Ruta en bici

 

Última jornada del viaje. ¿Qué nos quedaba por hacer? no podíamos irnos sin ir a dar una vuelta en bici por los alrededores de Yangshuo e ir a visitar algunos de los puntos principales de interés. Después de un desayuno con fundamento, era el momento de ir a por las bicis que alquilamos en el propio hostal.

Salimos como a eso de las 9 y media de la mañana, por delante un par de horas de pedaleo por la zona. Una ruta sencilla y prácticamente llana, sin dificultad, aunque como a lo largo de todo el viaje, el calor nos quiso acompañar también en este último día. No obstante, la tormenta de la noche anterior hizo bien en limpiar un poco el ambiente.

Callejeando un poco por el centro y poco a poco nos íbamos alejando. Menos casas y más campo ante nuestros ojos. Nuestro primer punto en la ruta de ese día era: el Big Banyan Tree, una de las principales atracciones de la zona. Plantado hace bastantes años durante la dinastía Jin se mantiene firme desde hace más de 1000 años. En sí el árbol es bastante bonito y frondoso, y estando bajo su copa podemos ver como varios troncos se entrelazan como si fueran varios pero en realidad se trata del mismo árbol.
 

Increíble ver el gentío en las balsas de bambú para pasar al otro lado, hasta algunos haciendos sus particulares batallas de agua. Por suerte parece que nadie terminó en el agua 🙂
 

Nosotros por si acaso vamos a pie bordeando y así nos alejamos un poco hacia una zona más tranquila del parque. Después de caminar un ratito, decidimos que no había mucho más que ver y mejor nos dirigíamos al siguiente sitio recomendado. Venga, a las bicis se ha dicho.
 

 

Lo bueno de las distancias entre uno y otro, es que son bastante cortas aunque como siempre, en el mapa nos pueda parecer lo contrario. Bastante curiosa la forma de esta montaña (Moon Hill) con un agujero perfecto con forma de media-luna. Lo caprichosa que puede llegar a ser la naturaleza y el hombre aprovechar la ocasión para tener un reclamo turístico.
 

 

Íbamos bastante bien de tiempo con lo que hasta nos podíamos permitir perdernos un poco por un camino que iba paralelo al río. El bambú también era protagonista con un pequeño embarque para dar un paseo. Una versión del río Li pero algo más reducida, menos mal.
 

 

Aunque hay otros que prefieren echarse una siesta a la espera de la hora de comer, eso sí que es vida, no? 😀
 

Campos de arroz y montañas, el sello de la casa en la zona. Con ese verde característico de la época de verano. Una tranquila mañana de domingo en la que no es descanso para muchos, hay que cuidar el campo para que el arroz crezca sano y tengan buena cosecha.
 

 

 

Disfrutando de la brisa y las curvas en la bici, parando de vez en cuando para disfrutar del paisaje y casi siempre yo el más rezagado (lo reconozco) teniendo que apretar para engancharme de nuevo al grupo, un buen ejercicio. Hora de meternos por un caminito entre los arrozales que nos haría volver a Yangshuo, haciendo una ruta circular, pero llega el momento de la incertidumbre: ¿izquierda o derecha? me pongo a mirar los caracteres dibujados en una piedra al lado del camino, pero ninguno se me parecía con los de Yangshuo (阳朔). Le preguntamos a la bueña señora que se ve al fondo de la foto, a ver…
 

Y parece ser que el camino a seguir es el de la derecha. Esperemos que sea el bueno…
 

 

No había que dejar pasar la ocasión de sacarnos una foto de grupo en un marco como este. Vamos a preparar nuestro «trípode» improvisado. Bicicleta en posición y ahora colocar la cámara con el temporizador que ya se encarga de eso Alberto
 

 

Y parece que está todo en equilibrio. Preparados, listos…
 

yaa!
 

Sólo nos queda echar la vista atrás y pensar: ¿será un adiós o un hasta luego? nos tenemos que ir alejando de los campos de arroz y las montañas. Tenemos el tiempo justo de refrescarnos un poco y almorzar para luego coger el taxi rumbo al aeropuerto.
 

El viaje se acaba pero los recuerdos y las experiencias quedan en nuestra mente. Haber disfrutado de la buena compañía de Miguel, Inés, Nuño y Alberto, compañeros de aventura durante esos días, vale más que el cansancio de esos días con largas caminatas y no las suficientes horas de sueño, eso es lo de menos.
 

Sin duda un viaje para recordar y repetir. Háganlo si pueden y luego me comentan sus experiencias.

 

A celebrarlo

Como cada año, llega una fecha mágica: el Mid-Autumn Festival (中秋節) donde el verano toca a su fin y es momento de celebrar la llegada del otoño. Ésta, una de las celebraciones más importantes del año. Tiempo para estar en familia y reunirse para cenar. Es tiempo también de farolillos y danza de dragón. Como muestra algunos vídeos para ver el ambiente de la ciudad en esta celebración. Especialmente llamativa la danza del dragón que celebran en la zona de Tai Hang, pegadito a Causeway Bay. Tradición que data del año 1880 e iniciada por las familias de pescadores que allí habitaban.
 

 

Ahh, y tampoco olvidarme de los mooncake. Tanto en versión tradicional como este…
 

o también los snowy (helados) que vienen rellenos de diferentes sabores como: chocolate, fresa, judía roja… hay donde elegir.
 

Mañana será festivo en la ciudad, no para nosotros en la oficina debido al calendario de festivos, con lo que promete ser un día tranquilo en principio. ¡Feliz Mid-Autum Festival a todos!

 

La polémica

 

No sé si muchos habrán tenido ocasión de probar la sopa de aleta de tiburón (shark fin soup), pero seguro que el nombre no les resulta extraño del todo. Es un plato bastante apreciado en la gastronomía china, según dicen por las cualidades que tiene la aleta. Sin embargo, hay quienes opinan que debería de dejarse de comer porque esta práctica amenaza que un día desaperzcan los tiburones de nuestros mares y el ecosistema se vea afectado seriamente.

En la época antigua, era un plato reservado sólo para los reyes y la gente noble. Según la tradición china, parece que la aleta tenía poderes curativos con el cáncer, pero es algo que se ha desmentido. También se dice que es capaz de curar otras enfermedades como aquellas relacionada con alergias de la piel o el dolor de las articulaciones, pero aún no se ha terminado de demostrar.

Aquí se pueden ver algunos ejemplares de aletas de tiburón ya secadas y listas para vender. Este ingrediente también tiene un coste bastante elevado al igual que el abalone. Es otro de los productos habituales en las tiendas de pescados seco. Según la calidad de la aleta, esto repercutirá en el precio final.
 

Debido a que no resulta un plato barato, éste se reserva para las ocasiones especiales como en las bodas. Uno de los primeros platos es esta sopa que tiene este aspecto una vez ya preparada:
 

El fotógrafo establecido en Hong Kong: Alex Hofford, ha publicado recientemente este libro, además de un pequeño corto, sobre cómo se realiza la captura de los tiburones y el mercado de la aleta de tiburón en Hong Kong y otros lugares de Asia.
 

Desde luego que no deja indiferente a nadie y da qué pensar. Si se pasan por su blog podrán seguir todo lo referido a este tema y según se sucedan más noticias al respecto.

En mi mente están los recuerdos difusos de cuando visité Londres por primera vez con mis padres en el año 87, mucho ha llovido desde aquel entonces. Me comentaron que uno de los sitios en los que comimos fue un restaurante chino donde tuvimos ocasión de probar este plato aunque creo que a mi no me entusiasmó mucho. Posteriormente y estando ya en Hong Kong la he tomado en algunas ocasiones especiales. De sabor la verdad que está buena pero siempre le queda a uno esa duda en el interior, ¿he hecho bien o mal?

¿Han probado la sopa de aleta de tiburón? ¿La probarían una vez aunque sea? Desde luego que habrá más platos con alguno de sus ingredientes que se pueda ver envuelto en cierta polémica como esta. El debate sigue abierto…

 

Farolillos

 

Un elemento presente en las principales festividades chinas, es el farolillo chino (chinese lantern). En su forma original, suele ser de forma esférica y de color rojo y toques en dorado, ya se sabe que este color está siempre ligado a la cultura china por traer buena suerte y prosperidad. No obstante, podemos encontrarnos otro tipo de farollilos bien sea alargados o adoptando formas de lo más diverso.

Su historia se remonta al año 250 A.C. y parecer ser que su principal origen está unido a motivos religiosos y de oración, aunque también existen creencias que pudiera ser usado como símbolo militar para enviar mensajes de advertencia. Fue en la dinastía Tang (618–907) Dynasty Dynasty cuando el uso de los farolillos se fue haciendo más popular, sobre todo entre la gente noble y que gustaba de decorar los palacios cuando tenían lugar celebraciones.

Podemos encontrarlos en las celebraciones de: Nuevo Año Chino, Festival de Medio-Otoño o el Festival de Farolillos. Tenemos la semana próxima el Festival de Medio-Otoño, el segundo festival más importante después del del primavera, tiempo para comer mooncakes y jugar en la playa. En la actualidad, su uso no sólo se limita en las festividades chinas sino que su uso se ha extendido y son un bonito elemento decorativo para celebraciones como bodas y otros eventos.
 

Aquí podemos ver uno de estos farolillos algo más de cerca y la forma que tiene como de acordeón. Los niños disfrutan especialmente con la llegada de los festivales cuando salen a la calle a jugar con ellos, es una época de celebración y de admirar a la luna llena.
 

También pueden adoptar formas tan particulares como las de estos dibujos animados entre los que tenemos a personajes como: Kitty, My Melody o Minanotabo entre otros. Aunque tampoco pueden faltar figuras como la del dragón o los animales del zodiaco chino.
 

 

La tradición sigue más viva que nunca. A disfrutar del finde y lo poquito que nos queda de verano 🙂