Algo dulce

 

Antes que nada comentar sobre la entrada de ayer en la que dejé en el aire desde qué planta del edificio en el que vivo, estaban hechas las fotos. Empezando desde la 20 y terminando en la 52, en los comentarios iban de diez en diez plantas más o menos. Finalmente Victoria fue quien más se acercó, por poquito da con el número que era el 57.

Hoy no vamos a hablar de alturas, bajamos de nuevo a ras del suelo y mientras ibamos por los alrededores de Asakusa, sitio de obligada visita por su bonito templo y pagoda. Además, en las tienditas del lugar podemos aprovisionarnos de souvenirs variados (abanicos, cholas, camisetas, llaveros…) Entre ellos cositas dulces como las que les muestro en las siguientes fotos, y no vean que variedad.
 

La decoración de las cajitas era de lo más simpática. Pasando desde ositos panda…
 

A también tenemos de nuestro querido Doraemon, mundialmente conocido por la serie de dibujos animados y luego caracterizado de mil formas como pueden ser juguetes o estos dulces. Estos rellenos como de una cremita pastelera.
 

No se crean que me había olvidado de otro personaje que eclipsa a Doraemon u otros de la animación japonesa: Hello Kitty. Lo mejor siempre viene al final 🙂 y además con relleno de judía roja
 

Si estuviera más cerca sería lo suyo invitarles a probar alguno de ellos, mientras tanto se pueden conformar con las fotitos que como se habrán dado cuenta son réplicas pero que bien dan el pego.

Muy aconsejable llevarse de vuelta alguna cajita para familiares, amigos o compañeros de trabajo. Pudiendo elegir entre muchos tamaños para que no nos ocupe demasiado en nuestro equipaje. Y ya se sabe el dicho: «un dulce no amarga a nadie»

 

Chiquito

 

Ayer con eso de que tuve libre por ser la celebración del Día Nacional de España, aproveché para quedarme en casa y descansar un poco más, aunque tampoco pretendía vaguear todo el día ni mucho menos, pero unas horitas extra de sueño eran lo suyo. Después de un inicio de día no muy bueno con bastante agua, llegó la calma y con tanta agua caída el verde de las plantas era más intenso si cabe, era el momento perfecto para sacar algunas fotos.

Por cierto, ¿les había dicho en qué planta vivo esta vez? si recuerdan en el piso anterior las vistas a esa altura eran buenas, aquí lo son más pero con el aliciente de que dan hacia la montaña, y uno agradece levantarse así. Esta vez no son vistas de montaña sino quería compartir con todos cómo se ven las cosas desde un poquito más arriba, a ver qué les parecen las fotos.

Vistas de la autopista que va en dirección al aeropuerto. Es curioso ver como si los vehículos estuviesen en una gran maqueta. Y por que pueden observar, en el momento cuando saqué las fotos, el asfalto estaba casi seco. Creo que había pasado como una horita desde que dejó de llover.
 

 

En lo que respecta a gente, no pude pillar a nadie. Normalmente, hay un par de personas dando un paseo con su mascota en este parquecito, pero ni rastro.
 

Y como no todo va a ser color, sé que tengo algunos fans del blanco y negro, no viene mal intercalar algunas de vez en cuando. Una sensación de tranquilidad absoluta, será que también durante la semana siempre estoy fuera todo el día y cuando estoy de vuelta es bien entrada la tarde-noche, pero una aprecia los pequeños detalles de la paz de un día festivo entre semana.
 

 

Y la respuesta sobre el piso, en el post de mañana. Anímense con los comentarios para tratar de averiguar el número de la planta 🙂

 

Murales

 

A pesar de estar en otoño, parece que algunos días el calor no quiere abandonarnos y justo este domingo, aunque en las fotos no se vea muy soleado, el día estuvo más caluroso de lo habitual pero no por ello uno se iba a quedar en casa. En mente tenía haber hecho una rutita de hiking, pero finalmente decidí pasear por los alrededores de Tung Chung.

A pocos minutos de casa, podemos pasear cerca del mar y contemplar el aeropuerto que está justo en frente. A lo largo de ese paseo, hay un murito con pinturas muy curiosas. Y no es que sean unos pocos metros sino que diría lo menos más de 200 metros de muro, con algunas secciones tan sólo pintadas de color con algunas letras pero en cambio otras con dibujitos más elaborados.
 

Algunos tan simpáticos como este cerdito y un elefante esperando la guagua. Por lo que vi, la temática era reprensentar algunos valores como la amistad, amabilidad, respeto al medio ambiente…
 

 

Y tampoco olvidarnos de llevar una vida sana, comiendo bien y haciendo deporte.
 

Mirar la vida con optimismo y no perder la sonrisa. Imagino que a los niños o igual no tan niños les habrá llevado su tiempo pintar todo esto, pero la verdad que es un buen trabajo que queda para la posteridad. Me pregunto cuándo habrá sido pintado, no me dí cuenta si había alguna fecha puesta por algún lado.
 

Seguimos caminando y vemos el puente que conecta hacia las terminales, por donde pasa el Airport Express y los coches. Y de fondo vemos el teleférico que se eleva entre las montañas de Lantau.
 

Vamos a seguir caminando otro poquito y alejarnos de vuelta al centro de Tung Chung, pero aún el día daría más de si, me lo guardo para una próxima entrega, sigan atentos.

 

Recomendable

 

Otro viernes gastronómico que llama a la puerta y no pueden faltar algunos platos para abrir el apetito del fin de semana.

Uno de nuestros restaurantes preferidos al cual solíamos ir a menudo cuando vivíamos en Olympic, lo visitamos hace poco para recordar los viejos tiempos. Sorprendentemente no tuve que esperar nada para que nos dieran la mesa, y eso que por lo general suele haber un poco de gente esperando su turno para entrar. A lo que iba, en lo que respecta al local, sin cambios pero si que el menú se había transformado ligeramente, pero para bien desde luego.

Nota: Ojo, las siguientes fotos pueden provocar unas ganas terribles de avalanzarse sobre el monitor 😀
 

Con nuestras visitas anteriores, había un plato que teníamos claro dumplings con salsa de chili y ajitos. Su sabor tal y como lo recordábamos: perfecto. Ligero toque picante y textura suave.
 

No fue una cena muy contundente. En total fueron tres platos, pero muy bien servidos. Seguimos con unas costillas de cerdo agridulces. Lo peculiar del plato es que tenía rosa, y si que le daba un gustito.
 

Finalizamos, con unos noodles estilo Shanghai, los cuales nos costó un poquito terminar pero con calma. Su aspecto un poco grasiento por la salsa con la que los saltean, ternera y verduritas, pero todo muy sano desde luego.
 

A pesar de mostrar unos pocos platos, el menú es bastante variado y también una buena opción para ir a comer dim sum durante el finde.

El nombre del sitio: Modern China y se encuentra en el centro comercial de Olympian City, la zona 2 y muy cerquita de la estación de metro, no tiene pérdida. Una apuesta segura.