Llamativos

No lo puedo evitar pero el poder que ejercen los edificios sobre mi es muy grande, no sé qué será pero nunca terminan de sorprenderme. ¿Lo había comentado alguna vez? seguro que si haberlo mencionado, pero es que hay ejemplos de lo más peculiartes repartidos por la ciudad y más si nos vamos a la zona de Kowloon que es un filón. En concreto, nuestro querido Mongkok y alrededores nos puede servir de ejemplo con algunos de los edificios que les muestro a continuación.

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La imagen que ofrece este mercadillo de día con mucha actividad y los edificios mirando desde lo alto con sus aparatos de aire acondicionado y las cuerdas para tender la ropa. Tampoco faltan los letreros, todo se entremezcla junto con los colores de las fachadas.

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Poco a poco nos vamos alejando de Nathan Road y en dirección a la zona de Tai Kok Tsui que está próxima a la estación de metro de Olympic. Una zona que también solía pasar bastante tiempo en ella, del gimnasio a casa, bien fuese en una de las rutas de guagua o bien a pie, dependediendo de las ganas que tuviese ese día o las condiciones del tiempo.

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Es otra zona muy interesante, mezcla de edificios con algunos años y otros bloques de reciente creación, además, muy tranquila. Parece que en los últimos meses se está desarrollando mucho.

Decoración navideña

Una vez metidos en el reciente mes de Diciembre, sabemos que las fechas navideñas poco a poco se van acercando. La decoración siempre es la primera encargada de recordárnoslo, y ya son un par de semanas desde que los adornos ya lucen en muchas partes de la ciudad y al mismo tiempo se escuchan las típicas canciones de esta fechas. A veces uno se resiste, sobre todo si apenas era mitad del mes de noviembre cuando ya se inician los preparativos pero el tiempo vuela y cuando apenas nos hemos dado cuenta el último mes del año ya comenzó.

Un recorrido por algunos de los rincones de la ciudad como muestra. En la zona de Kowloon en TST y concretamente en el centro comercial Harbour City, una de las zonas de acceso luce así de decorada


 

Yéndonos esta vez a la isla de Hong Kong en el distrito de Central y el IFC, donde también brillan las luces.


 

Tampoco nos podemos olvidar de las siempre tradicionales flores de pascua.

Cerca de la oficina en el Admiralty Centre

Y de camino a casa como siempre tengo que atravesar el centro comercial Citygate, han instalado estos coloridos árboles de navidad que van alternando sus colores y con gigantescas bolsas de compras acompañadas de la mascota del lugar.

Y por último, esta bonita estampa con el emblemático edificio del banco HSBC de fondo.

Estaría bien que más gente se anime a mostrar cómo se han decorado sus ciudades de cara a estas fiestas. También entiendo que no hay que hacer derroches con demasiada decoración dada la situación actual, pero más que sea, intentar hacer felices a los pequeños o no tan pequeños. Es una época festiva en la que digamos uno se evade y se deja llevar por el ambiente, las comidas en familia o el tiempo con los amigos y para muchos el retorno a casa tan esperado.

Sitio amigo

Para contar cómo descubrí este sitio, tendría que remontarme un par de años atrás, hay que ver cómo pasa el tiempo. Era por aquel entonces cuando la zona de Mongkok de la que suelo hablar de vez en cuando, era un elemento presente en mi día a día. Viviendo a pocos minutos de la zona, teniendo el mercadillo cerca, con tiendas y sobre todo restaurantes o cafés.

Era habitual que después de salir del gimnasio y con pocas ganas de llegar a casa para hacer de cenar, solíamos optar por ir a uno de los restaurantes cercanos y entre ellos estaba este café taiwanés llamado Bo Dao. Un sitio no demasiado grande pero con el espacio bastante bien aprovechado. Mesitas con taburetes de madera y capacidad como máximo 4 personas. Menú basado en fideos, arroz, aperitivos y buena variedad de bebidas tanto frías como calientes; una de sus especialidades el té con leche.

El ambiente es muy dinámico y no hay tiempo que perder con los pedidos de los clientes. Por la ventanita donde está la cocina los platos entran y salen mientras la gente espera su comida, cuestión de poco tiempo por lo general a no ser que esté demasiado a tope. Un servicio eficiente y con una relación calidad / precio más que razonable. Así es como casi solíamos visitar el sitio una vez a la semana o en semanas alternas, pero todo cambió cuando nos mudamos de los alrededores y la frecuencia disminuyó.

Una cosa que aprecié bastante es que entre la gente que allí trabaja, había un chico y una chica que se percataron cuando solíamos ir, habiendo veces que iba sólo y les extrañó no verme con mi chica. Puede que pasasen algunos meses hasta la próxima visita pero al entrar por la puerta siempre se acordaban de mi y me recibían con una sonrisa. Sólo por eso, volver al sitio ya tenía más sentido.

Respecto a la comida, había un par de platos que siempre solía pedir, eran mis platos estrella. Un arroz con pollo y salsa de tomate o bien con salsa de carne, que no es que sea nada del otro mundo pero son de esas cosas simples que a uno le hacen feliz, y eso acompañado de un té de jazmín con leche.

Sin duda, las mejores horas para ir son al mediodía o sino a media tarde, pero cualquier momento es bueno si estamos con ganas de comer algo. Si quieren encontrarlo tan sólo tienen que dirigirse a una de las calle perpendiculares a Sai Yeung Choi, concretamente Soy Street, que seguro alguna historia tiene asociada a su nombre (tendría que investigarlo, jeje). Por cierto, curioso el nombre que muestra en Google Maps, pero para mi seguirá siendo Bo Dao 🙂


Ver mapa más grande

Nocturno

No valen las excusas aunque el tiempo esté más fresco y no apetezca tanto salir a correr, a pesar de tener la opción del gimnasio, nada como estar al aire libre. Tung Chung es un sitio genial con cantidad de espacio y eso se agradece. De momento parece que el madrugar me está costando con lo que sólo queda ir por la noche después del trabajo, bien sea antes de cenar o luego un pelín más tarde. Coger el hábito de ir varias veces por semana e ir probando varios recorridos, y tirar pa’lante.

Ayer fue una noche con ligeras gotitas de lluvia pero agradable, pues así refrescaba una vez había arrancado a sudar. Con poca sensación de humedad en el ambiente. En comparación con días anteriores parecía que había menos gente de lo habitual, bien sea corriendo o en bicicleta también.

El recorrido que suelo hacer es partiendo desde casa y en dirección al final de la calle donde vivo pasando el siguiente bloque de edificios, media vuelta y hacia la zona donde está el teleférico y con vistas al aeropuerto, zona muy tranquila y donde te puedes encontrar alguna gente pescando. De ahí se puede coger unos subterráneos que llevan hasta la zona alta y así no tener que pisar la calle, está genial.

En modo preparación de cara a la medía maratón de la ciudad el próximo 24 de febrero. ¡Vamos a por ello!