lo mejor es reservar una mesa en el sitio en cuestión, por si acaso, y evitar esperas. Si les pongo la siguiente foto, ¿qué les viene a la mente? seguro intuyen algo sobre el lugar que les voy a comentar.
 

En efecto, nos fuimos hasta el Victoria Peak al restaurante Pearl on the Peak, situado justo en el edificio donde se encuentra el mirador donde cualquier turista que se precie visita para contemplar las vistas que hablan por sí solas, tanto de día como de noche.

El sitio es bastante luminoso y con unas vistas tremendas. La metereología acompañaba a pesar del calorcito, aunque si que había un poco de bruma como se aprecia en la foto anterior. Menú en mano nos pusimos a hojear las distintas opciones, entrantes por aquí, primeros platos y lista de postres, pero esto para más adelante. La selección de platos nos hizo dudar, los nombres de los platos eran muy sugerentes.

Para empezar, nada mejor que un poco panito variado junto con algo de mantequilla y unos untes varios. Hacer boca hasta que llegara los platos, ¡al ataque!
 

 

Me decanté por una ensalada de gamba con mango acompañada de un toque de vinagreta. La presentación del plato era espectacular y de sabor, muy fresco, además el toque de unas hojitas de menta conjuntaban a la perfección. Rena por su parte pidió un carpaccio de carne aunque no me dio tiempo a sacarle foto, ya estaba con las manos en la masa con mi ensalada.
 

Un buen comienzo que mejoraría con el plato principal. Una señora hamburguesa con sus papas fritas y ensalada, un poquito de queso y cebollita caramelizada debajo. Un pintón tremendo. Luego tocará quemarlo en las prácticas de dragon boat 🙂
 

Y el plato de mi chica, unos liguine con langosta, que por cierto una ración muy abundante.
 

Después de nuestros entrantes y los platos principales, nos quedamos más que satisfechos pero como siempre queda un huequito para el postre, optamos por pedir uno para compartir. Un pudding de plátano con bolita de helado, perfecto para culminar el almuerzo. Nada de café ni copa, lo mejor de todo es ir a dar una paseíto por los alrededores mientras se hace la digestión.
 

Respecto a precio, pues debido a la ubicación y los platos en sí es un poco más caro que un restaurante habitual, pero merece la pena si queremos tener un almuerzo o cena más especial. La opción que elegimos nosotros fue de entrante + primer plato = 288 HK$ más luego bebida y el postre. Tenemos la posibilidad de añadir otro plato adicional o el postre, que al final sale mejor en vez de pedirlo por separado. En definitiva, como unos 30-40 € por persona, pero en un marco incomparable. Merece probarlo una vez aunque sea.