Cumpleaños de Buda

Hoy día 12 de Mayo es festivo en Hong Kong, se celebra el «Cumpleaños de Buda», pero hoy eso no se aplica a nosotros. Aunque en la oficina llevamos un calendario de fiestas compartido entre las de España y las de Hong Kong, esta vez no nos ha tocado. En cambio, decir que el ambiente en la ciudad es muy distinto a otros días y eso en parte se agradece.
Esta celebración se da en el octavo día del cuarto mes del calendario lunar chino. No sólo es festivo en Hong Kong, sino también en Macao y Korea del sur, y respecto al calendario gregoriano, pues varía esta fecha de un año a otro. Por ejemplo, el año que viene, pasará a ser el día 2 de Mayo de 2009. Por lo que la mayoría de templos en Hong Kong estarán llenos de gente haciendo las respectivas ofrendas. Especialmente en la isla de Lantau, donde se encuentre la estatua de bronce de buda sentado más alto del mundo (Tian Tan Buddha), cerca del monasterio de Po Lin.

Así que, de resto, aprovechar la «tranquilidad» aparente de la ciudad. La verdad que no parece un lunes cualquiera, hasta me atrevería decir que ni un sábado o domingo son igual de tranquilos.

Feliz lunes y comienzo de semana para los demás que se encuentren repartidos por el mundo.

Regreso a KL

Y terminando de contar el viaje del puente pasado. Habíamos pasado unos días increíbles en la isla de Tioman, pero el sábado por la mañana teníamos que regresas a KL para ver un poco la ciudad y como no… las torres Petronas.

A primera hora del sábado, dispuesto para coger el ferry de vuelta hasta Mersing y luego el consiguiente trayecto Mersing-Kuala Lumpur. He de decir que esta vez, no sé, el viaje como que fue más llevadero que a la ida. Llegamos finalmente a eso de las 6, con tiempo para buscar el alojamiento y prepararnos para dar una vuelta y de cenita.

Así que, acabamos yendo a un centro comercial cercano a casa de Juan, donde según nos contaba, es el parque de atracciones indoor más grande del mundo. Resulta bastante curioso estar dentro del centro comercial, levantar la cabeza y ver la estructura de una montaña rusa, oir los gritos de la gente cuando estaban montados.

Y para no ser menos, quisimos hacernos un poco más chicos y disfrutar de algunas de las atracciones del parque, entre la montaña rusa y los coches de choque, el resto eran ya demasiado infantiles y no quedaba mucho tiempo para que el parque cerrase.

Después del rato divertido del parque, tiempo para la cena que sino nos quedabamos sin ver las Petronas, a eso de las 12 es cuando las apagan, y tiene su encanto verlas de noche, a uno le dejan sin palabras… y cuanto más miro las fotos más me gustan. Aprovecho para recomendar ver el documental de cómo se construyeron, una pasada! Más información, aquí -> Torres Petronas

Sólo nos quedaba conocer un poco la noche de KL, con lo que después de las consiguientes fotos de las torres, nos dirigimos al Zouk, club el cual también está en Singapur, pero que no tuve la ocasión de ir. Llegamos algo temprano, pero poco a poco el sitio fue cogiendo ambiente. Aprovechar nuestra última noche en la capital, y hasta que el cuerpo aguante, jeje.

Estuvo muy bien la despedida de la ciudad. Ya ibamos avisados de que la marcha en KL acababa pronto, pero se aprovechó lo que se pudo. Al día siguiente, sin tiempo para mucho, prepararme para el viaje de vuelta a Hong Kong.

Los demás se quedaron haciendo una barbacoa… que pena no haberme quedado, sólo de pensarlo se me hacía la boca agua. Por lo que me contaron, estuvo muy bien aunque la gente estaba algo desganada… ya se sabe, que después de un día de fiesta…

Me encantó reunirme con mi compañeros de Beca, algunos no los veía desde que no separásemos en Madrid una vez terminado el curso del verano (¡cómo se pasa el tiempo!) y una alegría haber pasado estos días juntos. Ojalá se pueda repetir. Creo que todos tendremos un buen recuerdo, y eso es lo importante.

Isla de Tioman

Después de haber podido descansar algo, al día siguiente nos esperaba una excursión en barco alrededor de la isla. En nuestro recorrido nos daría tiempo a hacer algunas paradas para disfrutar de una buena playa, ir a ver unas cataratas y recuperar fuerzas en el almuerzo, sin dejar de lado, el snorkelling para terminar la jornada.

Ya desayunados, los que pudimos, rumbo al barco para comenzar el día. En cambio, hubo algunos que debido a la «rapidez» malaya, pues no tuvieron otro remedio que disfrutar del desayuno en el barco mientras botabamos entre las olas, jeje, pobre Juan.. pero creo que se defendió bien entre tanto movimiento.

Primera parada de nuestro recorrido: una de la playas de la isla. Increible lugar, playa y montaña de un solo vistazo. Con la arena en perfecto estado para jugar un partidito de fútbol o voley, lástima que nos dejásemos la pelota… tiempo para disfrutar del agua, que no veas como estaba de calentorra, y no era ni medio día.

También tuvimos tiempo para pasear y sacarnos algunas fotos en grupo, que la ocasión lo merecía. El equipo de informáticos desplazado al completo 🙂 Que mal que estamos, no? poco más se puede pedir, playita, sol, buena compañía, los que eramos: Juanjo, Juan, Pura, Leti, Fausy, Miguel, Peque, Alberto y yo. En la foto de la derecha el equipo: HCMC-KL-HK-SYD.

Hubo tiempo también para las risas. Miguel andaba entretenido subiéndose a unas cuerdas que andaban por ahí sueltas, y bueno, no tardó mucho en llegar ese momento que algunos ya estaban esperando venir… batacazoooo. Y ese video donde anda Alberto? lo estamos esperando ansiosos, jeje, estuviste de lo más oportuno cámara en mano y acción!!! Menos mal que se pudo resguardar de la esquina mesa que se encontró de golpe mientras se balanceaba… hasta a mi me dolió.. (aunque sólo quedó en una anécdota divertida)

Después del tiempo de relax, hora de subirse al bote para continuar nuestro recorrido alrededor de la isla y disfrutar de las vistas. De repente en uno de esos momentos, divisamos a lo lejos una montañas un tanto curiosas, alguien las bautizó como la Petronas (de Tioman), jeje. No es que sean exactamente montañas gemelas pero ahí está lo curioso de la similitud con las impresionantes torres de KL que aún teníamos que ver.

Nos habían hablado de unas cascadas que había en la isla, y que merecía la pena ver. Apenas habernos adentrado 10 minutos caminando, empezamos a escuchar el sonido del agua y poco a poco fue apareciendo agua que corría de entre los árboles. Un paraje que parecía totalmente abandonado, aunque nos encontrabamos con casas en el camino, hasta que llegamos donde las cascadas. Al principio un poco temerosos pero luego totalmente confiados, nos decidimos ir escalando poco a poco, de muy fácil ascenso, la caída del agua había desgastado la piedra dándole casi la forma de escalones con los que subir sin complicaciones. Momento para sacarnos las correspondientes fotos mientras disfrutábamos como niños remojándonos y ascendiendo de poquito en poquito.

El agua estaba super fresquita y en algunas partes se podía disfrutar del agua cayendo como si se tratase de una bañera de hidromasaje, super relajante. Se me hizo corto el rato que pasamos allí. Sin duda, fue un acierto ir a las cascadas.

En el camino de vuelta, Juanjo se dio cuenta de un curioso bichito que merodeaba por el suelo. Me pregunto qué especie será. A mi se me da un aire a los bichitos que se comían Timón y Pumba, jaja 😛

El camino de vuelta hacia el barco después de la cascadas, bien se merecía una foto. Parece que se pierde hasta el infinito y más allá. Al final del camino, la caseta donde nos aguardaba el barco para llevarnos hacia la siguiente playa donde haríamos un alto para reponer fuerzas.

El día estaba siendo bastante entretenido, entre los viajitos en el bote y luego, playita, cascada… era tiempo para la hora del almuerzo. Y como en los demás sitios de la isla, el menú era el de siempre, a elegir entre:
  • Fideos
  • Arroz.
  • Papas fritas.
  • Hamburguesas.
  • Zumos naturales…

Esta vez la elección fueron unos fideos fritos con pollo, bastante buenos junto con un jugo de sandía. El calor estaba apretando en ese momento del día y un heladito de postre sentó la mar de bien.

Después de comer, una sobremesa relajada charlando sobre la jornada y unos bañitos de rigor para refrescarse del intenso calor del comienzo de la tarde. Cuando me vine a dar cuenta eran casi las 3 de la tarde, que bueno cuando uno desconecta y se olvida del tiempo. Ya sólo nos quedaba disfrutar de una jornada de snorkelling en aguas de una playa cercana. Increíbles paisajes submarinos con cantidad de pececitos de colores todos los tamaños, muchos en bancos, otros en parejas y otros solos. Todo un espectáculo ver como se peleaban entre ellos por conseguir un trozo de pan, agolpándose unos con otros. Espero tener una cámara acuática para la próxima 🙂

Para terminar el día, donde mejor que acabarlo en la playa cerca de nuestro alojamiento y contemplar un nuevo atardecer. Los chicos disfrutando de una charla con unas cervecitas en el agua, y un servidor dejando volar mi imaginación con las posibilidades de tan bonito paisaje…

Aunque no se nos vea en las fotos, uno puede intuir los que están en el agua, a ver si adivinan… y el que está en primer plano?mmmm… Imágenes para disfrutar una y otra vez, hay que estar allí para verlo, pero espero que con las fotos se aprecie la belleza de las imágenes. Acercándome en esta última foto, al detalle de la orilla con los reflejos rojizos y anaranjados de la puesta de sol.

La noche había terminado de caer pero no sin antes terminar de retratar los últimos momentos del día en primera línea de playa y de fondo el muelle donde al día siguiente cogeríamos el ferry de vuelta a Mersing, después de haber pasado unos días increíbles en esta isla de Malasia.

El día había sido largo, pero aún quedaban fuerzas para despedir la noche de nuestro último día en la isla, y que mejor plan que repetir de nuevo en la playita, disfrutando de unas copas y en compañía de un buen grupo de gente.

Pero como todo.. todo llega a su fin, y las energías se agotan. Nuestro compañero Juanjo (con tu permiso 😉 ) no dudo en echar una cabezadita… El final de la noche se acercaba, el día había dado para mucho pero teníamos que descansar que al día siguiente nos esperaba nuestro viaje de vuelta a KL.

Viaje a Malasia

Hasta el momento no había repetido país en los destinos en los que me he movido, pero ha sido Malasia donde hemos ido a parar un grupo de gente, entre ellos informátic@s, que en un post anterior comenté. Nuestro destino: Kuala Lumpur (KL), lugar de residencia de nuestro gran Juan – Kuala.
El viaje era algo más que KL y por lo pronto, el mismo miércoles por la noche al par de horas de haber llegado, pusimos rumbo hacia la isla de Tioman. El resto de gente había ido llegando de forma goteada hasta el día del miércoles. Una vez reunidos todos, empezaba el gran viaje.

Por delante, supuestamente 4 horas de furgoneta, que se terminaron por convertir en casi 6 horas. Un poco largo, algo incómodo y sin apenas dormir, alcanzamos la ciudad de Mersing, punto intermedio en nuestro recorrido hasta la isla. Ya sólo nos quedaba coger un ferry que nos llevaría hasta nuestro alojamiento en la isla de Tioman. Llegamos a la parte de la isla donde nos ibamos a alojar, y esto fue lo que nos encontramos… creo que con sólo ver las fotos, uno se hace la idea.

El agua como verán, es una pasada, super azul, limpita, un gustazo. Más adelante, después de comer tuvimos la ocasión de darnos algunos chapuzones y algunos también optaron por hacer algo de snorkelling en la zona, y si que valió la pena.
Y lo mejor que pudimos hacer fue disfrutar del sol mientras durase y momento para sacar las primeras fotos del atardecer. Simplemente espectacular, como cuando estuve con el amigo Juan en Kota Kinabalu, éstas fotos creo que las superan y más aún teniendo la playita de por medio, no sólo el muelle.

Aunque no se nos vea mucho, más bien se intuye, en la foto de la izquierda salimos: Fausy, Carlos y yo, que sino, tanto paisajito, pero merecía la pena.

El día estaba siendo algo largo, pero el relax de la playita había ayudado para continuar con el cuerpo en marcha. Tiempo para ir a darse una duchita tras el largo viaje de la mañana e ir a cenar algo en uno de los restaurantes de la zona: arroz, fideos, calamares, pescadito… un variadito, y además tuvimos la suerte que estaban de barbacoa. Comimos super bien la verdad.

Lo que si, ya por la noche, es todo tranquilidad, así que, la marcha la pusimos nosotros, jeje. Uno de los chicos del grupo se había traido consigo un altavoz para Ipod muy apañado, con lo que la música estaba servida, y luego echarnos algunas copitas sentados cerca de la playa… no tiene precio.

Para ser la primera noche en Tioman, super bien, aunque con la paliza que llevabamos encima, la gente no tardó en ir recogiéndose no muy tarde, y es que también, al día siguiente habíamos reservado un barco para que nos llevase alrededor de la isla y ver algunos sitios interesante, y claro, teníamos que estar descansados.

Aún queda más viaje, y para que no sea largo de contar, en el próximo post seguiré con los detalles del mismo.