Dai Pai Dong

 

Hoy tenía pensado hablar un poquito más del reciente viaje a Guilin y dar las últimas pinceladas de nuestra estancia, en cambio, ver este tweet me ha dado que pensar e intentar acercarles este trocito de historia de la ciudad. Y es que cuando hablamos de comida, Hong Kong es un paraíso para los amantes del buen comer en gran cantidad de estilos, desde los más tradicionales como este hasta los más modernos y sofisticados.

Su nombre: Dai Pai Dong, viene a significar así como «local con placa de licencia más grande», en comparación con el tamaño de la placa de otros establecimientos. Su aspecto es bastante peculiar y característico por el color verde de sus chapas metálicas, un pequeño espacio con una cocina al aire libre y poco más. Para los clientes, algunas mesas y taburetes de plástico son más que suficientes.
 

Aquí podemos ver como el «dai pai dong» está perfectamente integrado con un wet market. Es más seguro que algunas de las tienditas de verduras cercana, suelen hacer de proveedor de estos restaurantes con lo que ganan en rapidez en caso de quedarse sin algunos ingredientes.
 

A pesar del paso de los años, muchos de estos restaurantes en la calle han resistido. Como en todo negocio, han tenido sus épocas buenas y sus bajones pero siempre al pie del cañón. Los turistas y la gente de Hong Kong han sido también un buen impulso para mantener estos establecimientos, ya que, han querido experimentar un sabor local más auténtico y que tiene años de tradición.

A pesar del aumento de los alquileres en las zonas céntricas, renovación de licencias y/o condiciones sanitarias, el gobierno de la ciudad sepa ver la importancia de mantener locales como estos. No sólo como lugar para atraer a turistas y curiosos sino para mantener viva la tradición familiar.

Les dejo aquí el video que les comentaba al principio, merece la pena echarle un vistazo si tienen tiempo.
 

Dai Pai Dong from Tem Hansen on Vimeo.

 

El abalone

 

Aunque sería más correcto decir: el abulón o también oreja de mar. Abalone es el nombre que recibe en inglés este peculiar molusco y cuya carne es tan apreciada en la gastronomía china. Sinceramente, antes de haber llegado a Hong Kong, poco o nada había oído hablar de él pero ahora ya me resulta de lo más familiar. Y como cualquier molusco que se precie, aquí está la concha de un abulón en cuestión. La verdad que como elemento decorativo también quedaría bien en casa, no?
 

Seguro que si han venido a Hong Kong, les habrá llamado la atención estas tiendas de pescado seco en las cuales podemos encontrarnos el abalone. Colocados en tarros transparentes y con abalones de distintos tamaños, y de ahí también el precio. Puede que a algunos no les parezca atractivo así de entrada, pero una vez lo prueben seguro que las sensaciones son distintas.
 

Al tenerlo en estado seco, al igual que otros muchos «frutos del mar», la conservación se hace más duradera. También, suele usarse como ingredientes en sopas chinas mezclado con otros ingredientes que requieren de muchas horas de cocción y son muy apreciadas por sus cualidades saludables.

Existe un restaurante en Hong Kong llamado «Forum Restaurant» (富臨飯店), cuyo cocinero Yeung Koon Yat, tiene como plato estrella: Ah Yat Abalone. No sé si la apariencia del mismo será como la foto de a continuación, pero al menos para que se hagan una idea de cómo queda una vez puesto en la mesa. Suele ir acompañado de una salsita y en este caso con algo de verdurita, una presentación minimalista desde luego 🙂
 

 

Yo he podido comerlo en un par de ocasiones pero siempre ha sido en alguna celebración especial y es que, por lo general, su precio no suele ser barato y por eso es mejor reservarse para ocasiones como estas (bodas, cenas de celebración…)

Si tiene ocasión de probarlo no dejen de hacerlo, se los recomienda un servidor. Luego me cuentan impresiones.

 

Al bambú

 

Si hay algo con lo que uno disfruta cuando viaja, a parte de conocer lugares, gentes o cultura, es la comida. No habrá viaje en el que no hayamos probado algo nuevo, y esta vez tampoco iba a ser menos. Hasta ahora, el único plato novedoso había sido el pescado a la cerveza que pudimos probar en nuestra primera cena en Guilin. Estaba muy bueno de sabor, pero el pescado en cuestión tenía bastante espinitas pero habiendo paciencia.

El día que aprovechamos para subir a Longsheng, mientras ibamos en la guagua nuestro guía fue haciendo una pequeña introducción de lo que nos encontraríamos en la zona y sin olvidarse del apartado gastronómico. El plato que tendríamos ocasión de probar y típico de la zona: arroz al bambú. El «misterio» se desvelaría un poco más tarde.

Luego, en lo que íbamos ascendiendo entre las casas de Ping An, empezamos a observar cómo cocinaban este plato tan particular. Al método tradicional con su fogoncito y estar atento para girar el bambú de vez en cuando y que no se nos pase el arroz 🙂 Si se fijan hay dos tamaños de bambú, y es que eso dependerá de si queremos una ración individual o una algo más grande para compartir.
 

Todo es cuestión de organizarse como esta señora: una cesta para los bambús que aún no han sido cocinados y su cubo con agua para enfriar los bambús después de que estén listos para poder comer.
 

Y aquí tenemos el resultado de nuestros bambús una vez abiertos y esperando los primeros bocados. Aprovechamos para pedir tanto de arroz como de pollo, y ciertamente el sabor que le da el bambú es interesante y una presentación del plato muy curiosa, desde luego. Además del plato estrella, tampoco faltaron unas verduritas salteadas o un poco de carnita con setas y más verduritas.
 

 

Todo tenía una pinta fantástica y sólo quedaba hincarle el diente a la comida, que se nos enfría. ¡¡Al ataque chicos!! palillos preparados y yaaa… pero déjenme algo mientras dejo la cámara aparcada por un rato 🙂
 

Desde luego que algo de cervecita no faltó pero que conste que éstas no son nuestras, que sino no sé cómo ibamos a subir hasta lo alto de los arrozales o volver a la guagua que nos llevaría de vuelta a la ciudad.
 

Después de disfrutar tan suculenta comida y a un precio realmente bueno, no había muchas ganas de ponerse a patear pero cuanto antes mejor que sino nos entra la modorrita y se desperdicia el tiempo que tenemos para visitar las terrazas de arroz ¿Quién se anima a limpiar bambús? Me pregunto que harán luego con ellos, porque según nos contaron, sólo se usan una vez para cocinar y luego… Seguro que le sacan buen provecho y algo útil se saca de ellos, así que despacito y buena letra y a darle al bambú.
 

 

Enrevistado

 

¿Se acuerdan cuando les comentaba la invitación que habíamos tenido mi compañero Enrique y yo a un restaurante de comida española? de eso hace ya un par de meses, pero no ha sido hasta ahora que finalmente ha salido publicado el artículo en la revista en cuestión: Grocer & Caterer en su edición del mes de agosto.

Les había prometido algunas fotos de la comida y he podido rescatar del artículo: un poco de pulpito a la gallega y una tabla de embutidos. Como no, un pinchito de tortilla española no puede faltar y acompañado de vinito, tinto o blanco a su gusto.
 

En esta ocasión, el vino tinto fue el elegido y el más adecuado para combinar con los platos que ibamos a degustar a continuación. Y si me preguntan: ¿de dónde era? ufff… mi paladar no es tan exquisito, pero tenía buen aroma, no muy fuerte de sabor y entraba muy bien con la comida, qué más se puede pedir.

Aquí momento in fraganti, copa en la mano, echando un buchito de vinito. ¿Estaba bueno, no? 🙂
 

Y entre bocado y bocado, trago y trago, no podía faltar una buena sobremesa. En compañía de David Izquierdo que es el chef del restaurante Uno Mas, lugar donde se celebraba la degustación. No recuerdo de lo que estábamos hablando en ese momento, pero tenía que ser bastante divertido desde luego 😀
 

Una experiencia y una comida genial que tuvimos el placer de probar y compartir nuestras sensaciones con la gente de la revista que nos había invitado. ¿Se repetirán más ocasiones como ésta? Ya saben que siempre estaremos dispuestos a aportar nuestro paladar y opiniones.