Paseando por Madrid

Días de cielo azul los pude disfrutar en mi breve visita a la capital en el mes de septiembre para asistir a la boda de un buen amigo. Habiendo aprovechado bastante bien el tiempo paseando por Madrid. Una ciudad a la que siempre me gusta volver y creo que hacía más de dos años desde la última ocasión.

Un buen momento para que uno cambie el chip de Hong Kong y se adapte a un ritmo de ciudad distinto. Lo es también su gente y los sonidos del ambiente, por aquello de entender el idioma con mejor claridad

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Uno se va fijando en los detalles de algunas fachadas y se encuentra con detalles curiosos como el de la foto de a continuación. Pero todo tiene una explicación, puesto que al pasar pude escuchar el sonido del zapateado de la escuela de danza que se alberga en su interior.

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Incluso otros con mensajes en varios idiomas 🙂

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Da gusto el poder ir callejeando, resguardándose en la sombrita y descubriendo las callecitas que te van llevando hasta zonas más céntricas con una plaza o una boca de metro como esta de Tirso de Molina que quedaba muy cerquita de donde me estaba alojando.

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Los negocios de toda la vida que mantienen el aire de antaño y que siguen con su clientela del barrio, además de atraer a las nuevas generaciones con productos nuevos o de estilo gourmet. ¿Se imaginan cómo sería este negocio 40 o 50 años atrás?

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La llegada del otoño está presente en los árboles, en el ambiente, en la brisita que corre cuando cae la tarde y sobre todo cuando uno se fija que la gente va algo más abrigada; sin embargo, por las mañanas si que el sol se sigue dejando ver para calentar con sus rayos y hacer los paseos más agradables, pero será cuestión de semanas en las que la época otoñal esté funcionando al completo.

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Siempre es un placer poder volver por Madrid y disfrutar de buenos paseos, hacer de turista visitando sus rincones, comiendo buenas tapas y empaparse de la historia de sus calles y edificios. Y nada mejor como terminar delante de la emblemática zona de Sol.

¡Que tengan muy buen fin de semana y cierre del mes de Octubre!

Aceitunas

Curiosamente nuestra protagonista de hoy, hace bastantes años atrás no le tenía cogido yo el gusto que digamos. Son de esas cosas que cuando pequeño no te convence su sabor de primeras y las dejas aparcadas hasta que llega un día cuando cambia nuestra percepción y pasan a gustarnos. Al igual que me pasaban con los pimientos o el queso, curiosamente, con las aceitunas me pasó lo mismo. Recuerdo que sí me gustaron cuando las probé aliñadas y el sabor se disimulaba un poco mejor. A día de hoy no tengo problemas y es un aperitivo que me gusta, aunque tampoco es que esté comiendo todo los días.

Para el gusto occidental, creo que es un sabor un tanto diferente. No sólo como aperitivo sino también a la hora de cocina. Y la verdad, pensándolo bien, no me encajaría mucho el ver aceitunas verdes o negras en un plato de cocina china pero es algo que los españoles nos encanta y en nuestra despensa nunca falta una latita de ellas 🙂

Ayer cuando estabamos haciendo la compra yendo por la sección de productos refrigerados, me llamó la atención algo..

Un envasito de aceitunas negras que venían con aliño. No tenían mala pinta la verdad, pero el precio sí que me frenó un poco (7 euros). Me pregunto si tendrán éxito…

Y parece que iba con el radar de las aceitunas puesto, aunque más bien, estaba atento a ver qué productos españoles llamaban mi atención. Nos aproximábamos a la sección del aceite y era inevitable toparnos con ellas. Y de estas de la foto sí que me llevé un sobrecito para ver qué tal. Aún tengo que quitarle la etiqueta que le plantaron detrás y ver el origen, aunque el nombre es un poco francés, y primera vez en ver dicha marca.

Eso me recuerda que en casa desde hace unos meses venimos comprando este aceite español que está muy bueno, perfecto para la sartén o darle un toquito a alguna ensalada. Lástimas que el anterior que habíamos comprados de la marca «Pons» dejasen de traerlo, pero dentro de lo que cabe, éste está muy bien y un aceite de oliva virgen se agradece cuando se prepara la comida.

Ya ven que productos españoles no faltan en los supermercados de aquí pero por ejemplo en el terreno de los aceites, son los italianos quienes ocupan gran mayoría de las estanterías y luego con algunas marcas chinas o también algunos aceites australianos. Aún queda mercado por conquistar, así que, desde aquí animo a que más empresas intenten introducir sus productos en Hong Kong. Sé que cuesta, pero si se abren hueco eso ya es un paso y luego poco a poco que la gente lo vaya conociendo; y quien dice aceites o conservas, como cualquier otro producto, aunque canarios como que ya es más difícil 😀

Más marcas

 

Es bueno saber que la apuesta por marcas españolas sigue siendo una constante en la ciudad. Las más conocida en lo que textil se refiere, es Zara y seguida de Mango, aunque esta última parece que está perdiendo algo de tirón con el cierre de algunas de sus tiendas.

De sobra conocido el grupo Inditex que aglutina algunas de las marcas principales de ropa como la mencionada Zara, Pull and Bear o Massimo Dutti.

Relacionada está con este gigante textil la siguiente marca. Curiosamente el verano pasado cuando estuvimos de vacaciones por Barcelona, mientras dábamos una vuelta por las cercanías de Plaza Cataluña, encontramos una tienda de la marca Uterqüe. Hasta aquel momento una total desconocida para mi, pero de lo que vimos nos gustó el estilo de la ropa y los complementos. Se anuncia próxima apertura de una tienda en el centro comercial IFC.
 
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De momento trabajando en su interior aunque sin fechas, pero seguro que a finales de mes o lo más tardar principios del mes siguiente estará lista. Sabiendo la prisa que se dan con las obras y la eficacia en los tiempos de ejecución, no tengo duda.

Las marcas españolas siguen en buena forma y esto es buen indicio. El.grupo creando más beneficios en comparación al mismo período de 2011 y esto tiende a crear más empleo con tiendas nuevas. Es bienvenido.

 

Combo

 

A la hora de emprender el regreso y para que no fuera todo muy apurado volando desde Mallorca a Barcelona y luego a Hong Kong (por lo que pudiera pasar), decidimos volar a Barcelona un día antes y tomarnos las cosas con calma. El día que salíamos rumbo a Mallorca que era por la tarde, nos levantamos tempranito para aprovechar el día y nos fuimos echar un desayunito en un sitio que descubrimos durante un par de días antes y que tanto nos gustó.
 

Un sitio coqueto y con buenos precios. Esta vez nos sentamos en la terracita, hacía un día de sol muy agradable y había que aprovecharlo. Mi novia lo tuvo claro y optó por un desayuno potente: pan con tomate, huevos, champiñones salteados y salchichas. El mío ahora no lo recuerdo bien y es que fue un visto y no visto.
 

El siguiente paso fue una visita a la playa de la Barceloneta. Pillamos el metro y llegamos en un momentito hasta la parada del mismo nombre y luego un breve paseito hasta primera línea de playa. Qué pena no haber ido preparado con bañador para un chapuzón, el día lo merecía, pero ya tendríamos tiempo en Mallorca 🙂
 

La gente cogiendo sitio, algunos prefieren estar en la arena mientras que otros cogen su hamaca y sombrilla. Espacio hay de sobra, pero ya a aquella hora que serían apenas las 11 había bastante movimiento. Pasar un día en la playa y teniéndola tan cerquita, es todo un lujo.
 

 

Otros en cambio, prefieren correr un poco. Hacer un poco de ejercicio al lado del mar y quien sabe si más tarde culminar nadando un poco.
 

Encontrarnos con una curiosa construcción que parece en su interior tiene luces. A lo mejor de noche ¿se ilumina y hace de faro? la proyección de la sombre es un buen escondite si no se tiene sombrilla o simplemente para pasar un rato.
 

Sin olvidarnos de la cantidad de bicicletas que circulan por la ciudad, un medio de transporte ideal y con sus espacios de aparcamiento a mano en muchas ubicaciones. Una lástima que estas rojitas sean tan sólo para residentes, sino, en un arrebato cogería una (pagando) y ponerme a pedalear por el carril bici que va en paralelo al paseo de la playa, era tentadora la idea.
 

 

Seguimos caminando otro poco más hasta que decidimos que era momento de dar la vuelta y regresar al hotel. No vaya a ser que fuéramos a perder nuestro vuelo de la tarde. Siempre nos quedará un día extra a nuestra vuelta, que bien lo aprovechamos disfrutando de nuevo un pulpito.