Hace dos veranos

Llega el momento por estas fechas cuando mucha gente tiene tan sólo una cosa: las vacaciones. Las altas temperaturas del interior, en el caso de España, hace que la gente se dirija a las zonas costeras a disfrutar del agua y las playas. De igual forma, en Asia la gente gusta de ir a sitio más tropicales y donde el sol abunda como es Tailandia, Malasia o Filipinas, en cambio nosotros hace dos veranos fue que decidimos cambiar de aires e ir un poco a contracorriente yéndonos hasta España de vacaciones.

Fueron dos lugares que visitamos concretamente, la ciudad de Barcelona y la isla de Mallorca. Para este segundo destino, la posibilidad de disponer de un coche para movernos fue un punto muy a nuestro favor aunque en Barcelona haciendo uso del transporte público tampoco tuvimos problema alguno. A la hora de buscar alojamiento, uno se puede encontrar de todo siendo un sitio tan turístico como es la isla, pero siempre se pueden encontrar opciones de hoteles baratos en Mallorca, fue mi novia la encargada de hacer las búsquedas y siempre tiene bastante buen ojo, no me puedo quejar.

Algo que también es importante en todas las vacaciones que se precien, es el aspecto de la comida. La buena gastronomía del lugar y un ambiente agradable al más puro estilo mediterráneo, tanto cerca de la costa como en los sitios del interior. A la vez que el clima nos sonreía, que todo lo hacía aún mejor.

Nos encantaron los casitas de los pueblitos de interior, todas muy bien conservadas y manteniendo la esencia de antaño. En muchas de ellas con negocios como fruterías, tiendas de recuerdos o restaurantes como el de la casita de esta foto.

Y el paisaje de montaña mezclado con los olivos junto con la calma del lugar hacen el sitio perfecto para desconectar. Recorrer las carreteras serpenteantes mientras ganamos altitud y disfrutamos de las vistas.

Terminando la jornada a orillas de esta playa en el pueblo de Soler, otro de los rincones por el que no debemos de dejar pasar. Buenos recuerdos de esas vacaciones que parece hayan sido menos tiempo.

Y claro que nos gustaría repetir, incluir Mallorca en un nuevo viaje junto con algunas islas más del mediterráneo o algunas provincias más del sur de España, pero todo a su tiempo. Quien sabe si cuando hagamos un nuevo viaje para visitar a la familia también nos podamos escapar de nuevo aunque no sea en época de verano. Por cierto, ¿cuándo planean las suyas? son más del mes de julio, agosto o bien al final por allá en el mes de septiembre cuando la mayoría de gente está de regreso. Compartan sus planes veraniegos conmigo, les espero.

Paseo tranquilo

A poco que vayan recorriendo estas fotos seguro que el sitio les resulta familiar, y no vale mirar en una de las etiquetas al final del post, a ver si lo adivinan y para ello no voy a poner ninguna pista en las etiquetas del post. Algunas señas puedo dar y es que queda al norte y sólo se puede acceder vía sus puentes, bien sea en coche o sino en el tren.

Recorriendo su paseo bordeando la costa, podemos observar el paso de los barcos, la gente pescando o la gente de paseo. Es bastante verde y tiene bastante edificios, aunque no está demasiado súper poblado. Sin duda es una buena zona para vivir y que cuenta con zonas para actividades deportivas y de ocio como es un centro comercial desde donde se accede al metro.

No faltan pequeños parques para niños aunque siempre con la supervisión de los mayores.


 

¿Adivinan cómo se llama este puente?

Las zonas verdes son otro de sus puntos fuertes lo que ayuda a crear un ambiente más fresco y refugiarse a la sombra de los árboles cuando el sol aprieta.

Digamos como quien da una vuelta a la manzana, tras dejar el paseo marítimo y adentrarnos de nuevo en el núcleo de edificios, regresamos a una de las calles principales y de camino al metro.


 

 

Toca regresar a casa que está tan sólo a un par de paradas de metro, no me puedo quejar por cercanía.

Calor del sur

La tierra canaria, una tierra cálida y que es lugar de visita habitual de muchos turistas procedentes del norte de Europa. La agradable temperatura reinante durante la mayor parte del año invita a visitar las playas, perderse por los montes y también como no, disfrutar de la gastronomía. En no demasiado espacio se juntan muchas cosas, gran diversidad es lo que tienen y en especial Tenerife con el pico Teide como protagonista. Lo mejos es dejarse llevar y tomar cualquier dirección. Cierto es el dicho: «todos los caminos conducen a Roma» o a Tenerife también 🙂

Montes de pino canario y roca volcánica, contraste de colores y ver cómo cambia la vegetación conforme varía la altura. Una de las mejores formas de descubrir las islas es alquilar un coche y echarse a hacer kilómetros, carreteras sinuosas y con sitios para contemplar el paisaje, invitar a hacer una paradita para descansar. Hasta yo, apesar de ser local, no me canso de recorrerla cada vez que estoy de vuelta y es un soplo de aire fresco que siempre sienta genial.

Del aire de altura hasta el aire a nivel del mar, donde las playas de arena negra dominan el paisaje. El sur de la isla, en sitios como el Médano son el lugar perfecto para pasar un día de relax o bien si nos gustan los deportes como el windsurf o kitesurf tan populares en la zona.

Los días están cargados de emociones y pueden llegar a ser agotadores. Para alojarnos, la oferta es muy variada, pudiendo encontrar hoteles baratos en Costa Adeje o bien apartamentos, a nuestra elección. Hoteles para todos los bolsillos, en plan familiar, con la pareja o bien con amigos.

Seguro que encontrarán ese rinconcito de la isla para desconectar por unos días o quizás unas semanitas. Cuánto más tiempo mejor, verdad? Y ahora que estamos en primavera, apetece una escapadita como éstas.

Combo

 

A la hora de emprender el regreso y para que no fuera todo muy apurado volando desde Mallorca a Barcelona y luego a Hong Kong (por lo que pudiera pasar), decidimos volar a Barcelona un día antes y tomarnos las cosas con calma. El día que salíamos rumbo a Mallorca que era por la tarde, nos levantamos tempranito para aprovechar el día y nos fuimos echar un desayunito en un sitio que descubrimos durante un par de días antes y que tanto nos gustó.
 

Un sitio coqueto y con buenos precios. Esta vez nos sentamos en la terracita, hacía un día de sol muy agradable y había que aprovecharlo. Mi novia lo tuvo claro y optó por un desayuno potente: pan con tomate, huevos, champiñones salteados y salchichas. El mío ahora no lo recuerdo bien y es que fue un visto y no visto.
 

El siguiente paso fue una visita a la playa de la Barceloneta. Pillamos el metro y llegamos en un momentito hasta la parada del mismo nombre y luego un breve paseito hasta primera línea de playa. Qué pena no haber ido preparado con bañador para un chapuzón, el día lo merecía, pero ya tendríamos tiempo en Mallorca 🙂
 

La gente cogiendo sitio, algunos prefieren estar en la arena mientras que otros cogen su hamaca y sombrilla. Espacio hay de sobra, pero ya a aquella hora que serían apenas las 11 había bastante movimiento. Pasar un día en la playa y teniéndola tan cerquita, es todo un lujo.
 

 

Otros en cambio, prefieren correr un poco. Hacer un poco de ejercicio al lado del mar y quien sabe si más tarde culminar nadando un poco.
 

Encontrarnos con una curiosa construcción que parece en su interior tiene luces. A lo mejor de noche ¿se ilumina y hace de faro? la proyección de la sombre es un buen escondite si no se tiene sombrilla o simplemente para pasar un rato.
 

Sin olvidarnos de la cantidad de bicicletas que circulan por la ciudad, un medio de transporte ideal y con sus espacios de aparcamiento a mano en muchas ubicaciones. Una lástima que estas rojitas sean tan sólo para residentes, sino, en un arrebato cogería una (pagando) y ponerme a pedalear por el carril bici que va en paralelo al paseo de la playa, era tentadora la idea.
 

 

Seguimos caminando otro poco más hasta que decidimos que era momento de dar la vuelta y regresar al hotel. No vaya a ser que fuéramos a perder nuestro vuelo de la tarde. Siempre nos quedará un día extra a nuestra vuelta, que bien lo aprovechamos disfrutando de nuevo un pulpito.