Pequeño dragón

Para muchos el título de esta entrada les resultará más que familiar, aunque puede que otros no le suene tanto. Aprovechando que hace poco escribía sobre la peli de Ip Man, maestro del personaje que nos ocupa a continuación. El gran Bruce Lee.

Dando una vuelta por Tsim Sha Tsui bordeando la cosa en la bahía de Hong Kong, nos encontramos con la «Avenida de las Estrellas». Un paseo por lo más destacado del panorama del cine y las artes en la que descubrir los personajes más celebres de Hong Kong. No podía faltar la figura de «el pequeño dragón», símbolo de las artes marciales y referencia de la ciudad con sus películas de alcance internacional.

La estatua levantada en su honor, luce desafiante con el fondo característico de esta ciudad de gigantes del asfalto. ¿Qué diría el propio Bruce sobre los rascacielos que cubren la panorámica de la isla? a muchos les gustaría que estuviera aquí para continuar disfrutando de sus espectaculares movimientos y seguir con sus teorías.

Ni que decir el realismo de la estatua. Los que hayamos visto sus películas, tendremos grabadas en la mente escenas de algunas de sus peleas. Fibra en estado puro.

No podía faltar su correspondiente estrella en el paseo, lástima que no haya podido plasmar sus manos e inmortalizarlas.

Y como quien no quiere la cosa, han pasado más de 35 años desde que dejara el mundo de las artes marciales, y con él, miles de seguidores que lo siguen recordando y comparten sus ideales.

Un grande de Hong Kong que siempre será recordado.

Donde me quedo

Estos días que estoy por Shenzhen, como comentaba el otro día, me estoy quedando en un hotelito que no está nada mal. Se llama 7 days Inn.

No es exactamente el hotel de la foto en el que me estoy quedando, pero para que se hagan un idea de la imagen de marca de los susodichos hoteles. ¿No tienen un aire con los Seven-Eleven? a que van a ser de la misma cadena y todo…

A ver si le saco alguna fotillo a la habitación y vean que el «7» está plagado por cualquier rincón de los elementos que componen la habitación. Por si acaso te habías olvidado que estás en un 7 days, jeje.

Hay bastantes repartidos por la ciudad. El mío queda muy cerquita de donde voy a trabajar (temporalmente), tan sólo 5 minutos en taxi. Tendré que investigar estos hotelitos por si doy algun viaje a China, serán una opción a tener en cuenta, sin duda 🙂

Ayyy, el mar

No es que me ponga un poco melancólico, o si? De las entradas que tenía pendiente sobre el viaje a Australia, ésta es una de ellas. Quien visite Sydney, se dará cuenta que tiene mucha vida de cara al mar. Cantidad de zonas de ocio cerca de la Ópera, Darling Harbour… y sin faltar sus playas.

Hay un bonito paseo para hacer desde la playa de Bondi, que va recorriendo a lo largo de la costa hasta llegar a la playa de Manly.

Es muy relajante ir recorriendo el caminito cercano a la línea de costa, escuchar el sonido del romper de las olas. En todo momento veremos pasar de un lado a otro, el día que fui yo, estaba bastante transitado, también porque sería fin de semana. La gente se la veía muy deportista, tanto en bici como corriendo.

Y que luego no se diga que no salgo en las fotos, jeje. La verdad, llevando la reflex y sin trípode, lo de sacarme fotos a mi mismo aunque pida a alguien que me ayude (algunos se hacen un lío con la cámara :P) pero al final me apaño para conseguir alguna superficie estable e inmortalizarme 🙂 Menudo tupé que llevaba ese día, se nota que hacía brisita cerca del mar?

Y pensar que el recorrido parecía pequeño en el mapa, siempre uno se engaña. Lo menos una horita de camino de una playa a otra, poco a poco la gente recogía los bártulos y poner rumbo a casa. Alguna que otra tabla de surf solitaria en las últimas horas de luz de día, tendrá que esperar al próximo finde para cabalgar las olas.

Esta última foto me recordó mucho a las casetas del estilo de los Vigilantes de la Playa, aunque esta mola más, no? Daba gusto ver lo bien cuidado que estaba todo en los alrededores de la playas.

Cuando tengan la ocasión de dejarse caer por Sydney, aprovechen para descubrir la costa de la ciudad. Vale la pena, ayyy si estuviera por allá de nuevo…

Me traslado

… por poco tiempo. Estos días estaré escribiendo desde la parte más cercana de China a Hong Kong, se trata de la ciudad de Shenzhen.

Una ciudad, que nada tiene que ver con Hong Kong y es donde uno empieza a notar las diferencias tanto a nivel de gente como de sus calles, edificios… es un cambio radical.

El viaje se hace bastante corto dentro de lo que cabe. Haciendo uso del KCR hasta la frontera en Lo Wu y luego desplazándose bien en taxi o metro, uno se puede llegar con facilidad por la ciudad. Aprovecharé estos días para ver si puedo practicar el mandarín, otra cosa es que los entienda yo a ellos que con la velocidad que hablan… tendría que hablar de eso un día, jeje.

Lo dicho, saludos desde Shenzhen!