Cestitas

 

¿Quién no ha comido dim sum? algo que debemos probar si venimos a Hong Kong. Una gran cantidad de platos donde elegir y que luego se comparten en la mesa con el resto de comensales. Por lo general, las cestitas contienen 3-4 unidades o sino con un platito en su interior cuando lleva algo de salsa, como puede ser el plato que vemos en primer plano a la izquierda. No faltan los dumplings de gambas, de verduras o «char siu bao».
 

¿Y se había preguntando de qué material están hechas estas cestitas? en efecto, se usa madera de bambú para darles forma, ya que, este tipo de madera evita que se condense la humedad y mantenga en buen estado la comida desde que sale de la cocina hasta que llega a la mesa. Además, se le añade en el interior unos anillos de metal para reforzar la estructura aunque también nos las podemos encontrar fabricadas íntegramente en bambú. Un ejemplo más de lo versátil que puede ser el bambú, desde su uso para la fabricación de andamios hasta su uso para la elaboración de estos recipientes tan usados hoy en día.

A día de hoy, seguro que el proceso de manufactura de estas cestitas se habrá modernizado pero hay gente que prefiere ser fiel al método más tradicional. Como muestra, aquí tenemos algunos de los tamaños más habituales.
 

No sé si recordarán cuando la semana pasada les mostraba una de las cenas de nuestro viaje a Penang, me llamó la atención que todo el dim sum que servían venía en recipientes metálicos. Eso sí, el calor lo conserva más por lo que la señora debía hacer uso de una pinza cuando iba sirviendo por las mesas.
 

En casa también podemos hacer la prueba a intentar cocinar con una de estas. El proceso es sencillo, ya que, la comida que se pone en su interior se cocina al vapor. Basta con colocar la cestita encima de un recipiente con agua, que el agua empiece a hervir y dejar que se cocine. Ya sólo nos queda llevarlo a la mesa y disfrutar de un rico dim sum 🙂

 

Improvisando

 

Parece que le voy cogiendo gustillo a esto de hacer entradas con toque culinario los viernes, y anda que no es buena forma de cerrar la semana 🙂 Si hay algo que tiene Penang, es variedad a la hora de los sitios donde comer, es un lugar donde se fusionan muchos estilos de comida (chino, indio, malayo..) conviviendo todos en armonía. En nuestra mente estaba probar la gastronomía local, aunque sin nada planeado e ir improvisando según nos fueran guiando los sentidos.

Íbamos caminando por la zona de Little India, alejándonos poco a poco y serpenteando por las callecitas que nos llevarían hasta la zona china de Georgetown. En una de las perpendiculares a Campbell street, la calle más famosa del distrito de Chinatown, los negocios se alternan y como no, los restaurantes tampoco pueden faltar.

No sabemos si era porque las recientes celebraciones del Nuevo Año Chino o porque realmente la gente descansa algo más en fin de semana, pero nos encontramos que las calles estaban bastante desiertas. Conforme se iba haciendo de noche y se acerba la hora de cenar, nos preguntábamos qué sitio elegir para comer algo. Al final, decidimos meternos en este restaurante que parecía bastante animado.

Vamos pa´dentro…
 

Y tanto que estaba animado, nos tocó esperar un poquito hasta que nos ubicamos en una mesita cerca de la entrada del local. Dim sum variado, verduritas, arroces, sopa… a la vez que observamos el resto de mesas por si «cazamos» algún plato popular.
 

 

La actividad era constante entre las mesas, los camareros de un lado para otro y las señoras con sus carritos de dim sum para ofrecer a las mesas. Qué dilema para elegir… al final un «char siu bao» (bollo con cerdo barbacoa), «siu mai» y otros dumplings más. Manos a la obra que ya hay ganitas de comer 😀
 

 

No se pensarían que con los tres entrantes nos quedaríamos así, ni mucho menos. De la mano de una de las camareras nos dejamos guiar para elegir este plato: pato al jengibre. Nada más aparecer en nuestra mesa y llegarnos el olorcito, supimos que la elección había sido la acertada. Con un ligero toque picantito y la carne bastante jugosita, y no podía faltar un bol de arroz blanco para acompañar esa salsita, sino hubiera sido un desperdicio no aprovecharla.
 

Para rematar la cena, uno de los platos estrella del local o por lo menos eso pudimos ver cuando en el resto de mesas era uno de los platos más solicitados. Unos noodles crujientitos («chao mian») acompañados de verduritas y una salsa tipo ostras pero de sabor no tan concentrado. La combinación del noodle que luego se ablanda con la salsa y las verduritas, sencillamente buenísima.
 

Ahora sí que estábamos del todo satisfechos. Lo mejor de todo estaba por venir. La cuenta nos salió por apenas 10 euros, habiendo sumado a la comida anterior 2 coca-colas y una cerveza Tiger. ¡Sin palabras! Tiempo para reposar un poquito la cena y seguir dando un paseíto hasta que diéramos con un taxi para irnos de regreso al hotel, ya era noche cerrada y apetecía descansar. Y lo bien que íbamos a dormir 🙂

 

Con colorido

 

Qué mejor forma de dar la bienvenida al fin de semana con un poco de colorido. Parece que el tiempo empieza a acompañar de nuevo, la temperatura es más cálida y hoy ha lucido algo más el sol, ¿querrá decir que la primavera empieza de verdad? esperemos que si.

El otro día dejaba en el aire una pregunta sobre las impresiones de la escapadita del fin de semana pasado a Penang. Igual algunos intuyeron que otro aspecto por el que tiene fama el lugar, es sin duda, la comida. Es una mezcla para los sentidos en toda regla, no escapa a la vista ni el olfato. Luego, ya está en nuestra mano el ir probando lo que nos pille más a mano.

¿Qué les parece empezar con algunos aperitivos?
 

Con la misma podemos seguir con un plato de más consistencia y tomarnos unos noodles con cierto toque picantito. Bastante famoso el laksa de Penang. Igual no apto para todos los paladares pero podremos ajustar el tono del picante a nuestro gusto. Yo por si acaso, aunque me gusta lo picante, prefería reservarme para otra ocasión.
 

Y otro elemento indiscutibles: los jugos de frutas. Refrescantes y muy ricos, ideales para tomar a cualquier hora del día. Éste en concreto era de fruta del dragón pero una variantes que es más moradita, consiguiendo este bonito color. A pesar de no hacer un calor intenso, algo más seco en comparación que Hong Kong, el cuerpo agradecía de vez en cuando un juguito.
 

Creo que por hoy ya está bien, aunque seguro que a muchos les van a entrar unas ganas de comer con las fotos, y yo el primero, jaja. La verdad que los sitios que elegimos para comer durante nuestra estancia, estuvieron todos muy bien y altamente recomendables si tienen un día la ocasión. ¡Cuánta tentación por las calles de Penang!

 

Esa «sidra»

 

Durante estos pasados días que estuve en China, además de estar con la familia de mi novia también tuvimos tiempo para hace una excursión con noche de hotel incluído en Huizhou a tan sólo un par de horas de Shenzhen. Por cierto, tengo pendiente de contar las sensaciones de la visita y las cosas que vimos, aunque no fue mucho tiempo, algunas cosas interesantes se vieron, al menos algo diferente que hacer durante el fin de semana 🙂

Antes de ir al hotel para descansar después de andar todo el día de trote con la guagua de un lado a otro, momento en el que parábamos en el restaurante en cuestión para la hora de la cena. Sentados esperando a que la comida vaya llegando, aunque antes llegan las bebidas: té, algunos refrescos y de repente:
 

La etiqueta de por sí ya es interesante, ahora queda ver su aspecto un poco más de cerca con burbujitas incluídas.
 

Antes que nada, perdonen esa relación con la rica sidra asturiana pero fue la palabra sidra la que me mencionaban para intentar explicarme la bebida que les acabo de mostrar.

Una extraña reacción al oler y luego probar. No sé si igual se lo podrán imaginar con mis palabras. En efecto, el olor es de vinagre pero no muy fuerte, digamos suave, y de gusto pues ligeramente dulcito pero con esa sensación chispeante de las burbujitas. Veredicto: no está malo este brebaje, interesante descubrimiento.

A lo mejor no estoy descubriendo la pólvora (aunque fue en China, jeje) pero en el tiempo que llevo aquí, primera vez en dar con esta bebida. Y anda que no entraba bien luego con un par de tazones de arroz junto con un poco de pollo y verduras salteadas.