Volver a la montaña

Algo que tenía muchas ganas de hacer después de la preparación de la maratón era el poder volver a la montaña. Es otra sensación bien distinta a cuando uno corre en asfalto, hay que saber medirse en las subidas y claro, también las bajadas.

El verde de la vegetación, el clima más cambiante, el silencio.. Uno se deja envolver con todo lo que le rodea.

Y en una de mis recientes salidas yendo rumbo a Pak Tai To Yan, con bruma cerca de la cima y la humedad bien presente.

Si queremos hacer una paradita o en lo que nos ponemos algo de ropa si nos pillase lluvia.

Aprovechando en las secciones donde se pueden soltar las piernas; repechito arriba, repechito abajo.

Un entreno que me dejó con buen sabor de  boca y poder reencontrarme con algunos de mis senderos favoritos por la zona.

Entre semana uno va con el tiempo más justo, pero el fin de semana es cuando realmente se puede aprovechar algo más.

A ver qué tal se presenta para dentro de unos días. Sin olvidarse de llevar agua suficiente, algún gel/barrita y controlando las sensaciones. La montaña se disfruta pero siempre ir con cabeza 🙂

La calma de la montaña

Pat Sin Leng es un bello paraje en los Nuevos Territorios situado a las afueras de Tai Po y Tai Mei Tuk. Una red de senderos que nos permiten disfrutar de la calma de la montaña durante las primeras horas del día. En verano puede ser mortal cuando pega el sol y conviene ir bien hidratado, pero en cambio en otoño con cielo nublado es una gozada. Aún así, en la montaña uno nunca se debe confiar e ir preparado para lo que pueda pasar; siempre con los sentidos en alerta.

Una zona un tanto selvática en la que discurrimos por un camino empedrado con árboles a nuestro paso. Algunos de ellos cedieron ante el paso del tifón como se puede apreciar.

La primera subida de 1km y con 300+ se hace algo dura. Hay que saber dosificar fuerzas. Más adelante nos llega la recompensa en forma de llaneo aproximándonos a la zona de cresteo. Zona de roca blanca, un poco suelta y no muy técnico.

Nos desviaremos en la primera indicación a mano izquierda y luego descender por el valle que da hacia Nam Chung y una de sus sendas.

En los primeros compases del día algunas nubes y bruma que le daba un aire místico. Lejos de ello, el día de abriría unas horas más tarde. Un día soleado de otoño y disfrutando de calorcito algo atípico en estas fechas.

la calma de la montaña

Un vistazo al panorama nos permite divisar parte de Shenzhen al fondo. El conjunto de casitas en primer plano están en la zona de Kwan Tei que discurre a lo largo de la carretera de Sha Tau Kok.

Bonita ruta, ¿no les parece? y esta es tan sólo una de las opciones a nuestro alcance. Bien podemos alargar o acortar nuestro recorrido en función del tiempo y/o ganas 🙂

Empezando temprano

Cuando todos o casi todos duermen, hay otros que van empezando temprano. Al principio cuesta un poco poner el cuerpo en movimiento, pero una vez fuera rumbo a la montaña todo se pasa. Pasando de la noche al día y ser testigo de los primero rayos de sol acariciando Pat Sin Leng. Los Nuevos Territorios y su entorno privilegiado donde disfrutar de aire más puro y de la naturaleza cerca.

La toma de contacto

Salir de casa y en menos de 10 minutos ya estamos yendo escalones arriba. A poco más de 200 m de alitud las vistas ya hablan por sí solas.

empezando temprano

Por ahí abajo, las zona residencial de Wah Ming y cerquita de casa. Siguiendo hacia las montañas vamos en dirección a Tai Wo y Tai Po. Parece todo tan pequeñito pero estando cerca a la vez.

En plena montaña

Y cuando estamos ya metidos de lleno en ruta, tan sólo nosotros y la vegetación. Sentimos el calor y presintiendo que luego hará calorcito, pero estando en otoño ya es otra historia; vaya que si se nota la diferencia en cuanto a temperatura y humedad. Brisa por la mañana, menos agobios y también el tener que cargar con menos agua.

Una de mis visitas obligadas, la cima de Pak Tai To Yan (488m). Como quien dice, es llegar tocar, respirar hondo, sacar la foto y volver montaña abajo. Una buena forma de poner el cuerpo a prueba y sentir la energía de un nuevo día. Por aquel entonces, ni rastro de sueño ni cansancio. Puede que luego las piernas se resientan, pero lo bien que se queda uno subiendo hasta aquí arriba.

Una nueva rutina que empecé esta semana para sacarle el mayor provecho a cada día. Está claro que no todos los días pueda subir hasta la cima, pero si saborear un poco de montaña. Mientras otros duermen, no soy el único que vamos empezando temprano. Los días saben a más y sobre todo el desayuno más tarde 🙂

Y eso que se pone a llover

Si no me falla la memoria, este verano es uno de los que más ha llovido con diferencia. Por suerte, en lo que respecta a tifones estamos teniendo pocos. Justamente ayer que salí a correr y eso que se pone a llover en cuestión de minutos. Correr con lluvia es una sensación única y más cuando hay esa humedad en el ambiente. Estaba llegando a la cima de Victoria Peak, con algo de bruma. Después sólo me quedaba realizar el descenso, la parte divertida de la ruta.

Es una pasada el poder salir por los alrededores, empezar a subir y encontrarse en medio de la naturaleza. Algunos trozos de camino empinado pero que merece la pena. Y en el día de ayer, pocas vistas desde el mirador (para otro día).

El olor a la tierra mojada, el verde de las plantas resaltando y el sonido de las gotas de luvia. Una sensación de tranquilidad y además refrescante.

Agua fluyendo

Al principio penseé que sería lluvia suavita, pero se fue intensificando. Se podrán imaginar como a los pocos minutos el agua corría montaña abajo. Pasando por uno de los caminos, el agua rebosaba las piedras y seguía a gran velocidad. El camino invitaba a deslizarse cual tobogán, pero tranquilos que era seguro para pasar.

y eso que se pone a llover

Este camino en concreto se llama «Hospital Path» que conecta Severn Road con Barker Road.

Las canalizaciones estaban a plena capacidad y era inevitable que se desbordasen. Menudo torrente de agua. Y sí, mis tenis estaban totalmente calados de agua pero yo tan a gustito.

Seguiremos con lluvia

Los días de lluvia aún no se acabarán mientras dure el verano. El sol lucirá algún día que otro si se lo permiten claro. Lo dicho, que está siendo un verano bastante atípico pero agua que viene bien para llenar las presas. Se podrán imaginar que luego se pone la humedad por las nubes y se nota el ambiente cargadito.

Para salir a correr me viene la mar de bien, sobre todo en los tramos donde el sol suele ser justiciero. A veces es mejor tirar para la montaña que se está mejor rodeado de verde; y si la bruma lo permite, las vistas son mucho mejores.