Pelota mágica

 

Esos Seven-Eleven (7-11), fuente inagotable de cacharros curiosos y en los que siempre una promoción a la vista para conseguir algunos de nuestros personajes favoritos en forma de llavero, taza, peluche… Aunque no es este el caso que nos ocupa, hoy cuando iba a recargar la Octopus, me dio por curiosear en una de las estanterías y algo llamó poderosamente mi atención. En una cajita bien dispuestas se encontraban varuas de estas bolitas con las banderas de distintas selecciones de fútbol: Brazil, Inglaterra, Alemania, Argentina y… España!!
 

Y amigo/as, ¿qué cabrían esperar lo que pueda contener esta bolita? yo iba convencido con la idea de que sería una pelota de chocolate con alguna sorpresa cual huevo Kinder, jeje. Así que, he querido hacer un poco el paso a paso hasta descubrir lo que nos oculta su «interior».
 

1. Fuera envoltorio

 
2. Pelota al desnudo

 
3. Abrimos y… vacío, aunque seguro ya intuyen de lo que se trata viendo la textura del material blanco, mmmm

 
4. Parece que se va desplegando y crece en tamaño

 
5. Finalmente, aquí tenemos el «misterio» desvelado. Una toallita con los colores de España, que no falte el logotipo para la Copa del Mundo que se celebra en Sudáfrica en cuestión de unos meses.

A lucir los colores se ha dicho. Aunque lo que no me queda claro del todo es el mensaje: GAME ON!. ¿Será que se refiere a que comience el juego? o igual haya habido una confusión y querían decir COME ON!

Bueno, que ya tengo con que animar a la selección para ver los partidos desde aquí, y a un módico precio 🙂

ACTUALIZACIÓN: Efectivamente el mensaje GAME ON! es apropiado para este fin. Gracias al comentario de Rubén. Que comience el juego se ha dicho 😀
 

El menú

 

Ante nosotros tenemos el típico escenario que se presenta en la mesa de cualquier restaurante local que se precie. No pueden faltar las teteras, en este caso un total de tres que contienen: una agua y las otras dos variedades de té (verde y rojo), aunque según preferencias de los comensales, bien podrían ser ambas teteras con el mismo tipo de té. Y como no, el menú, que bien puede ser plastificado o a veces una simple hoja de papel en la que marcaremos los platos a comer.
 

Aquí un poco más cerca podemos observar la comanda. ¿Qué se puede deducir de aquí? lo que si está claro es el número de la mesa: 105, y si nos fijamos un poco más a la derecha tenemos un 132 x 7, que viene a ser un total de 7 personas a cenar a razón de 132 HKD (12-13 €) por cabeza, que está muy bien ya que es tipo buffet. Y a medida que vayan trayendo algunos de los platos, simplemente hacen una marquita en la hoja aunque por ejemplo en los restaurantes de dim sum, te ponen hasta un sello y todo, curioso.
 

Esa noche estabamos en un local de hot pot, que por cierto es muy recomendable y al que ya hemos ido unas cuantas veces, ubicado en la zona de Wan Chai en la isla de Hong Kong. Como cada hot pot que se precie, no podían faltar algunos de los condimentos para alegrar nuestra comida (chile rojo, cebollita frita o cebollino picadito), listos para mezclar con salsa de soja. Pero bueno, no me voy por las ramas que cuando uno se pone a hablar de comida, ya se sabe…
 

Bueno, les dejo con el menú para que vayan eligiendo.
 

Lamparitas

No sé si será la forma, el color… o quizás lo que representan estas lamparitas que no puedo evitar fijarme siempre en ellas y si llevo cámara en mano, intentar retratarlas desde un ángulo u otro. Un elemento, yo diría que del «pasado» que se sigue conservando y le da un aire especial por allá donde suelen estar colocadas.



Desde las zonas más modernas de la ciudad, por Central pasando por Wan Chai hasta Causeway Bay o bien en la zona de Kowloon. Se entremezclan entre la gente, los edificios. Pero la magia llega cuando la luz de día empieza a decaer y es cuando ellas brillan con luz propia, que el día aún no termina.

¿Qué les evoca? seguro que es fácil ayudado de la foto y con las pistas que he dado… 😉

Que no falte

Mira que hacía tiempo que quería hablar de esto, pero de eso que a uno se le pasa entre una cosa y otra, y de paso me marco un post regulero, que de vez en cuando vienen bien 🙂

Todos reconocemos el mítico papel de pañuelos o tissues, Tempo. Desde su variante más normal hasta pasando por los aromas de menta o jazmín entre otros. Pero no es que vaya a dar una clase magistral de los tipos de pañuelos, me voy a centrar más en la necesidad de hacer uso de ellos en los: restaurantes.

Está claro que siempre son de lo más útil para cuando uno está constipado o si llevamos un chicle durante bastante rato, poder «esconderlo» llegada la hora de comer. Pero no se te ocurra no llevar un paquete encima cuando estás en un restaurante, que se puede usar a modo de servilleta. Choca bastante que en los sitios no tengan el típico servilletero del cual cojamos servilletas según nuestras necesidades y uno tenga que recurrir a nuestros queridos Tempo o bien, cualquier marca alternativa.

Alguna vez ya me cayó una «bronquilla» de mi novia diciendo: «¿Cómo es que no tienes pañuelos?» y yo pensando para mis adentros: «Con lo fácil que sería pedir unas servilletas al camarero/a, no? y todos tan felices :)» No sé si le habrá pasado a más extranjeros que se fijen en este detalle y más si uno se mueve con gente local.

Si se dejan caer por aquí seguro están algo más atentos al detalle. Sólo fijarse en la demás gente local: el paquetito de kleenex en la mesa no falla, muy curioso la verdad.

Yo ya no salgo sin uno encima, por lo que pueda pasar, nunca se sabe.