Sube y baja

 

¿Quién no coge un ascensor todos los días? una acción más que cotidiana para todos nosotros. A diario cuando salimos de casa y esperamos a que venga para «depositarnos» en la calle y empezar una nueva jornada de trabajo. No será el primero ni el único que cojamos a lo largo del día, de arriba a abajo nos mueven sin casi percibirlo. Hacen su trabajo en silencio transportando a mucha gente cada día.
 
 

Y ascensores de todo tipo: grandes, medianos o pequeños; modernos o no tanto. El dato de unos 7650 rascacielos impone bastante, se pararon a pensar ¿cuántos ascensores puede haber en una ciudad como esta? y a la par podríamos pensar en su «hermana» Nueva York, disputándose codo con codo la de ciudades con mayor número de edificios altos. He intentado indagar un poco a ver si daba con algún dato estadístico al respecto, pero creo que se antoja algo difícil o quizás con más calma. Yo antes de venir a Hong Kong, los ascensores que había cogido rara vez pasaban de un piso 12 (creo recordar), en cambio aquí, mejor no contar los pisos. A veces parece como si sobrara algún número 🙂
 

Haciendo un poco de historia y recordando los pisos en los que he vivido hasta ahora, parece como si no bajase nunca de una planta 20 (que es donde está la oficina). Mi primer piso situado en un 21, el siguiente en un 23 y era el último del edificio, para a continuación pasar a un 25. Parece que nos vamos más arriba. Suerte que son tramos únicos de ascensor, porque por lo general en los edificios de oficinas que cuentan con mayor número de plantas y ascensores, lo normal es encontrarse el tener que cambiar en una planta intermedia para llegar a plantas de más arriba, haciendo nuestro camino un poquito más largo pero también una forma más eficiente de transportar a la gente y que no se colapsen todos los ascensores, aunque si nos toca hora punta de esa no nos libramos 😀