Campo a través

Saliendo a correr una tarde de domingo en una de mis rutas habituales pero esta vez decido desviarme un poco y ver con qué me encuentro, quizás pueda dar con una nueva conexión y así alternar en los días de entrenamiento. Por lo general soy alguien que le gusta cambiar las rutinas dentro de lo posible, a pesar de que a veces tengamos que ir siempre del punto A al B de la misma forma; sin embargo, cambiar está bien y te ayuda a ver las cosas desde un punto de vista distinto y además descubrir algún que otro rincón, es lo mejor de todo.

Aprovechando que las horas de sol se extiende hasta un poco pasadas las siete de la tarde, salir a correr a eso de las seis es una de las mejores horas puesto qur que hace menos calor y empieza a soplar un poco de brisa. Salir desde Fanling en dirección a Sheung Shui y volver está dentro de mis rutas con lo que es fácil hacerme una idea de los tiempos y ver si un día voy más rápido que otro. La de ese día sería una salida en plan tranquilo puesto que el día anterior había ido a la montaña con un amigo a entrenar de cara al Trailwalker y hoy tocaba carrera ligerita.

Fue en un desvío por una de las calles donde me encaminé hacia un pequeño conjunto de casas, «village» que dicen por aquí. Lo que viene a ser el sitio ideal para tener tu casita de cara al campo y con toda la tranquilidad del mundo.

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Una vez pasadas las últimas casas, ya sólo estaba la vegetación y yo. Cruzaba este «puente» para ver hasta dónde más lejos podía llegar pero finalmente tendría que volver sobre mis pasos. Por más que lo intenté no veía claro un camino a seguir que me permitiese conectar con un bloque de edificios cercano.

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Quizás para la próxima busque una alternativa, Google Maps me ha dado la idea 🙂 Una nueva experiencia y el poder seguir descubriendo los alrededores de Fanling-Sheung Shui.

El tailandés de casa

Para esos días que a uno no le apetece estar cocinando y poder tener un almuerzo o cena a precios razonables y sabor auténtico. Dentro de la variedad de restaurantes que tenemos por la zona, además de los habituales «cha caan teng» hay para elegir sitios como este tailandés llamado Golden Durian. Al poco de habernos mudado a Fanling, mi novia ya me había comentado sobre este sitio y lo que recordaba de las veces que había estado hace unos años atrás, y siempre con buenas críticas. Tarde o temprano iríamos por allí, y vaya que si hemos ido unas cuantas veces ya desde entonces.

Empezando por las bebidas, nos gusta pedir un batido de mango y una gaseosa con lima para acompañar con la comida. En verano es cuando se agradece más y ahora que la primavera va despertando poco a poco. Siempre nos queda la opción de beber un coco o la clásica cerveza Singha.

Momento comida con dos elecciones siempre claras: pinchitos de satay (pollo o cerdo) y un pad tai bien servido. En este caso, las fotos son de un día que fuimos a cenar y en el caso del almuerzo a veces añadimos algunas verduras u otro plato de entrante como un frito de gamba o ensalada de pomelo.

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Curiosamente, no es el único tailandés del vecindario puesto que hay uno más en otro bloque de edificios cercano como a unos 10 minutos a andando pero que aún no hemos visitado. No queda ahí la cosa, puesto que he descubierto un tercer establecimiento en una de mis salidas a correr aunque este si queda un poco más alejado y lo suyo sería aprovechar para ir durante un fin de semana.

No podemos quejarnos con la oferta de restaurantes y poder desconectar de vez en cuando de lo chino si nos apetece.

Pistas del pasado

Como no soy de los que les gusta desaprovechar los días de buen tiempo y más teniendo rutas de montaña cerca, uno de mis propósitos estando de vacaciones era el descubrir más sobre la zona de Fanling-Tai Wo-Tai Po. Haciendo uso de Google Maps y confiando en que la ruta señalada estuviese accesible, me fui de caminata por los alrededores y entre los hallazgos miren las fotos que les muestro a continuación.

Pues en primer lugar, nada más y nada menos que una señal de piedra que por las inscripciones (Birdly Jeep Track by Field Squadron RE) que tiene y un poco de investigación que hice posteriormente cuando llegué a casa, todo apunta a que se trata de cuando la época de la guerra y fue colocada por militares. Un camino bastante empinado después de pasar la señal y que no es apto para todos los coches pero que no tendría dificultad alguna si se tratase de un «jeep» o 4×4.

Un camino que está digamos asfaltado, aunque es más bien con cemento pero conforme uno va subiendo se puede observar que hay algunos socavones y requiere un poco de mantenimiento. Dudo que esté demasiado transitado pero el camino sigue subiendo y subiendo mientras bordea la montaña y da acceso a algunos nichos familiares a algunos lados. Las vistas hacia la zona de Hong Lok Yuen y con la autopista al fondo son tremendas.

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Pero aquí no terminarían los hallazgos porque un poco más arriba y para mayor sorpresa, había como unos barracones algo ocultos entre la vegetación. No sé si serían en su día algún refugio para gente que estaba de paso o también puedan datar del tiempo de la señal que les comentaba anteriormente, ¿qué se les pasaría a ustedes por la cabeza al verlos?

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Menudos flashbacks que nos transportan hacia la historia de la ciudad lo menos hace 50 años. El panorama en los alrededores sería muy distinto al actual, un camino sin pavimentar y que se llenaría de lodo en los días de lluvia. La actividad de la vida en el campo era mucho más intensa, aunque hasta nuestros días aún hay familias que digamos son autosuficientes con su pequeña parcelita de terreno, bien para consumo propio o quizás vendan en el mercado o bien a empresas de productos orgánicos que están en auge.

Más reflexiones de cara a finalizar el año y sobre todo con la satisfacción de seguir encontrando sitios nuevos, pistas del pasado que aún siguen latentes aunque algo desapercibidas para el resto.

Campo verde

Una zona que antes era una desconocida para mi pero que he ido podiendo descubrir de la forma más sana posible que es corriendo. Cuando uno se va atreviendo con distancias más largas y también llevado por la curiosidad, siempre está el afán de llegar un cachito más allá. Quizás uno de los inconvenientes de este trayecto es que al discurrir a lo largo de una carretera bastante transitada pues puede ser un poco molesto por el tráfico, pero si vamos por la tarde-noche es todo un remanso de paz. Preferiblemente es ir de día para conocer mejor cómo es el camino y luego saber orientarse mejor si decidimos ir de noche.

Así que. hace un par de semana decidí salir en dirección hacia Shau Tau Kok, una localidad que es fronteriza con la cercana Shenzhen y es que de hecho hay una zona dentro de la misma que sólo se puede acceder si uno tiene un permiso para ello. Aún tengo que indagar para dar con este permiso, puesto que hay minibuses que salen desde Fanling hacia allí y lo suyo sería poder entrar para ver los alrededores.

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La carretera no es enteramente plana y tiene un ligero repecho para luego volver a llanear durante unos kilómetros más. Llegados a este punto es cuando estamos más en contacto con campo abierto y se nota al respirar el aire. Los días de lluvia que son algo más habituales dotan de un verdor adicional el campo y ese olor a tierra mojada es algo tan característico; sienta bien el poder disfrutar así de la naturaleza.

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Las pequeñas aldeas se van sucediendo también a lo largo del camino, pequeños núcleos de población y que son ideales para disfrutar del campo. Eso sí, bien tienes coche o moto para llegar o sino te toca ir a golpe de guagua que tarda como unos 20 minutos hasta el centro de Fanling o Sheung Shui.

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Y claro, los caminitos que se adentran hacia los campos de cultivo. De fondo, algunas de las montañas que conforman el parque de Pat Sin Leng (aún lo tengo por explorar). Se podrán imaginar ahora en esta época lo húmeda que puede ser esta zona, si ya lo noto yo en mi casa y eso que está más protegida con edificios cercanos. Me recuerda a la época cuando viví con mi familia una temporada en El Sauzal, y fue todo un cambio al mudarnos desde Santa Cruz.

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La tiradita ida y vuelta son casi 20kms. pero bien merece la pena y por poquito me quedé a las puertas de Sha Tau Kok. Así que para la próxima si voy armado con el permiso podré ver un poquito más en detalle la zona justo en la frontera, seguro que promete.

Desearles un buen fin de semana, el primero de este mes de Diciembre y seguro que ya disfrutando de las temperaturas propias de esta época del año, a no ser que tengan la suerte de estar leyéndome desde el hemisferio sur que todo es posible. Disfruten del campo y la naturaleza, es una buena forma de desconectar durante este puente de la Constitución 🙂