A la normalidad

Tras el parón de casi 2 semanas, hoy lunes tocaba volver a la oficina como cualquier otro día. Ahora la mesa está algo más decente que cuando llegué esta mañana, cartas y papeles varios se acumulaban pero que en apenas un par de horas todo fue a su debido sitió y el día empezó a rodar bastante bien, teniendo en cuenta que los inicios de semana son duros y más aún después de un periodo vacacional.

Mi fiel teclado y pantalla me esperaban, junto con el resto de aplicaciones de uso diario (Outlook, Word, Chrome…) sin dejar de lado el papel y el bolígrafo. Mañana el día tendrá mejor pinta, y la semanita una vez coge ritmo se hace imparable, no les parece?
 

A muchos kilómetros de distancia dejamos dos lugares que nos han dejado muy buena impresión. Primero la ciudad de Barcelona y luego la isla de Mallorca. Dos paisajes totalmente distintos de nuestra geografía que visitábamos por primera vez y desde luego, no nos importaría repetir. Paisaje urbano, montaña, playa… ha habido de todo y como no, no han podido faltar las fotos. Creo recordar que unas 1600, ya descargadas pero ahora toca seleccionar y elaborar las entradas correspondientes para el blog.

Seguro que hay más gente como yo que hoy está de vuelta a su puesto de trabajo o por el contrario, una vez termine esta semana empiezan sus vacaciones, buena época, ahora que las cosas se ralentizan un poco con los calores del cercano mes de agosto.

Tanto buen comer implica volver hoy al gimnasio y complementar con algunas sesiones de entrenamiento de pista con el equipo de dragon boat. Seguro que en menos de un par de semanas, casi en forma 😀 Mañana más y mejor con la vuelta al día a día.

 

Primeros dias

 

Parece mentira pero ya llevamos casi cuatro días por aqui y el tiempo está cundiendo bastante. Nos está gustando la ciudad y aún nos quedan algunas cositas por ver, pero vamos bien de tiempo. Desde nuestro hotel situado en la Avenida Paralell, muy bien ubicado para moverse hasta el centro de la ciudad bien sea caminando o en metro, y lo que ayuda que la ciudad sea tan llanita, algo que se agradece comparado con algunas calles de Hong Kong que tienen unas pendientes que quitan el hipo, aunque en este aspecto las calles del norte de Tenerife (dígase La Matanza…) siguen ganando por goleada 😀



El miércoles a la tarde que fue cuando llegamos, el tiempo estaba espléndido. Sobre unos 23-25 grados, el cielo azul y corria una ligera brisita. Curiosos los primeros contrastes con el transporte y la temperatura dentro y fuera, sensación invertida. Y para estar en mitad de julio, mes de verano, parece que el calor no aprieta demasiado pero cosa que se agradece cuando uno quiere hacer turisteo. Hemos visto los sitios más interesantes de la ciudad, acompañado de algunas compras y buena gastronomía, no se puede pedir más.



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Una ocasión que también disfruté estos días, fue el poder encontrarme con algunos twiteros/blogueros/fotógrafos Ricard, Dani y David. Lástima que Capitán Urías no pudiera unirse a la tropa. Quedamos el jueves a la noche cerca del paseo de Gracia y fuimos a cenar alguito. El tiempo se pasó volando entre charla y bocados. Aprovechando para practicar el inglés, ya que, mi novia aún con su español no se defiende lo suficiente. Desde luego, un placer haberme encontrado con ellos.



Hoy por la tarde salimos rumbo a Mallorca donde estaremos hasta el próximo miércoles. Creo que no patearemos tanto como en Barcelona, disfrutar de conducir y relajarnos bien sea en la piscina o en la playa.



Continuamos con el viaje…

 

Para las defensas

 

Una bebida que me llamó la atención al poco de llegar y que no tardé en probar. De sabor dulce, hasta diría que un poco empalagoso pero que si se toma fresquito cae bastante bien. Se trata del Yakuit, o el equivalente al conocido Actimel que tenemos en España.

Ya sé que no estoy descubriendo la pólvora ni mucho menos pero el ponerme a mirar un poco más a fondo su origen, resulta que fue inventado en el año 1930 por un pediatra japonés, hasta que en 1955 crearía la empresa que lo produce y con el tiempo su distribución se extendería a muchos más países.
 

Rebuscando un poco algunos vídeos, he dado con algunos que ya tienen lo suyo:
 

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Y como los tiempos cambian, también hay una versión más light con menos azúcar y fibra. Habrá que probarlo 🙂
 

 

Comida con caracter

 

El viernes pasado nos juntamos un grupo de amigos que hacía tiempo que no nos reuníamos. Uno de ellos hacía poco que estaba recién de vuelta en la ciudad y era una buena ocasión para salir a cenar algo. Unos días antes estuvimos pensando el lugar, hasta que decidimos ir a un restaurante de cocina de Sichuan, región de China que es muy conocida por el toque especiado de sus platos.

Por lo visto el menú lo cambian de vez en cuando, con lo que tendremos ocasión de probar platos nuevos según en qué momento vayamos. Casualidades, un grupo de conocidos twiteros había estado cenando allí la noche antes y así pude intercambiar algunas opiniones más adelante. Un vistazo al menú antes de empezar, bien repartido entre los entrantes, los primeros platos y un pequeño postre para el final.
 

Mientras esperábamos a que llegase la comida, el té y la cerveza amenizaba las conversaciones que parecían estar divididas. Chicas por un lado, chicos por el otro y de vez en cuando palabras que cruzaban de un lado a otro de la mesa. Picoteando algunos frutos secos, había ganas de comer. Finalmente los entrantes:

– Espárragos con salsa de soja.
– Gambitas fritas.
– Tofu.
– Millo… entre otros

He de decir que no toda la comida que traerían era tan picante como uno se pueda pensar, pero más adelante algún plato si que me haría sudar un poco más de la cuenta 🙂 Aunque ahora que me fijo en el menú algo más de cerca, las palabras «chili» y «spicy» se repetían unas cuantas veces.
 

El primer plato que vendría tras los entremeses fue este: pollo al chili con pepitas de sésamo y una base de tiritas de jengibre, diría yo. Un buen comienzo
 

Costilla de cerdo ahumada con miel y hojas de té.
 

Bacalao con salsa agridulce Sichuan (con diferencia fue el que más me picó, pero estaba delicioso)
 

Y cerrando unos noodles «Dan Dan». Añadir que entre el pescado y este plato, nos sirvieron pato, pero en lo que me vine a dar cuenta el plato había volado sin tiempo para foto. La carne tiernita y un ligero toque dulce, estaba increíble.
 

Cerraba el menú una sopa dulce con bolita de arroz glutinoso. Puede que parezca algo raro este plato, pero entra bastante bien y sobre todo para suavizar los calores de los platos anteriores.
 

Como habrán visto, las raciones no eran excesivamente pequeñas ni demasiado grandes, tenían el tamaño justo. Nos quedamos todos bastante satisfechos. Respecto al precio por persona: unos 30 € + un extra por el té/cerveza, que no lo veo nada mal para toda la variedad de platos que probamos, un poquito de todo. Una cena diferente para romper la rutina y continuar la noche con las pilas cargadas.

Para los que se pregunte por su ubicación, a continuación adjunto el mapa. Puede que parezca estar algo escondido pero podremos ver el cartel que anuncia su nombre «Yellow Door»
 


Ver mapa más grande

Otro sitio que no me importaría repetir, además, creo que sería buen lugar para llevar a alguna visita. Son de esos sitios poco habituales y una vez los descubres, hay que apuntárselos.