Visitando el Ikea

El último viernes del año 2017 que bien se merece una entrada. Recientemento estuve visitando el Ikea puesto que nos hacía falta comprar algunas cosillas para casa. Mi mujer me dio la lista de la compra como quien dice y para allá me fui a lidiar con la gente. Para mi sorpresa y siendo fin de semana, más durante las fechas navideñas, no tuve que «pelearme» con demasiada gente. Sé que es también uno de los sitios preferidos de ocio de nuestro amigo El Gato Chino.

En Hong Kong la gente también gusta de ir a pasar la tarde pero en China continental nos ganan de calle.

Comentar que este Ikea está situado en Nuevos Territorios en Shatin y dentro de un edificio-centro comercial dedicado enteramente a temas de mobiliario, decoración e iluminación para el hogar -> Home Square. Subiendo hasta casi la última planta donde está la entrada al Ikea, y que una vez dentro sí que sorprende por lo amplio que es. Nada que ver con las naves industriales que uno acostumbra en España, pero muy bien aprovechado el espacio.

Los detalles navideños son los protagonistas, tanto como vajilla como adornos o bien arbolitos. Nosotros esta vez sí que no teníamos que comprar nada de eso, pero sí más bien algunas cositas para el salón y una zapatera para la entrada (que aún tengo que montar).

Con tanta nieve por todos lados, uno sí que echa de menos lo que es tener una blanca Navidad. Creo que la última vez fue para allá en el 2009 cuando estuvimos en Corea si no me falla la memoria. Pero uno de estos años sí que tendremos que estar en Tenerife para visitar el Teide todo nevadito, molaría!

Como había salido de casa a eso de las 12, pues con la tontería entre el viaje hastsa allí más el tiempo que estuve por la tienda se me pasaron un par de horitas. ¿Momento picoteo? pues va a ser que sí, y con los precios tan tentadores que tiene. Me agencié unas salchichitas y me compré un refresco de manzana tipo Appletiser, muy rico. De paso aproveché para comprar unas albóndigas y un paquete de «cinnamon roll». Fue una visita más que productiva y en la que hasta a la hora de pagar no tuve casi esperas. ¡Qué maravilla!

Una vez terminado el picoteo, de vuelta a coger el metro y para casita con los deberes hechos. La entrega de la zapatera fue unos días más tarde; aunque tenía intención de habérmela llevado a pulso pero mi mujer no se esperaba que fueran casi 30kgs de mueble, jaja y a parte no estaba en existencias. Por una módica cantidad y con menos sudores, la entrega en casa era la mejor opción.

Seguro que habrá más Ikea de cara al año que viene conforme vayamos necesitando algunas cosillas. Puede que para la próxima visita nos animemos a llevar a las niñas que estará un poco más granditas y así ellas también pueden disfrutarlo a su manera.