Old Police

 

Por suerte, aún siguen quedando edificios históricos en el centro de Hong Kong, no tantos como a mucha gente les gustaría, pero al menos queda parte de la esencia del aire colonial de hace tantos años atrás. Un claro ejemplo, es este edificio que sirvió como Estación Central de Policía

Sus orígenes se remontan al año 1864 partiendo de una estructura de barracones de unas 3 plantas de altura. Posteriormente con el paso de los años se fueron añadiendo nuevos bloques a la estructura principal, entre los años 1910 a 1925. Además, daba puerta con puerta a la prisión de Victoria. Ocupando gran parte del lateral de la calle Old Bailey y doblando la esquina con Hollywood Road. En el mapa siguiente podemos ver su ubicación:
 


Ver mapa más grande

 

De un color amarillo suave, con las paredes un tanto descascarilladas y ese peculiar color azul de los marcos de puertas y ventanas. Una renovación o digamos un lavado de cara, sería más que aconsejable para que este edificio vuelva a lucir como en sus primeros años. Teniendo en cuenta que desde que se trasladara el cuartel general de la Policía a la nueva ubicación en Wan Chai tras la Segunda Guerra Mundial, el uso de este edificio fue disminuyendo y se nota el paso de los años por él.
 

En la actualidad, han sabido aprovecharlo para dar cabida a algunas exposiciones de arquitectura o de arte moderno. Ese aspecto descuidado que caracteriza las instalaciones, lo hacen un lugar más que interesante para exponer obras y un buen reclamo para los curiosos y/o amantes de la fotografía. Cantidad de rincones, detalles… en los que capturar una instantánea diferente.

El patio central que separa algunos de los bloques es recorrido por los visitantes en una de las últimas exposiciones que visité. De un lado a otro, la actividad vuelve a estar presente en el viejo edificio. Me pregunto cómo sería el ambiente cuando el edificio funcionaba a plena actividad y muchos de los edificios que vemos por detrás, aún no existían.
 

Un lugar para perderse unas cuantas horas entre sus muros. Parece como si la gente se mantuviese más en silencio de lo habitual, recorriendo los pasillos, el crujir de la madera en algunas escaleras con el sube y baja de la gente y las alambradas que son testigos mudos del paso de los años.
 

Con carteles que nos advierten a nuestro paso… aunque ahora sin peligro de adentrarnos en una zona «prohibida».
 

Nos vamos adentrando más y más entre los bloques del edificio, quedando atrás la estación de policía y metidos de lleno en la zona de la prisión. El ambiente se vuelve un poco más oscuro, nos paseamos por el interior de la zona de celdas que está repartida en dos pisos. Más silencio aún, sólo el sonido de algunos flashes y disparadores lejanos. Una experiencia interesante como pocas.
 

 

Seguro que no será la última vez que me recorra el interior de estas instalaciones con alguna nueva exposición que habiliten en su interior. Espero que por el bien del legado de la ciudad, el edificio recupere su esplendor y se le de un buen uso, bien como centro cultural, para albergar futuras oficinas del gobierno (algo leía al respecto) u otro fin que tengan en mente las autoridades de la ciudad.

¿Les hace un paseíto?

 

Escalones con historia

 

Permanecer casi intacta con el paso de los años no es tarea fácil y especialmente todos los cambios que ha sufrido la ciudad con el paso del tiempo. Nostalgia al recordar esas fotos antiguas de cuando apenas había edificios altos y todo tenía más aire colonial. En cambio, hay sitios que siguen teniendo la esencia de esos años y son un reclamo para los turistas, además de, ser lugar de paso habitual para mucha gente.

La calle Pottinger, en recuerdo al que fuera el primer gobernador de Hong Kong: Sir Henry Pottinger entre los años 1843 y 1844. Situada en el distrito de Central y con la peculiaridad en sus escalones irregulares, poco habituales en las calles de la ciudad. No resulta fácil caminar por ella y más si se trata de alguien con tacones, por lo que es preferible bajar por los laterales o hacerlo cerca de la barandilla por lo que pueda pasar. No obstante, la afluencia de gente a la calle es constante y es que actúa de nexo entre las calles Hollywood Road (punto A), pasando por Lyndhurst terrace (punto B) y siguiendo hasta más abajo donde la calle se hace un poquito más llana.
 

No es extraño que veamos a parejas de novios haciéndose fotos en alguno de sus tramos, apoyados en las barandillas o turistas que no dejan pasar la ocasión para retratarse en esta calle tan particular. Vamos primero a viajar al pasado, digamos en el año 1930…
 

y luego dar un salto hasta el presente año 2010…
 

Puestecitos en los que comprar algo de arte, tiendas de reparación o copia de llaves… son algunos de los negocios presentes. Ahh! y no puede faltar un poco de toque navideño en estas fechas que se aproximan 🙂
 

Como curiosidad les dejo el siguiente enlace donde leer un poco más acerca de esta calle tan conocida aunque pase a veces un poco desapercibida. Un trocito más de la historia de Hong Kong antes nosotros.

 

Un trozo de historia

 

Como en toda ciudad que se precie, el progreso tiene sus cosas buenas y otras no tanto, o digamos que malas. A veces es el afán de arrasar con todo lo que tenga aire de «viejo», de otra época y dar paso a la modernidad sin dejar rastro del pasado. Cuantas veces habré pensado lo bien que luciría el centro de Hong Kong con más edificios de estilo colonial.

Los rascacielos se abren paso en el centro de la isla, aunque aún quedan sitios que permanecen digamos ocultos y mantienen la esencia de la ciudad viajando 50 años atrás. Uno de estos sitios es Wing Lee street, situada en la zona de Mid-levels en el distrito de Central. Una callecita muy peculiar que sobrevive al paso del tiempo.
 


 

Un conjunto de casas de aspecto descuidado en la que llevan viviendo sus familias desde hace décadas pero parece que la autoridad de renovación urbana (URA) quiere desmantelar este bloque y dar paso a la modernización de dicha calle. Y ahí es cuando saltó la polémica hace unos meses.
 

 

Una zona tranquila, donde apenas se escucha el pasar de los coches y a pocos minutos del centro. Desde luego que un sueño para cualquiera de las principales constructoras que se disputan la mayoría de terrenos en la ciudad. ¿Cuánto más aguantará en pie la calle? espero que la presión popular haga efecto y se replanteen conservar esta parte de la ciudad.
 

Es el lado «cutre» de una ciudad como esta, pero que le da ese encanto particular. Que sorprende tanto a los que vivimos aquí como a la gente que está de paso. Parte de la herencia de la ciudad y que nos permite viajar en el tiempo con tan sólo un vistazo.
 

 

Seguro que sus ciudades habrá pasado algo similar en alguna ocasión. Se acuerdan de esa plaza, de ese edificio… un rinconcito de la ciudad que conocíamos desde nuestra infancia y ahora ya sólo forma parte de nuestros recuerdos. Espero que recapaciten y a pesar de lo valioso del terreno por ser esa zona en concreto, dejen de lado sus planes ambiciosos y miren hacia el pasado.

 

¡Ding ding!

 

Dentro de los diversos medios de transporte que podemos usar para recorrer el territorio hongkonés, tanto por mar embarcados en el Star Ferry o bien por tierra. En su momento hablaba sobre el tranvía que nos lleva hasta el pico Victoria para contemplar la ciudad hasta donde alcanza la vista. Hoy hablamos de otro con mucha historia y que cruza a diario las calles de la isla de Hong Kong.

Allá por el año 1904 es cuando inicia su servicio y mucho o poco ha cambiado hasta nuestros días. Con las mejoras en la tecnología, el tranvía ha ido pasando por diversas fases de modernización hasta la última de sus generaciones que data del año 2000 y que cuenta con estructura de aluminio y bordes más redondeados. Las ventanillas son fijas, ya que por lo general en otros modelos actuales se pueden subir o bajar, especialmente útil cuando el calor aprieta, pero con el riesgo añadido de que la gente saque los brazos por ellas. Todo lo que es seguridad en el transporte público es bienvenido.

Otra de las ventajas de este transporte es que representa un muy buen escaparate publicitario para cualquier empresa. En su estructura podemos ver anuncios de lo más diverso: bancos, exposiciones, ropa y/o calzado, perfumes… todo lo que sea anunciable 🙂 Y el efecto que crea es bastante llamativo, hay diseños bastante currados, y desde luego no pasan desapercibidos ante la cantidad de ojos por los que pasa cada día.
 

Como no, en tiempos de Mundial de Fútbol no podía faltar uno de los títulos de Electronic Arts (Vamos España en la final del domingo)
 

Se preguntarán, ¿y el título de esta entrada? pues es del sonido de la campanita que hace sonar el conductor para avisar de su presencia en la carretera, aunque también cuenta con una bocina en toda regla. Ding ding es el nombre más cariñoso por el que la gente conoce al tranvía y que viene del nombre chino que suena parecido.

Y su precio es más que económico: 2,2 HKD (22 céntimos de € aprox.) independiente del trayecto que hagamos, de ahí que sea tan popular el uso del mismo. Eso sí, si vamos con calma, porque de lo contrario puede llegar a resultar un poco lento y el ambiente apretado en las horas puntas sobre todo.

Para conocer un poco más de su historia -> HK Tramways