Volvimos a Osaka

Después de cinco años desde la última visita, volvimos a Osaka. Justamente fue el segundo destino cuando las niñas tenían poco más de un año después de haber ido a Tenerife un par de meses antes.

Lo que sería mi cuarta visita a la ciudad y la estancia de mayor duración. Con ganas de recorrer de nuevo sus mercados..

La popular zona de Dotonbori y su multitud de establecimientos para disfrutar takoyaki, okonomiyaki, ramen o izakaya. Hay donde elegir.

Y si queremos ocio: karaoke, juego de dardos..

Para que sirva de aperitivo, unos pinchos para abrir boca.

Fue un viaje bastante completo y con tiempo para patear, ir de parque de atracciones, descansar y hacer algunas compras.

En un próximo post les contaré algunos detalles más de lo que dio de si. Espero que me acompañen 🙂

Arroz frito

Un plato de sobra conocido como es el arroz frito y que casi no necesita presentación pero en los detalles está la diferencia.

Este de la foto es el clásico estilo Yeung Chow. Viene acompañaba de trocitos de cha siu, verduras y huevo. Viene a ser como lo que conocemos al nombre de «arroz frito tres delicias», se da un aire.

Y si me preguntan por un sitio en concreto donde comer un buen arroz frito.. Lo mejor sin duda es en los restaurantes de barrio, pero también una buena opción es en algunas cadenas locales como «Hong Kong Day» que es una garantía (el de la foto) o también en los del grupo «Tai Hing»

Les dejo con buen sabor de boca para empezar el fin de semana. Y si quieren que hable de más platos concretos o más gastronomía, no dejen de comentar.

Un saludo y hasta el siguiente 🙂

Volver al continente

Desde la última vez que visitamos a la familia de mi mujer, se habrán imaginado lo que ha llovido y con la pandemia de por medio. Finalmente esta pasada Semana Santa pudimos volver al continente.

Esta es la parte fácil, aunque cuando uno cruza la frontera siempre tiene que armarse de paciencia en lo que te atienden. Obtener el visado es ya otro punto y a parte, la de gente que hay estos días solicitándolo.

Desde Shenzhen nos vinieron a buscar y después de un trayecto de poco más de 1hora, llegamos a Boluo que es donde reside la hermana de mi mujer. No era mi primera vez pero siempre habíamos estado de pasada, y en esta ocasión nos quedaríamos varios días.

Los primeros días fueron de reuniones familiares y con poco tiempo para escaparme a correr, hasta que finalmente pude y salí a explorar por los alrededores. Crucé este puente sobre el río Dong y me dirigí cerca del núcleo urbano.

Volver al continente

La noche anterior había llovido un poco y el ambiente estaba perfecto, sin humedad y algo de brisa.

Fui callejeando en paralelo al río hasta que llegué a una zona de casitas con algunos murales curiosos.

¿Y si paso este portal a dónde me llevaría ? Creen que seguí por ahí o bien di media vuelta.. En la próxima entrada les cuento 😉

Hola Bangkok

Después de haber llegado de madrugada, la ciudad nos recibía con un buen día de sol y cielo despejado. Hola Bangkok! aquí estaremos durante los próximos cinco días para disfrutar con nuestras hijas.

Echando la vista atrás, la última vez que había pisado la ciudad fue por allá en el 2011 cuando hicimos escala Alberto y yo antes de poner rumbo al sur hacia Koh Tao. Una ciudad que no deja indiferente a nadie, una gran urbe pero donde las cosas funcionan con bastante armonía.

Hay tráfico? sí, pero inevitable en cualquier ciudad asiática. Se pasa calor? pues a beber más coco o limonadas 😀 pero es que se come muy bien, tiene templos y zonas comerciales. En nuestro caso, sabiendo que la ciudad contaba con unos cuantos centros comerciales (Siam Paragon y similares) donde poder entreternos y estar al fresquito, era la opción que más no convenía.

hola bangkok

Este puestito de mangos fue un muy buen descubrimiento. Tanto así que fuí en más de una ocasión para comprar un «sticky rice». Se ve que era un sitio popular para turistas porque siempre estaba bastante animado, incluso escuché alguna gente de Hong Kong. Muy recomendable el sitio, bien cerquita de la salida de metro de Thong Lor.

a los ricos mangos

El metro es otra de las comodidades que tiene la ciudad, además de tener una perspectiva diferente de la ciudad. En esta ocasión tuve que ir a una parada de distancia para ver si daba con un sitio para cambiar dinero. Siendo domingo la cosa no estaba fácil con las casas de cambio pero finalmente encontré uno abierto y cambiar para los siguientes días.

En una de las vías principales y donde estaba situado nuestro hotel, cruzar la calle puede ser un poco odisea aún habiendo semáforos. Y curiosos algunos de los vehículos como esta mini guagua, llena hasta más no poder..

Justo cuando volvíamos de haber estado visitado «The Commons«. Un espacio bastante interesante donde encontrar tiendas, sitios para comer y también algo de arte.

También con tiempo de poder visitar el famoso templo de Wat Arun. Eso sí con un día de bastante calor, el que más durante nuestra estancia. Menos mal que fuimos bien entrada la tarde, pero la sudada no nos la quitó nadie.

Así que, el cuerpo pedía tomar algo fresquito. Mantenernos hidratados y protegidos de los rayos, sobre todo las niñas.

refrescante limonada

Cada día empezamos con nuestro desayuno, un poco más tarde algo de piscina y luego turno para salir a dar una vuelta. Bien nos quedamos cerca de la zona del hotel o bien nos movimos en taxi hasta otro sitio. Con las niñas no se puede llegar a planificar todo y hay que ir improvisando según se vaya viendo.

Por lo general diría que el viaje salió bastante bien y disfrutaron, que es lo más importante. Fue una buena excusa el poder aprovechar antes de que cumplieran 2 añitos (justo regresamos a HK un día antes de la fecha).