Lugar de paso

Lunes de rutina y empezando el mes de febrero. El lugar de paso habitual yendo o volviendo de la estación de metro. Esta vez se ha engalado un poco con lucecitas en vísperas del Año Nuevo Chino. En los días de lluvia, ir por la parte de la marquesina es la mejor opción aunque cuando se mete viento mal asunto. Y por la parte de abajo para conectar con el carril bici.

Los vendedores

Los vendedores de frutas están ahí al pie del cañón como de costumbre. Y por la época en la que estamos, se ha sumado el carrito que vende castañas y boniatos. Tampoco me olvido del señor que vende chucherías variadas y algunos dulces típicos chinos. La posición es sin duda estratégica y es que el flujo de gente a diario es constante. Especialmente de estudiantes, que dentro de poco tendrán un merecido descanso durante el Año Nuevo Chino.

lugar de paso

Las bicis

Las bicis que se acumulan. Muchas van y vienen durante el día pero otras permanece con el paso de los días. Y si a esto le sumamos la creciente flota de bike share, existe un problema de falta de estacionamiento.

Por la noche con menos gente y con tan sólo la luz amarillenta de las farolas. De vez en cuando alguna bici que invade parte de la zona peatonal; no aprenden la lección hasta que un día se lleven a alguien por delante. Estos días hace más frío y uno está deseando llegar a casa cuanto antes.

Por cierto, ¿sabían de la existencia del templo de Fu Ying Sin Koon en Fanling? justamente está a pocos metros de este lugar de paso al otro lado de la carretera. Lugar de culto en época de festividades más que nunca y siempre los fines de semana con actividad. Un día me enteré que el jovencito Bruce Lee tiene algo de historia relacionada con el lugar. Habrá que enterarse 🙂

¿Cuál es su lugar o lugares de paso?

A las 8

 

Una de las cosas que no puede faltar al terminar la jornada de trabajo, es llegar a casa y poder disfrutar de un buen sofá y un poco de las series de televisión preferidas. Y respecto a la temática se preguntarán… pues la verdad que la producción de series es bastante activa y tenemos:

– sobre familias.
– de policías/bomberos
– de «época», ambientadas en la China antigüa.
 
image

Destacaría de este último tipo que la gente las sigue más que otras, o es la impresión question me da. Sobre todo estando en familia a la hora de la cena y hay silencio total, concentración máxima. Yo intention seguirla dentro de mis posibilidades, limitadas con el cantonés y sus caracteres, pero algo se puede sacar de las escenas pero cuesta, ya se imaginarán…

Las series vienen durando normalmente 1 hora (20.30-21.30 / 21.30-22.30), salvo la excepción la de las 8 que se puede tirar unos buenos meses en antena. Es increíble como pueden alargar las historias, casi que me recuerda un poco al estilo Santa Bárbara, jeje 🙂

A ver si a base de más series me agudiza el oído, en ello estamos. Y no vean la alegría que es cambiar el chip viendo algo en inglés, como la serie Dexter que llevo enganchado un tiempito.

Lo dicho, a las 8 empieza el show.
 

Compartir

 

Una de las costumbres principales relacionada con la cultura china y en otros países asiáticos y ligada al campo de la comida, es: compartir. Este es un aspecto que es ya conocido por los occidentales, basta con ir a cualquiera de los restaurantes chinos en nuestra ciudad y lo normal es pedir distintos platos (arroz, verduras, carne…) bien para comer en el sitio o si preferimos llevar a nuestra casa.
  

Hasta ahí nada extraño, pero yendo un poco más allá, tenemos algo que es algo menos conocido y que sólo lo podemos experimentar una vez viajemos por esta parte del globo. Compartir la mesa con «extraños», algo que puede resultar chocante la primera vez que uno lo experimenta, pero que sin duda, es hacer un buen recurso del espacio disponible en el sitio donde estamos comiendo.

  • Situación 1:

Nos encontramos en alguno de los restaurantes de comida rápida china (Café de Coral, Fairwood…) de los que aún tengo pendiente hablar. Pillamos nuestro sitio para disfrutar de nuestro almuerzo o cena y al poco se nos acerca alguien preguntando si no nos importa que se siente con nosotros. Tampoco es tan raro visto de esta forma, si uno va solo y en la mesa hay espacio de sobra, todos son bienvenidos 🙂 Si que se me hace algo más extraño cuando uno está en pareja o con un grupo de gente, digamos que la «privacidad» se rompe un poco aunque bueno, mis conocimientos de cantonés son limitados con lo que poco me iba a enterar de lo que decían, jeje.

  • Situación 2:

En el otro extremo tenemos: Desalojar una mesa y hacer que se muevan los integrantes de la misma a una mesa más pequeña, para hacer hueco a un grupo más grande de gente que acaba de llegar al restaurante. ¿Problemas? desde luego ninguno, la gente accede a cambiarse sin problema aunque mi primera vez con eso, la sensación es rara.

Trasladando estas situaciones al entorno europeo, la primera de ellas estaría bien vista pero respecto a la segunda, sigo teniendo mis dudas. Por ejemplo: ¿Accedería un grupo de españoles a moverse en medio de un almuerzo o cena para ceder su mesa a otro grupo? Por supuesto, no ocurre esto en todos los restaurantes pero no deja de ser curioso cuando se ve por primera vez.

Uno ya está acostumbrado y lo ve con buenos ojos. Todo sea por aprovechar el espacio del lugar y claro, más clientes, más ingresos 😀