A la vista

Un domingo por la mañana y de camino al entrenamiento habitual de dragonboat, es un buen ejercicio el observar las cosas desde lo alto en el segundo piso en una guagua. El tráfico fluye con normalidad, nada que ver con las colas habituales de un día de semana por la tarde. La ciudad parece que va despertando poco a poco y los negocios se van preparando para afrontar una jornada de trabajo. Aquí tenemos al clásico dispensario o droguería de siempre poniendo a punto los productos.

Es curiosa la mezcla que hay entre los medicamentos y por otro los productos de higiene personal y limpieza para el hogar. Incluso a veces, hace de tienda para la venta de pescado seco y droguería al mismo tiempo. Eso se le llama diversificar el negocio y ampliar el rango de clientes.

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En una esquina de la transitada zona de Causeway Bay y en plena esquina de un cruce de calles, a la vista de todos. En cierta forma tiene un parecido con el puestito que les comenté.

Sólo original

Conocida es la ciudad por ser un centro de compras importante, basta que nos demos una vuelta por zonas tan concurridas como Causeway Bay o Tsim Sha Tsui, y nos daremos cuenta la cantidad de gente que hay e incluso hace cola delante de las principales tiendas de las marcas de lujo. Los fines de semana pueden ser algo locos cuando el flujo de visitantes aumenta.

Otro hecho es que algunos productos no están al alcance de todos los bolsillos y ahí es donde entra en juego el mercado de las falsificaciones. La industria de la moda y sus complementos mueve mucho dinero y las copias o fakes también son buscadas por miles de visitantes que por aquí pasa, aunque las cosas no son tan fáciles como uno pueda pensar. Por eso, hay campañas como esta en la que se advierte al consumidor para que no acepte la compra de productos falsos. Anuncios en la tele, alguna que otra valla publicitaria e incluso una aplicación móvil en la que encontrar información de utilidad sobre establecimientos de confianza.

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¿Se pueden conseguir copias en Hong Kong? La respuesta es si, pero seguro las autoridades puede que digan otras cosas para no dañar la imagen de la ciudad. El que sabe donde buscar, siempre halla.

Seguro que no es la primera vez que saben de alguien que va de viaje a China y lleva consigo una lista de encargos de amigos / familiares, o incluso ustedes mismos. Es un tema delicado que beneficia a unos y claro, perjudica a otros. No sólo aplicable a la moda, sino a la industria audiovisual o la relojería.

Veo veo

Inevitable no dejar llevar la mirada hacia los paneles cuando vamos por la calle, las marcas se anuncian a todo colorido. En este caso tenemos una tienda de productos electrónicos y justo encima el letrero de una conocida marca de cámaras, pero a su vez la tienda está rodeada de más anuncios de los edificios de los alrededores. Como pueden ver, tampoco faltan algunas luces de neón en el interior de la tienda. Todo está pensado para captar la atención del cliente.

Otro medio publicitario bastante dado es el uso de posters extensibles que pueden colocar casi en cualquier lado. En las esquinas o pegaditos a una valla, especialmente para los negocios que están en las alturas y no pueden tener un anuncio en la fachada. Son fáciles de transportar y ocupan poco espacio. Suelen coexitir anuncios de tiendas de accesorios deportivos, cafés temáticos o incluso de complementos de belleza. Uno se sorprende de la cantidad de negocios que llenan la calle por las tardes-noche y en especial en calles peatonales.

Siguiendo a pie de calle, otra zona muy común y bastante atractiva, son los paneles cercanos de las paradas de tranvía. Bien en la propia parada o en unos separadores.Y sin olvidarnos de los tranvías en sí, que captan la atención de miles de ciudadanos a diario.


 

Por último ya sólo nos queda levantar un poco la cabeza y darnos cuenta de los grandes anuncios que tienen algunas fachadas. Si se fijan, en su mayoría las marcas que vemos anunciadas son de: electrónica, moda, bancos, aseguradoras, empresas de financiación.. está todo muy repartido y hay lugar para todo el mundo, no obstante cada uno de ellos quiere tener la mayor visibilidad posible y en especial los negocios algo más chiquitos.

Como anécdota, aunque lo comenté en su día me sigue llamando mucho la atención los métodos que usan las academias y colegios para darse a conocer. Algunos anuncios llegan a ser de lo más glamourosos.

Día en Shenzhen

El pasado sábado me sugirió mi novia que en vez de quedarnos por Tung Chung como solemos acostumbrar o sino irnos hasta Tsing Yi, hacer un plan distinto de sábado. Había cogido anteriormente una guagua que va directa desde Tung Chung y hasta Huang Gang en Shenzhen, un trayecto que apenas una hora se hace. Un viaje muy rápido e incluyendo el paso tanto por la inmigración de Hong Kong como la consiguiente de China. Lo mejor es poder comprar el billete de ida y vuelta que nos sale 100HK$, pudiendo coger la última guagua que sale a las 22.15 horas. Salen en intervalos de media hora desde bien tempranito en la mañana.

De primeras, iríamos a almorzar a un restaurante de comida del norte de China y luego ya por la tarde y para dar un paseo nos acercamos hasta Dongmen (東門) que es una popular zona comercial. Y allí nos dedicamos a callejear un poco viendo lo que nos podía ofrecer. A primera vista, muchas tiendas de ropa y algunas cadenas de comida rápida como KFC, McDonalds o también Ajisen Ramen; entre otras.

La gente, sin llegar a abarrotar la calle, fluye de un lado a otro. Conforme el tiempo pasa, hay momentos que hay más tráfico de gente y de repente alguna unidad de la policía irrumpe haciéndose hueco. Todo hay que decir que la zona estaba bien protegida, no obstante siempre conviene con un sexto sentido para prevenir.

Y no sólo estuvimos en la calle, sino otro de los puntos fuertes son algunos centros de tiendas con varias plantas. Lugares para estar fresquito a salvo de calor mientras se va curioseando los distintos puestos. La disposición habitual de algunos de estos sitios suele ser y que es un paraíso para ellas:

– Planta baja: productos electrónicos, fundas para móviles, dvd´s…
– 1ª planta: accesorios, bisutería, complementos, textil.
– 2ª planta: más textil, calzado…
– 3ª planta: salones de belleza, manicura y pedicura, extensiones de pelo..

A partir de esta planta ya no seguimos subiendo ya que no era de nuestro interés, además, una señora un poco insistente perseguía a mi novia para que se hiciera un tratamiento de uñas.


 

Mejor irnos a la planta baja y echarle un ojo a los cacharritos electrónicos. Tal que así, salí con una funda nueva para el móvil y con un protector de pantalla, al módico precio de 5 euros. La verdad que nada mal, porque en Hong Kong no conseguía encontrar aún ninguna y la que tenía fue a través de eBay, pero de una empresa de HK; curiosamente en las tiendas físicas todo lo que hay se lo reparten entre iPhone 4 y el Galazy SIII, ominpresentes.

No sabría calcular el tiempo que estuvimos, pero desde luego que uno larguito porque entre lo que mi chica iba mirando esta tiendita y la otra, ropa aquí, complemento allá. Yo mientras tanto iba a la caza de alguna wifi abierta y así entretenerme 😀 Hasta que volvimos a la calle y con ganas de tomar algo fresquito, nos acercamos a una tienda taiwanesa de té con leche.

Ni tan mal el vasito, la pena que me durase a mi tampoco y luego tuviese que robarle un poquito a mi chica. Menos mal que inicialmente sólo nos ibamos a pedir uno para compartir, pero terminamos optando por uno para cada uno.

Otro de los aspectos que me gustó, fue la comida callejera. Un sitio en especial que estaba de bote en bote (eso significaba algo) y su especialidad eran los pinchitos, tanto de ternera como de cordero y sin faltar las clásicas bolitas tipo takoyaki.

Los pinchitos estaban de vicio y de precio tirados, dos por 1 euro. Tal es así que nos quedamos con ganas de repetir, pero mejor quedarnos con hueco para más tarde.

Más que un día completo, digamos que fue como medio pero que se aprovechó bastante. Nos lo tomamos con calma paseando, viendo tiendas, comiendo en sitios nuevos y a buen precio. Parece mentira que en el tiempo que lleve en Hong Kong y quedando Shenzhen a pocos pasitos, no haya ido más veces, pero ya sabemos que es lo que pasa cuando llega el fin de semana. Uno se acomoda, prefiere moverse menos y sinceramente, no motiva el ir a Shenzhen pero creo que será de que uno le coja el gustillo.

Por lo pronto no tenemos planes inminentes de volver pero es una buena opción para desconectar de Hong Kong por uno o dos días, y quien sabe si hacer noche allí que el alojamiento es razonable para ver más de la ciudad.