A cincuenta

 

Los que me siguen en G+ verían la semana pasada que comenté acerca de una nueva adquisición para mi cámara, de la cual llevaba tiempo tras ella. No es que no esté contento con la lente que venía cuando la compré (18-135mm) que es muy versátil, tanto para sacar fotos de paisajes como hacer zoom y pillar cosas que no están tan al alcance o a personas de forma un poco más desprevenida, y es que quieras que no, a veces las lentes de las cámaras pueden intimidar un poco si están algo cerca, ¿no?

La lente en cuestión es una de 50mm f/1.4, digamos que es una pieza básica a tener en cuenta en el equipo de alguien que se interese un poco más por la fotografía. Ofrece otro punto de vista totalmente distinto, uno tiene que pensarse más las cosas a la hora de sacar las fotos y acostumbrarse a que la distancia ahora varía, no podemos estar demasiado cerca o demasiado lejos.

Como durante la semana no había tenido tiempo para salir con ella, el fin de semana era el momento perfecto para salir a probar y ver qué podía captar. El domingo es un buen día mismamente y después de haber madrugado para hacer una sesión de dragon boat, es buen momento para dar un paseo. Más tarde había quedado de encontrarme con mi novia y unos amigos para ir de dim sum, con lo que tenía un par de horas por delante. Lo malo: el tiempo parecía no acompañar y algunas gotas de lluvia empezaron a caer, mal asunto, pero afortunadamente sólo fue algo temporal. Aquí están algunas de las fotos, yendo desde Central hasta Mongkok en varios tramos.

Dentro de pocos meses tendremos una gran tienda de GAP en el corazón de la ciudad. Trabajando a todo trapo para tenerla a punto cuando llegue la fecha.
 

El tráfico por los alrededores es fluído. Se nota que es fin de semana y además en casi horas del almuerzo.
 

Rompiendo con la rutina del metro, muchos saben lo relajante que puede llegar a ser un paseíto en barco a bordo del Star Ferry, sino pregúntenle a Alberto, Pau, Álvaro o Urías, pueden dar buena fe de ello. Un recorrido que cuesta la friolera de 3 HK$ aunque antes incluso era algo más barato.
 

 

Nos plantamos en TST, lateral del Kowloon Park, con la calle casi sin coches pero la gente es un no parar. La cercanía de Canton Road y Nathan road, dos ejes comerciales importantes hacen que siempre haya actividad en la zona.
 

 

Después de una paradita en Jordan para disfrutar de un dim sum que nos salió a sólo 5 euros por persona (eramos 6 en total), próxima parada: Mongkok. Siendo la distancia relativamente corta, podríamos haber ido dando un pequeño paseíto, pero nuestra sorpresa al salir del restaurante que estaba cayendo un buen palo de agua. Lo dicho, nos vamos al metro que al menos había una salida cerca.

Un buen sitio para perdernos entre planta y planta es el centro comercial Langham Place. Buena oferta de tiendas curiosas, restaurantes, cine…
 

Bastante satisfecho con las primeras fotos, he puesto algunas más en la página de Facebook por si quieren echarle un ojo. Creo que esta lente dará mucho juego, así que, su hermana mayor reposará o al menos intentaré alternar el uso de ambas. Creo que se merece un descanso mientras un servidor se tomaba un cafecito.
 

 

Algo rápido

 

La cultura de la comida en Hong Kong es algo presente en casi cualquier esquina. No faltan restaurantes de todo tipo, desde comida local hasta cocina internacional. El caso que nos ocupa hoy, se trata de comida para llevar, coger y salir con la misma. Tan sólo basta con observar durante unos minutos la actividad constante en cualquier puesto de la calle como este. La gente esperando su turno para elegir su aperitivo preferido.
 

¿Y qué podemos elegir? pinchitos de carne, bolas de pescado con curry, salchichas… hay cantidad de ellos. Bien para comer solos o acompañados, seguro que hay algo que nos llama la atención y estamos deseando probar.
 

Tanto por la isla de Hong Kong, en Kowloon o los Nuevos Territorios nos encontramos puestos de comida como estos en los cuales la actividad se incrementa cuando cae la noche. Ya se pueden imaginar en zonas como Mongkok que los horarios se alargan durante el fin de semana, la gente aprovecha para salir a pasear, de compras.. y de paso picar algo mientras va por la calle. No hace falta sentarse a una mesa para echarse algo de comer. Rápido pero efectivo, y desde luego que delicioso. ¡Hay que probarlo!

 

Cacharrita de barro

 

Nada mejor que empezar una nueva semana a base de una entrada culinaria. Ya sabemos lo mucho que cuesta empezar en lunes, pero poquito a poco se coge ritmo y apurando los días que le quedan a este mes de enero.

Un plato muy completo y bastante rápido de preparar. Ante todo que no falte el ingrediente principal: arroz, dispuesto en estas cacharritas de barro y a la espera del resto de ingredientes para cocinarse todos juntos. Nada mejor que tener apiladas algunas cacharritas para agilizar los trámites a la hora de preparar varias a la vez. Las tapas esperan su turno y para los curiosos que pasan por fuera del local, pueden darle un vistazo al menú dispuesto antes de decidirse a entrar o no.
 

 

La actividad es frenética, y el hombre encargado de controlar los fogones no para ni un segundo. Una nueva orden en marcha, una que está lista para llevar a la mesa. De igual forma, los clientes no paran de entrar y salir mientras los camareros buscan mesa y acomodan como pueden. Todo sea por el bien del negocio, actividad en estado puro.

Y en efecto, la «cocina» está por fuera del local. El lugar perfecto para que la gente que pase por allí, se animé a entrar al restaurante viendo antes cómo se cocina este plato. Una vez dentro, el espacio es ajustado y los clientes se acomodan como pueden. No es digamos el sitio más cómodo y relajado para estar comiendo, pero vale la pena que lo probemos, a pesar de no estar tan holgados como nos gustase.
 

Y el resultado después de unos minutos de espera, recién sacada del fogón y lista para comer, aunque mejor ir soplando un poquito que no veas como aguanta el calor la cacharrita. En concreto este de la foto, era con pollo, champiñones y unas verduritas, el arroz debajo y sólo hacía falta añadir un poquito de salsa de soja por encima, y remover. Listo para comer.
 

Para aquellos que quieran pasarse un día por el restaurante en cuestión, este se llama: Ming Yuen Noodle restaurant, situado en Soy street, una perpendicular a Sai Yeung Choi en Mongkok. Y con la magia de Google street view, hasta una foto del local por fuera. Imposible perderlo de vista 🙂
 


Ver mapa más grande

Les dejo con este «aperitivo» para empezar la semana. Igual me pillo uno a la noche cuando salga del gimnasio que me queda cerquita, quien sabe.

 

Langham Place

 

La entrada de ayer no tardó mucho en ser descubierta y como bien decía Alberto se trataba del centro comercial Langham Place. Edificio situado en pleno centro de Mongkok al lado de la estación de metro del mismo nombre y que forma parte del conjunto que incluye el Langham Hotel. Una de las opciones de hoteles por la zona, aunque también podremos buscar algunos bed and breakfast en el centro de Hong Kong si quisiéramos cambiar el lado de Kowloon.

Un espacio amplio y bien aprovechado donde tienen cabida bastantes tiendas, restaurantes o un cine, repartidos en 15 plantas. Sirve también como espacio para albergar algunas exposiciones temporales, algunas de ellas tan interesantes como ésta que los mostraba hace poco. Como podemos ver en el mapa, una de las salidas (C3) desemboca directamente en la parte baja del edificio, perfecto para los días de lluvia sin tener que pasar por la calle.
 

Un estilo que rompe con los alrededores, tanto por la altura como la estética. En un día soleado, luce imponente alzándose entre los edificios restantes. A su izquierda tenemos el hotel que se encuentra conectado a través de una de las plantas del centro comercial.
 

De noche, con las luces, los reflejos… es como si el edificio se transformara. En verdad es un contraste interesante entre la vida que se desarrolla por sus bajos: wet markets, puestos de snacks, restaurantes locales… pero todo convive en armonía.
 

 

Esto me recuerda que paseando por Londres, me llamo la atención este cartel:
 

Muy distinta esta zona en la capital británica. Dos ciudades, dos estilos pero con un nexo común: el nombre.