Por la rambla

 

Qué mejor sitio que la rambla de Barcelona para pasear y disfrutar del ambiente de los alrededores. Después de haber estado contemplando las vistas desde arriba era momento de volver a poner los pies en la tierra y mezclarnos un poco con la gente. Después de haber almorzado estupendamente, estirar las piernas es lo mejor para ir haciendo la digestión.

El cielo había cambiado por completo, lucía el sol y donde antes había poca gente, ahora salían de todos lados. Mucho turistas y la mayoría europeos (franceses, ingleses o de los países nórdicos) por lo que iba captando según el acento, aunque tampoco podían faltar de otras regiones de nuestra península.
 

Podemos optar por sentarnos a tomar algo en alguna de las múltiples terracitas que hay a lo largo del paseo, aunque me imagino que los precios irán de acorde a la zona, previsible al ser una zona turística.
 

Una zona donde los edificios destacan por la belleza de sus acabados y muchos bastante bien conservados. Para cualquier amante de la arquitectura que se precie, recorrer las calles de Barcelona es una gozada.
 

La rambla es un espacio amplio por que el poder pasear tranquilamente aunque conviene ser precavidos, ya se sabe lo que puede pasar en sitios donde se junta mucha gente y si uno se despista. No quiere decir que la ciudad sea un lugar inseguro, pero cuando la gente comenta es por algo. ¿Cómo se ve desde dentro para la gente que reside en la ciudad?

A medida que avanzamos nos topamos con puestos de flores…
 

o también aprovechar para comprar algunos souvenirs. Nosotros en concreto compramos un par de pinturas similares a las de la foto, con descuentito incluído 🙂
 

Muchos artistas ambulantes que hacen de estatuas y la gente no deja pasar la ocasión de posar para sacarse alguna foto. Este señor en concreto todo pintado de negro y que se ponía a pedalear cuando la gente le echaba alguna moneda.
 

Mirando de un lado a otro, parándonos de vez en cuando, fuimos recorriendo la rambla hasta casi llegar a la Plaza de Cataluña pero hay veces que es mejor dejarse llevar por la improvisación y ver a dónde nos llevará algunas de las muchas callejuelas transversales, ¿no les parece? es la magia de perderse por el centro de la ciudad y dejarnos sorprender.
 

 

11 comentarios en «Por la rambla»

  1. Pingback: Bitacoras.com
    1. Nosotros no tuvimos problema esa tarde y tampoco observamos nada fuera de lo normal. Eso sí, más tarde cuando estabamos por el Paseo de Gracia vimos alguien corriendo con algo y a una chica persiguiéndolo, se había llevado un paraguas de una tienda parece ser…

      De resto, por la rambla un muy buen ambiente.

  2. Como barcelonés, la Rambla es quizás la calle que menos me gusta: demasiados turistas y cutritiendas para turistas. Sin embargo, no es la más peligrosa: es mucho peor el metro, donde grupos de rumanos acorralan a gente para robarles… y como se llevan menos de 300€, según la ley sólo es una falta y les tienen que soltar: ni prisión ni juicio ni nada.
    Me alegro de que os gustara la ciudad! A mi tmabién me encanta! 😀

    1. El metro lo usamos en un par de ocasiones pero tampoco vimos nada extraño. Lo único, nada más subirnos al tren que lleva al aeropuerto había un grupo de artistas que amenizaron el recorrido hasta Sants.

      Nos gustó mucho la ciudad. Habrá que repetir más adelante, quien sabe.

      Gracias 😉

  3. Yo no vivo en Barcelona, pero de cuando fui, coincido con Oski: donde más inseguridad noté fue en el metro.

    Por otra parte, yo no entiendo qué gracia le puede hacer a la gente fotografiarse con los quietistas, la verdad… a mi me gusta verlos, pero a lo de la foto no le acabo de ver el punto…

    1. Al igual que tú, sacarme foto con las «estatuas vivientes» no tiene mucha gracia para mi, prefiero verlo desde la distancia y ver cómo reacciona la gente ante ellos. Algunos hay que decir que son realmente increíbles, aunque no sea algo único de la ciudad y se pueda ver en más ciudades españolas o alrededor del mundo.

  4. Me alegro que te gustara tanto las Ramblas. Aunque es cierto que dicen que hay mucho carterista (y seguro que cuando el río suena…) pero también tiene una magia difícil de explicar… la gente, las estatuas vivientes, las paraditas, al ambiente que se respira…

    1. Estoy contigo con eso de la magia. De esos lugares que por mucho que uno pase por ellos, no deja de hechizarnos de alguna forma. Si crea esa sensación en el turista, para la gente local tiene que ser más especial aún.

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