Parece que este mes de abril me está costando un poco más de lo habitual arrancarme en el aspecto blogueril. Después de haber desconectado una semanita con el viaje por Tailandia y Singapur, vuelta a a la ciudad con las pilas cargadas pero con cosas por terminar. Ahora parece que la cosa vuelve a estar un poco más tranquila, aunque no lo digamos muy alto, pero parece como si los días fueran más cortos y no vendría mal tener algunas horas de más.
Las fotos del viaje aún están por organizar y puede que también me anime a subir algún vídeo. Ganas de recordar las aventuras de Alberto y mías, aprovechadas al máximo entre buceo y buceo, además de alguna salidita nocturna. Ahora él está de vuelta en Japón donde el retorno a las clases y la investigación es ya inminente. Hong Kong ha estado algo gris estos días, y eso que el fin de semana pasado el sol brillaba y con un calorcito que ya se estaba echando en falta. La gente vuelve a abrigarse un poquito más, y es que es mejor prevenir antes que pillarse un resfriado entre los cambios de temperatura y luego el aire acondicionado.
Sin ser la familia, amigos, trabajo, deportes, viajes o el blog; aún tengo espacio en la cabeza para más cosas pero a veces no resulta difícil dar ciertos pasos, verse entre la espada y la pared, hacer caso a lo racional o quizás fiarse de lo emocional. Nunca es fácil, pero está claro que hay que arriesgarse y tirar para delante pase lo que pase, ¿no creen?
Bastante ilustrativa la imagen que he escogido para esta entrada. Cuestión de planificar bien la «jugada» y luego no lamentarse. Y luego, ¿qué vendrá? cosas buenas, malas… el tiempo dirá.
A ver si busco un ratito para volver a contar historias como suelo hacer normalmente o de vez en cuando meter algún post regulero que de vez en cuando nos saca una sonrisa. Continuamos..