B/N

 

El pasado domingo después de un par de meses de haber terminado la primera temporada de dragon boat, me levanté tempranito para retomar los entrenamientos. Quieras que no, eso de madrugar aún más que durante la semana uno lo termina agradeciendo porque la sensación es que el día se aprovecha más.

El plan para el resto del día después del entrenamiento ya estaba montado. Primero un almuerzo, lástima que el sitio que había decidido inicialmente casualmente los domingos cierra, así que, terminamos improvisando. Para unas horas más tarde mi novia y yo iríamos al cine para ver «Rise of the Apes» por lo que tendríamos unas horas para tomárnoslo con calma. Ella ya tenía cita para darse un masaje, eso hacía que tuviera casi 2 horas largas para perderme por el centro, que a pesar de haber estado muchas veces por los mismos alrededores siempre hay algo que capta mi atención y esta vez si había previsto el llevarme la cámara de verdad.

Era un día de los de calor de verdad, esos que sólo se dan en el mes de agosto, verano puro. Y para los que andaban por la calle, algunos optan por protección extra para el sol.
 

La intención de esta entrada a dos colores, es también la de transmitir una sensación más fresquita y evadirnos del calor por unos instantes. Para aquellos que no estaban por la calle, optaban por resguardarse dentro de una cafetería y disfrutar de un cafecito bien sea caliente o con hielo. Eso mismo hice yo al principio (con hielo por favor) pero luego decidí que era el momento de patear y «pasar» del calor, sin que falte una botellita de agua de por medio.
 

Y cuando nos encontramos a la sombra de un puente que pasa por encima nuestro, es de agradecer. Hasta parece que la actividad por la calle a aquellas horas hubiese disminuido, no es de extrañar. Pocos coches circulando y en ese momento ni siquiera pillé ningún tranvía en su recorrido habitual.
 

Apuesto que las vistas desde el ICC tenían que ser especialmente buenas en un día de cielo azul y despejadito. Ahh, recordar que el mirador en la planta 100 ya está abierto al público desde hace no mucho. Espero aprovechar otro día de tan buen tiempo para subir y disfrutar de las vistas desde el otro lado.
 

Con vistas al mar…
 

…a la ciudad. ¿Qué prefieren?
 

 

Finalmente, vuelta hasta un lugar cerrado y con tiendas. Los centros comerciales son la mejor opción cuando las temperaturas aprietan. Comprar o no comprar, ir a ver una película o simplemente dar vueltas para pasar unas horas.
 

Y es que teniendo justo debajo la parada de metro que nos lleva de vuelta a casa, a veces da pereza salir ¿verdad? A seguir llevando el veranito de la mejor forma posible, bien sea dentro o fuera 🙂
 

Hacerse ver

 

Seguro nos ha pasado a todos en muchas ocasiones, ir caminando por la calle sin prestar mucha atención unos metros más arriba de nuestras cabezas. Nuestro campo de visión se centra en una franja relativamente pequeña que va desde el suelo a unos pocos metros más en vertical. Y en Hong Kong, a pesar de ser una ciudad bastante vertical, uno cae en la costumbre y no repara en qué hay más arriba en los edificios que nos rodean.

Pongamos un ejemplo con el de la foto. ¿Serán sólo viviendas? o igual también hay restaurantes o tiendas, pero de un primer vistazo no lo podemos saber.
 

Otros edificios nos lo ponen un poco más fácil con los neones y letreros de la fachada. Un método que a mi particularmente me encanta por lo vistoso que resulta en especial de noche y también presta a ser muy fotografiado. El hechizo del neón es poderoso.
 

Y si no tenemos la opción anterior, ¿cómo hacemos que los clientes vengan a nosotros? banners desplegables en mitad de la calle. La calle Sai Yeung Choi en Mongkok es un claro ejemplo de la transformación que sufre cuando empieza a hacerse de noche. Los coches dejan de circular por ella y es cuando la gente se hace dueña de la calle y también muchos negocios en las alturas aprovechan para «plantar» sus carteles como reclamo. Las tiendas son de lo más diverso: estudios de belleza, productos electrónicos, estudios de tatuaje o de deportes.
 

 

¿Alguien duda si este método es efectivo? en mi propia experiencia, el pasar casi todos los días por la zona hace que uno se quede con los nombres de las tiendas y el día que a uno le surja un necesidad, seguro que se nos enciende una bombilla con una solución para encontrar lo que andamos buscando.

Lo importante es tener presencia y aunque a veces estos carteles a simple vista parezcan invisbles, cumplen su comentido cuando llega el momento. Un complemento para otros medios publicitarios como folletos, anuncios del metro, decoración en taxis o guaguas. Al final nuestro subconscientes se queda con el mensaje aunque nosotros no nos demos cuenta.

 

Vistas de pájaro

 

Después de haber descansado y pasar nuestra primera noche en la ciudad, afrontábamos un nuevo día, aunque inicialmente el día no aparentaba muy bien puede que más tarde las cosas cambiasen. Nos ponemos en marcha, duchita, vestidos y a la calle a buscar algún sitio para desayunar.

Siguiendo la avenida del Paralelo y en dirección hacia el mar nos topamos con la plaza de la Carbonera. El mar se va acercando, y giramos hacia la izquierda llegando hasta el Monumento a Colón. Aprovechando que habíamos comprado la Barcelona Card podíamos subir gratis. Por cierto, muy recomendable para una visita de unos pocos días como la que hacíamos nosotros. Está incluído en ella: uso de guaguas y metro ilimitado, acceso a museos y sitios de interés, descuentos en tiendas y restaurantes… está bastante bien.

Vamos a ver qué tal son las vistas desde arriba, ¿me acompañan?
 

El mirador situado a unos 50 metros de altura permite obtener una vista de la ciudad en 360 grados. Una pena que a esas horas el cielo luciera algo gris y las fotos no lucen tanto como me hubiera gustado. No obstante, es una buena panorámica desde lo alto.

Aquí tenemos el Paseo de Colón y si pueden apreciar al fondo a la izquierda es la torre Agbar, que tendríamos ocasión más adelante de verla un poco más cerca.
 

El comienzo de la rambla, de fondo la Catedral y la Sagrada Familia con sus correspondientes andamiajes de reparación y construcción respectivamente. Lo bonito sería poder verlas limpias y sin metales, pero al menos la Sagrada Familia le quedan unos cuantos años para que sea completada.
 

Las vistas del Puerto deportivo y la rambla de mar, junto con el centro comercial Maremagnum donde luego pasaríamos un buen rato curioseando por sus tiendas y probando un restaurante que nos gustó mucho.
 

 

A pesar que no pasamos demasiado tiempo en el mirador, por momentos parecía que algunas zonas de la ciudad salían de su lado gris y el verdor de los árboles se hacía más presente. La previsión del tiempo es que para la tarde este mejoraría pero aún quedaban unas horitas y la lluvia amenazaba.
 

 

 

Parece que fue justo llegar a los pies de la estatua y dar unos pasos cuando de repente empiezan a caer unas gotitas, y al poco empieza a caer una buena ducha.
 

Para entonces yo había salido disparado de vuelta al hotel que quedaba como a unos 10 minutos (corriendo) coger el paraguas y salir de vuelta a dar con mi novia que se había refugiado junto con alguna gente más pegaditos a la fachada del edificio de la autoridad portuaria. Vaya forma de llover de repente, de esa lluvia finita pero que cala más que ninguna.

La previsión se había cumplido, pero eso no nos iba a estropear el día. Luego se quedaría una tarde de maravilla. Más para la próxima entrega. ¡Buen finde!

 

Probando HDR

 

Creo que en su momento se me pasó enseñar esta prueba que hice cuando subimos Alberto y yo ver el amanecer. El habernos levantado tan temprano, nos dio tiempo a que pudiéramos sacar muchas fotos y entre ellas con ayuda del trípode quise intentar la técnica del HDR.

Para los que estén puestos en la matería sino también a modo de recordatorio, esta técnica corresponde al nombre de High Dynamic Range, y consiste en sacar fotos con distintos pasos para luego combinarlas con un programa informático y conseguir el resultado que veremos más adelante. Yo en mi caso opté por -2, 0 y +2. Las fotos son las que muestro a continuación:
 

Con las fotos anteriores una vez descargadas al disco duro, me ayudé del programa Photomatix que recuerdo habérselo leído a Quicoto en un post donde contaba el proceso en cuestión. Seleccionar los tres ficheros, ajustar algunos parámentros y dejar que el programa se ponga a trabajar para crear la foto final. Tachannn!
 

¿Qué les parece el resultado obtenido? creo que para ser la primera vez, uno se puede dar por satisfecho. Hasta la fecha no he vuelto a experimentar con la técnica, será cuestión de llevarme el trípode un día de estos y probar en otro rincón de la ciudad. Otra idea que me surgió estando en lo alto del Peak: ¿hacer un time lapse? se admiten sugerencias.

Aprovechando que hoy el tiempo no está pintando del todo bien y con lluvia, y la que pueda caer de aquí a final del día, esta foto sirve para dar una nota de color. La semanita avanza sin prisa pero sin pausa, y con un poquito de fresco en el ambiente para este mes de agosto que se caracteriza por sus calores