Desayuno con el mar

Como no todo iba a ser desayunar en el hotel, nada mejor que salir fuera en busca de sitios nuevos y probar algo más auténtico. Mi novia había estado indagando a través de Instagram algunos sitios hasta que dio con «Single Fin». Un garito situado al sur de Kuta a bordes de un acantilado y con unas vistas excelentes hacia el mar. Abajo del todo la playa de Blue Point, y con bastante actividad de surferos. La verdad que se veían buenas olas.

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En este sitio, la especialidad para el desayuno son los Nalu Bowls, una forma excelente de empezar el día con un bol de frutas con muesli y smoothie de fruta de dragon. Si no recuerdo mal tenían lo menos unas ocho combinaciones pero esta se ve que era una de las «best sellers».

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Para ello nos cogimos un taxi desde el hotel y aprovechamos para tenerlo alquilado por unas horas para luego recorrer un par de sitios más por la zona.

Primera parada después del desayuno: el templo de Uluwatu. Una visita más que obligada estando por esta zona de la isla, y sin duda por la mañana gana mucho más en tranquilidad porque de la vez anterior que estuvimos pero por la tarde, a parte de haber más gente también habían más monos (hay que andar con ojo)

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El mar rompe con fuerza contra las paredes de roca. Justamente el templo está situado a una altura de 70 metros sobre el nivel del agua, aunque da la impresión de que fuesen más metros. Simplemente mirar hacia el horizonte y escuchar el sonido de las olas.

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Hay algunas zonas del templo a las que no se puede acceder porque son los lugares de oración para los monjes.

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Los detalles del tallado de las rocas en las columnas merece ser observado de cerca.

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Una vez llegado al punto más alto del complejo, escaleras abajo para volver en círculo hasta el punto de partida y en dirección al parking. Ahh! una cosa que se me olvidadba, a la entrada se fijarán que hay que alquilar como unas faldas largas antes de entrar. Sobre todo si eres chico y vas en pantalón corto, es como cuando uno va a Tailandia y entra en el Palacio Real o en otros templos.

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¡Hasta otra visita Uluwatu! seguro que nos volveremos a ver, puede que quizás para compartir un rato durante el atardecer.

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Captura móvil

Seguro que estarán cansados de leer la frase: «la mejor cámara es la que uno lleva encima», y en parte tiene razón. Y es que a veces, no es la mejor opción en términos de calidad pero si lo más conveniente en ese momento.

Hoy en día todos llevamos nuestro «smartphone» encima y con él nos apañamos durante nuestro día a día, bien sea para documentar la foto de alguna de nuestras comidas o para retratar alguna escena que nos llame la atención.

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Y los colores de la primavera que se va acercando. ¡Hay ganas ya!

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Los momentos cotidianos y de la calle es algo que tiene mucha fuerza, no me lo van a negar.

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Los letreros de los negocios, no sólo los que son en neón,
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El verde también llega a la ciudad y llena de vida los apartamentos o los rincones en las oficinas. Apuesto que algunas de las empresas de plantas que he visto por la zona de Fanling-Tai Wo son algunos de los proveedores de estas tienditas de Wan Chai.

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He aprovechado para hacer este pequeño collage de las fotos anteriores. Otra de las posibilidades que te brinda el móvil para hacer sobre la marcha y es realmente útil.

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Este post sirve a modo de reflexión y también como tirón de orejas para que tampoco me olvide de sacar a la calle mi cámara reflex a la cual le tengo mucho aprecio y que va camino de cinco años conmigo. No creo ni mucho menos que los «smartphones» vaya a reemplazar a las cámaras convencionales pero si que haya un equilibrio entre ambos, siempre y cuando se sepa adecuar su uso.

Colores de otoño

Seguro que habra poca gente que no le guste esta época del año, verdad? En lo que respecta a la temperatura, es algo que se agradece puesto que nos situamos en torno a unos 15-20°C (aunque hay días que casi baja hasta 10) que dista bastante del calor veraniego que juntado con la humedad puede llegar a ser de lo peor de la ciudad. No obstante, la humedad no nos abandona durante la estación de otoño e invierno haciendo que la sensación térmica sea de algunos grados menos de los que realmente hay, más aún donde vivimos nosotros al norte en los Nuevos Territorios.

Una de las cosas que más me gusta es disfrutar de los días en los que luce el sol, sentir el calorcito aunque a la sombra sople algo de brisita. Con la variedad de árboles que hay por la zona, los colores que nos podemos encontrar son de lo más variados.

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Da gusto poder pasar todos los días por este parquecito de camino a la estación de tren. Siempre lleno de vida con sus mañanas de baile, taichi o gente haciendo sus ejercicios matutinos. Seguro que ustedes tambien se han fijado en su barrio en los habituales, es raro que fallen y a veces hasta parece que uno estuviese compenetrado con ellos; bien nosotros vamos adelantados o bien ellos se han retrasado. Aunque a veces los días luzcan algo grises, vale la pena el salir a hacer algo de deporte que es una muy sana costumbre.

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Aunque uno mire con un poquito de envidia lo bonitos que se ponen los árboles en sitios como Japón o Corea, siempre habrá algunos que nos regalen su color marrón con reflejos rojizos. No pudimos evitar el dar marcha atrás despues de habernos bajado de la guagua, cuando íbamos a la zona este de Fanling; los colores nos llamaron poderosamente la atencion. Por cierto hay unos sitios clave para ver los colores otoñales en un parque de Tsing Yi y por Yuen Long, pero ya se podrán imaginar la ds gente que va para sacar fotos…

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Así de bonito lucía el día de hoy cuando fui por la isla a hacer algunas diligencias.

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Por lo pronto el frío está siendo moderado pero aún no podemos cantar victoria. Me conformo con que sigan los días con sol, alternando algunos grises y con lluvia que son en los que no apetece salir de casa y ponerse a ver una peli tomando algo calentito; a la vuelta de la esquina en un par de semanas volveré con el equipo de dragon boat, seguro que más de uno le da mucha pereza ponerse a pensar en ello pero es momento de volver a reactivarnos con la rutina.

A tres días de final del año y con todo ya cerrado o casi porque seguro que muchos andan apurando. Yo sin prisa, apurando mis ultimos días de vacaciones y como no, disfrutando de los colores de otoño.

En el azul

Ahora que el verano queda un poquito atrás pero que los días de otoño aún nos brindan cielos azules, es bueno recordar nuestro reciente viaje de vuelta en Tenerife y en el que pudimos descubrir cosas nuevas.

Así que nos fuimos hasta la zona de Los Gigantes puesto que desde allí partía la excursión en barco que había reservado justo después de nuestra estancia en por Buenavista. La combinación no pudo ser mejor. Salimos con tiempo puesto que la carretera es bastante movidita pero el paisaje bien merece la pena una vez se va ganando altura.

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Una vez llegados al puerto deportivo, dejamos el coche dentro del parking interior y como teníamos tiempo nos dimos una vuelta por los alrededores para hacer una paradita para unos barraquitos 🙂

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Llegada la hora, rumbo al barco y a echarnos a la mar. ¡Estábamos expectantes ante la excursión!

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Y en verdad uno se siente diminuto a medida que nos vamos acercando a los acantilados son imponentes, unos gigantes como bien dice su nombre. No en vano se alzan hasta 500 metros de altura.

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«Ahí, ahí…!» decía uno de los miembros de la tripulación. Justo hacia la derecha fue por donde aparecieron los primeros. Estuvieron muy simpáticos y nos deleitaron con unas cuantas vueltas por los alrededores del barco en lo que girábamos lentamente con el movimiento del agua.

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Pudimos verlos fugazmente pero luego volverían a asomarse un poquito más sobre la superficie.

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Uno tenía que ser bastante rápido sacando las fotos si quería capturarlos en lo que salían del agua. Por suerte una lente zoom siempre ayuda y estar con el punto de mira preparado. Creo que hubo algún delfín que incluso llego a saltar pero todo sucedió demasiado rápido.

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Después del avistamiento de los delfines nos dirigimos hacia una calita cercana que justamente es a donde va a dar la bajada desde Masca. Mucha gente opta por hacer este pateo y luego coger un barquito en el muellito para llevarles de vuelta al puerto deportivo de donde habíamos partido nosotro.

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Casualmente un buen amigo ese día estaba con su novia haciendo la ruta pero por poco no coincidimos en la zona, pero sí más tarde cuando íbamos con rumbo a Santa Cruz e hicimos una paradita en la caleta de Adeje.

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Las 2 horas de paseo en barco se pasaron volando y nos teníamos que regresar a tierra firme después de la paradita y habiéndonos dado un baño refrescante. Estuvo genial el que fuese un grupo tan reducido y así poder estar sin agobios en el barco; una experiencia que nos supo a mucho.

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Puede que les parezca mentira pero hasta aquel entonces nunca había hecho una excursión para avistar delfines o cetáceos en el mar. Era algo que a mi novia le llamaba la atención y a mi no se me había presentado la ocasión anteriormente, así que fue un buen momento para disfrutar de un tiempo genial ante la mirada de los Gigantes.

Para los que se pregunten con quién contratamos la excursión fue con la gente de El Cardón Experience. Hay una gran variedad de ofertas y empresas, además podemos ir directamente por el puerto y contratarlo si quedan plazas libres aunque a veces es mejor una reserva a tiempo.