La polémica

 

No sé si muchos habrán tenido ocasión de probar la sopa de aleta de tiburón (shark fin soup), pero seguro que el nombre no les resulta extraño del todo. Es un plato bastante apreciado en la gastronomía china, según dicen por las cualidades que tiene la aleta. Sin embargo, hay quienes opinan que debería de dejarse de comer porque esta práctica amenaza que un día desaperzcan los tiburones de nuestros mares y el ecosistema se vea afectado seriamente.

En la época antigua, era un plato reservado sólo para los reyes y la gente noble. Según la tradición china, parece que la aleta tenía poderes curativos con el cáncer, pero es algo que se ha desmentido. También se dice que es capaz de curar otras enfermedades como aquellas relacionada con alergias de la piel o el dolor de las articulaciones, pero aún no se ha terminado de demostrar.

Aquí se pueden ver algunos ejemplares de aletas de tiburón ya secadas y listas para vender. Este ingrediente también tiene un coste bastante elevado al igual que el abalone. Es otro de los productos habituales en las tiendas de pescados seco. Según la calidad de la aleta, esto repercutirá en el precio final.
 

Debido a que no resulta un plato barato, éste se reserva para las ocasiones especiales como en las bodas. Uno de los primeros platos es esta sopa que tiene este aspecto una vez ya preparada:
 

El fotógrafo establecido en Hong Kong: Alex Hofford, ha publicado recientemente este libro, además de un pequeño corto, sobre cómo se realiza la captura de los tiburones y el mercado de la aleta de tiburón en Hong Kong y otros lugares de Asia.
 

Desde luego que no deja indiferente a nadie y da qué pensar. Si se pasan por su blog podrán seguir todo lo referido a este tema y según se sucedan más noticias al respecto.

En mi mente están los recuerdos difusos de cuando visité Londres por primera vez con mis padres en el año 87, mucho ha llovido desde aquel entonces. Me comentaron que uno de los sitios en los que comimos fue un restaurante chino donde tuvimos ocasión de probar este plato aunque creo que a mi no me entusiasmó mucho. Posteriormente y estando ya en Hong Kong la he tomado en algunas ocasiones especiales. De sabor la verdad que está buena pero siempre le queda a uno esa duda en el interior, ¿he hecho bien o mal?

¿Han probado la sopa de aleta de tiburón? ¿La probarían una vez aunque sea? Desde luego que habrá más platos con alguno de sus ingredientes que se pueda ver envuelto en cierta polémica como esta. El debate sigue abierto…

 

Dai Pai Dong

 

Hoy tenía pensado hablar un poquito más del reciente viaje a Guilin y dar las últimas pinceladas de nuestra estancia, en cambio, ver este tweet me ha dado que pensar e intentar acercarles este trocito de historia de la ciudad. Y es que cuando hablamos de comida, Hong Kong es un paraíso para los amantes del buen comer en gran cantidad de estilos, desde los más tradicionales como este hasta los más modernos y sofisticados.

Su nombre: Dai Pai Dong, viene a significar así como «local con placa de licencia más grande», en comparación con el tamaño de la placa de otros establecimientos. Su aspecto es bastante peculiar y característico por el color verde de sus chapas metálicas, un pequeño espacio con una cocina al aire libre y poco más. Para los clientes, algunas mesas y taburetes de plástico son más que suficientes.
 

Aquí podemos ver como el «dai pai dong» está perfectamente integrado con un wet market. Es más seguro que algunas de las tienditas de verduras cercana, suelen hacer de proveedor de estos restaurantes con lo que ganan en rapidez en caso de quedarse sin algunos ingredientes.
 

A pesar del paso de los años, muchos de estos restaurantes en la calle han resistido. Como en todo negocio, han tenido sus épocas buenas y sus bajones pero siempre al pie del cañón. Los turistas y la gente de Hong Kong han sido también un buen impulso para mantener estos establecimientos, ya que, han querido experimentar un sabor local más auténtico y que tiene años de tradición.

A pesar del aumento de los alquileres en las zonas céntricas, renovación de licencias y/o condiciones sanitarias, el gobierno de la ciudad sepa ver la importancia de mantener locales como estos. No sólo como lugar para atraer a turistas y curiosos sino para mantener viva la tradición familiar.

Les dejo aquí el video que les comentaba al principio, merece la pena echarle un vistazo si tienen tiempo.
 

Dai Pai Dong from Tem Hansen on Vimeo.

 

Night life

 

Después de haber pasado tres noches en Guilin y alrededores, le tocaba el turno a Yangshuo donde pararíamos durante una noche y pondría punto y final a nuestro recorrido durante el viaje, ya que, al día siguiente nos separaríamos siguiendo caminos distintos.

El sábado por la mañana llegábamos a Yangshuo en un trayecto de apenas 2 horas en guagua desde Guilin. Mientras el calor apretaba nos disponíamos a ir en busca de nuestro hostal e instalarnos. Ese día fue bastante completito con la travesía por el Río Li disfrutando de un paisaje espectacular, que por cierto, dentro de poco les contaré aunque si quieren pueden recrearse con las fotos y el genial relato de Alberto buen amigo y compañero de viaje. Ni qué decir tiene que al final del día, el cansancio acumulado se notaba pero no nos podíamos dejar por el camino el salir a ver el ambiente que se respira por la noche en la ciudad, y no vean qué ambiente.
 

Aquí es donde está la acción, en Western street (Xi Jie). Cantidad de puestecitos a cada lado de la calle que de entrada me recordaron al mercado nocturno de Shilin cuando estuve por Taipei, qué cosas ricas por aquellos lares. Un poco más adelante: bares, restaurantes, tiendas… y es que también era sábado noche, como para quedarse en casa, no?
 

Todo ello adornado con el peculiar color de los neones colocados en las fachadas. Hasta las casita un poco más antiguas tenían su toque moderno con su correspondiente neón, hay que estar a la última 🙂
 

 

Y entre tanto cartel, alguno curioso que saltaba a la vista como este: una empresa que ofrece servicios de escalada. Me pregunto que opinará Peter Parker, desde luego que en él se puede confiar 😀
 

Me gustó especialmente este puestito que vendía camisetas con las caricaturas de algunos personajes famosos. Desde el mismísimo Bruce Lee, Obama y ¿Bin Laden?…
 

Lo mejor que hacíamos después de llevar un rato dando vueltas por las callecitas y curioseando, era entrar a cenar que el estómago empezaba a quejarse. A ver, a ver… este de aquí, el de más allá y nada a lo que sea. El lugar que entramos, de lo más curioso y ante todo tranquilo. Un vistazo al menú y se nos antojó comer dumplings, y mientras esperábamos a que llegase la comida: anda un Conecta 4!! y entre traguito y traguito de cerveza o agua, venga a meter fichas. Qué buenos recuerdos me trajo cuando apareció la camarera con el juego.
 

A la luz de los farolillos, buena compañía y conversación. Y la suerte que tuvimos, ya que, al poco de haber llegado al restaurante: brum pam pum pam brum… alguien estaba moviendo cosas por allá arriba entre las nubes y éstas empezaron a descargar unos buenos litros de agüita. Nosotros sanos y salvos disfrutando de la cena tranquilamente.
 

 

Para cuando habíamos terminado, ya sólo quedaban las calles mojadas y el ambiente se respiraba más fresco, que era de agradecer. Bueno chicos, lo de una copita lo dejaremos que mañana hay que madrugar un poquito para aprovechar la mañana que nos queda. Un paseíto de camino al hostal y a dormir del tirón, eso sí que es vida nocturna.
 

Enrevistado

 

¿Se acuerdan cuando les comentaba la invitación que habíamos tenido mi compañero Enrique y yo a un restaurante de comida española? de eso hace ya un par de meses, pero no ha sido hasta ahora que finalmente ha salido publicado el artículo en la revista en cuestión: Grocer & Caterer en su edición del mes de agosto.

Les había prometido algunas fotos de la comida y he podido rescatar del artículo: un poco de pulpito a la gallega y una tabla de embutidos. Como no, un pinchito de tortilla española no puede faltar y acompañado de vinito, tinto o blanco a su gusto.
 

En esta ocasión, el vino tinto fue el elegido y el más adecuado para combinar con los platos que ibamos a degustar a continuación. Y si me preguntan: ¿de dónde era? ufff… mi paladar no es tan exquisito, pero tenía buen aroma, no muy fuerte de sabor y entraba muy bien con la comida, qué más se puede pedir.

Aquí momento in fraganti, copa en la mano, echando un buchito de vinito. ¿Estaba bueno, no? 🙂
 

Y entre bocado y bocado, trago y trago, no podía faltar una buena sobremesa. En compañía de David Izquierdo que es el chef del restaurante Uno Mas, lugar donde se celebraba la degustación. No recuerdo de lo que estábamos hablando en ese momento, pero tenía que ser bastante divertido desde luego 😀
 

Una experiencia y una comida genial que tuvimos el placer de probar y compartir nuestras sensaciones con la gente de la revista que nos había invitado. ¿Se repetirán más ocasiones como ésta? Ya saben que siempre estaremos dispuestos a aportar nuestro paladar y opiniones.