Kyoto tower

A pesar de que Kyoto sea conocido por su cantidad de templos y edificios antiguos, también tiene su modernindad. Entre ellas la torre de Kyoto, al ladito de las estación de trenes. Cuenta con un hotel y algunas tiendas en su parte baja. He de decir que de día no luce tanto, hasta me parecía algo fea, pero de veras que de noche gana bastante.

Me reservo algunas torres más aún 🙂

Una de templos

Mi siguiente día a mi llegada a Kyoto, visita obligada a varios templos de los más conocidos de la ciudad. Y para moverme mejor, me recomendaron a mi llegada al hostal que me hiciera con un bono de guagua válido por 1 día (precio 500 yenes) que te permite usar toda la red de transporte, y bastante útil, más aún cuando el tiempo no acompañaba del todo y evitar caminar en exceso.
Empezando por la zona sur-este de la ciudad, la primera parada en mi recorrido.
Kiyomizu-dera

El primer sitio que me quedaba más cerca de mi hostal era el templo de Kiyomizu-dera, muy conocido cuando la época de las flores de los cerezos. Construido sobre el año 768 pero los edicios actuales datan del 1633. El templo toma su nombre de las cascadas que existen en el complejo, las cuáles bajan de las colinas cercanas. Kiyomizu (清水) literalmente significa agua pura, agua clara o agua limpia.

 

Leyendo un poco me he enterado de que existía una tradición de saltar desde la barandilla del templo en una caída de unos 13 metros, y los que sobrevivieran al salto se les concedía un deseo. Práctica que en la actualidad no se lleva a cabo, pero el porcentaje de gente que lo conseguía era bastante elevado (en el Periodo Edo). ¿Alguien se anima?
También existe una parte del templo donde hay una casacada de agua, donde la gente coge unos cazos para beber el agua que cae. De ahí el significado del nombre del templo, el agua pura.

 

No muy lejos de donde se encontraba el templo, zona de callecitas empedradas con pequeñas casitas entre las que se alternaban restaurantes con tiendas de souvenirs, momento para comprar algunos detallitos para la familia.

 

Es la zona de Gion, también conocido por ser una zona donde se encuentran las geishas. Tuve la suerte de encontrarme una cuando iba de paseo, aunque en la foto se vea algo tímida, tampoco quería fotografiarla de frente, me dio un poco de palo.

 

Moviéndonos hacia la zona noroeste, muy juntitos uno del otro, apenas unos 10 minutos los separan, dos de los lugares más famosos de la ciudad.

 

Kinkaku-ji (Pabellón dorado)

Entre los lugares turísticos de obligada visita en Kyoto y símbolo de la ciudad, se encuentra este templo. Data de 1397 como villa de descanso del Shogun Ashikaga Yoshimitsu, como parte de su propiedad llamada Kitayama. Su hijo transformó el edificio en un templo Zen de la secta Rinzai. El templo se quemó varias veces durante la guerra Ōnin. Recubierto de láminas de oro la segunda y tercera planta del templo, aunque retocado por última vez en el año 1987.

Ryoan-ji

Y muy próximo, se encuentra el también muy conocido templo de Ryoan-ji (El templo del dragón tranquilo y pacífico), que cuenta con uno de los jardines secos más famosos del mundo. Según dicen, hasta han hecho estudios, bajo el jardín han encontrado el patrón de un árbol, y por eso resulta tan agradable admirarlo.

Y gracias a nuestra amiga Wikipedia, saco lo siguiente: «En total hay 15 piedras dispuestas en 3 grandes grupos. El primero comprende las 3 rocas de más a la derecha. El segundo, las 5 siguientes, y el tercero, las 7 restantes. En cada grupo destaca una piedra mayor que las demás. El musgo se utiliza como base de algunos grupos para dar unidad.

 

Existe una idea de movimiento, según miramos los grupos de derecha a izquierda, se van volviendo cada vez más dispersos, hasta llegar a las últimas dos piedras que no tienen musgo. No se puede ver todo de un sólo vistazo, hay que ir moviendo la vista.»

Castillo de Nijo

 

Y para terminar mi recorrido finalizando en el castillo de Nijo, compuesto por el Palacio de Ninomaru e Hinomaru junto con los jardines de los alrededores y las protecciones de los muros. Me lo recomendó Fernando, el chico que conocí en el hostal de Tokyo los primeros días. Y la verdad que mereció la pena, aunque llegué justo de tiempo, pero me dio para ver lo más importante. Esta la zona del Palacio de Ninomaru. El día algo gris y bueno, difícil a veces captar buenas fotos.

Y las vistas desde una de las zonas altas del castillo con el Palacio de Hinomaru, al fondo parte de la ciudad de Kyoto y sus montañas, que tranquilidad. Junto con los muros interiores que rodean la parte del Palacio de Ninomaru.

Bastante cultura por un día, además de, las casitas que uno se va encontrando mientras callejea por la ciudad. Sin duda, hacen falta más días para conocer la ciudad a fondo, pero le di un repaso importante, y bastante contento con todo lo que vi.

¡Bienvenido Kyoto!

Situada en la región de Kansai, la ciudad de Kyoto (Heian Kyō) fue en su momento capital del Imperio desde 794 hasta el desplazamiento del gobierno a Tokio en 1868 cuando tuvo lugar la restauración Meiji. La ciudad, rodeada de montañas, se sitúa en la parte centro-occidental de la isla de Honshu.

En la actualidad considerada centro cultural del país por la cantidad de templos budistas, santuarios sintoístas, palacios y entre sus jardines los más famosos de Japón.
Una vez llegado a la ciudad, desde la estación de tren hasta el hostal apenas unos 10 minutos caminando. Ciudad nueva, calles nuevas = orientarse. Mapa en mano y rumbo al hostal para dejar las cosas y empezar el recorrido turístico.
Mochila y paraguas en mano en mis primeros pasos por la ciudad. Opté por dirigirme hacia la zona sur-este de la ciudad, lo más cerquita que me pillaba del hostal y de paso aprovechar para comer algo que el cuerpo lo estaba pidiendo. Me metí en un restaurante que encontré por el camino y me decidí por una bandeja con algo de sushi y unos noodles con verduras, y acompañado de té (frío, no me lo esperaba).

La cantidad de puertas de color naranja me habían llamado la atención; luego me enteraría que se tratan de Toris,un tipo de puerta tradicional japonesa que se encuentra a la entrada de un shrine ¿Y qué es esto último? pues un lugar para orar y hacer ofrendas.
En concreto, el lugar donde me encontraba era: Fushimi Inari Taisha, el cual comienza a los pies de la montaña Inari y continúa ascendiendo por distintos caminos que llevan a distintos shrines. Pasillos de toris, uno tras otro, izquierda y derecha, adentrándose más y más en el monte.

Sólo el comienzo del ascenso por la montaña y a mi paso encontrare más pistas a un lado y otro, continuar investigando el terreno hasta llegar un punto que… mejor ir bajando que sino se me hace de noche. Bastante interesante el lugar donde pude encontrar toris de todos los tamaños que los usa la gente para sus ofrendas.

También me pude encontrar estaturas de zorros (kitsune), se encuentran habitualmente en los shrine Inari y suelen llevar una llave en su boca. Los zorros están unidos al folklore japonés y se les considera que tienen habilidades mágicas, que aumentan con la edad. Una de ellas que pueden adoptar forma humana. Interesante el papel que desempeñan en la mitología japonesa… Más información

O este otro tan curioso, que en su boca tiene un tubito a modo de fuente… y en la parte baja cerca de la fuente, unos cacharritos para que uno pueda lavarse las manos o incluso beber agua, para purificarse según manda la tradición.

Cuando me vine a dar cuenta, ya habían pasado casi 2 horas entre tanto tori, kitsune, y sube-baja de montaña. El día parecía que iba a anocher pronto y no me quedaba tiempo para mucho, así que decidí irme hacia el centro de la ciudad, aunque por la hora que era, pocos templos o más bien ninguno podría ver.

Así que, el día de mañana iba a estar bien cargadito que tenía algunas visitas obligadas a algunos de los templos más famosos de Kyoto.

Tokyo-Kyoto

Después de un fin de semana bastante movidito en Tokyo: Akihabara, Ginza, Yoyogi, Shinjuku, Harajuku, Shibuya… Le di un repaso a la ciudad en toda regla, aunque aún quedaban algunos sitios por ver con tiempo a mi vuelta.

Lunes por la mañana, saliendo desde la estación de Tokyo, me espearaba el Shinkansen o tren de alta velocidad, en concreto el Hikari Superexpress. Y nuevamente con el uso del JR-Pass, basta con subirse a uno de los vagones (No reservados) y cuando pase el revisor, simplemente basta con enseñarlo. También tenemos la opción de reservar nuestro asiento en la estación previo a nuestro viaje, porque se puede dar la situación de no encontrar asiento y tener que quedarnos de pie, así que, de esta forma nos aseguramos el asiento.

Aprovechar para comentar cuando alguien decida hacerse una ruta para un viaje a Japón y cuadrar un poco el horario de trenes y así aprovechar el tiempo al máximo. En este link -> Horarios de trenes, podremos saber los horarios entre una ciudad y otra, y así ver cual nos conviene más y administrar mejor nuestro tiempo. En el caso, de trenes locales basta con esperar en la estación un poquito o pillar uno sobre la marcha, puntuales a más no poder.

En lo que esperaba a que fuera la hora para partir, de repente empiezan a aparecen colegiales y más colegiales, de excursión en Tokyo. Fue el primer contacto que tuve con ellos, y no sería el último.

El recorrido de Tokyo-Kyoto de algo más de 500 kms. se hace en apenas unas 2 horas y media, más o menos, con un par de paradas intermedias, pero un viaje muy ameno, viendo un poco de paisaje y echando alguna cabezadita de vez en cuando.

Campos verdes, casitas pequeñas, montañas… super bonito las afueras de Tokyo a medida que nos ibamos alejando. El tiempo algo lluvioso pero prevenido con paraguas y chaqueta finita por lo que pudiera pasar 🙂