Western Market

 

Un lugar emblemático y símbolo de la zona de Sheung Wan. El mercado con más historia de la ciudad cuyos orígenes se remontan a 1844 cuando éste empezase a ser usado. Desde aquel entonces hasta la actualidad, se han sucedido re-estructuraciones, cambios y/o reformas. El edificio en sí consta de dos bloques diferenciados, el lado sur (el que vemos en esta foto) y el lado norte que da hacia la calle Connaught Road Central.

El lado sur que fue terminado en el año 1858, vino a ser demolido en el año 1980 y es donde se encuentra el complejo Sheung Wan. En el interior del mercado, hay varias tiendecitas entre ellas: una sastrería, sitio de postres o restaurante con pista de baile.
 

¿Se imaginan si más edificios de la zona fueran de este estilo? de por si la zona en la que se encuentra, tiene bastante encanto, con cantidad de tienditas de pescado seco, puestos de frutas, restaurantes… se respira una atmósfera muy tradicional y con olores que se mezclan a nuestro paso por las calles.
 

Lugar también en el que el curso del tranvía hace un giro, abandonando Des Voeux Road y continúa hacia Kennedy Town pasando por la cara norte del mercado. Si queremos ir de vuelta hasta Central o ir más lejos como hasta Causeway Bay, podemos coger una de las líneas que tiene como estación final el Western Market.
 

Un edificio que se mantiene en forma a pesar del paso del tiempo y declarado monumento histórico de la ciudad hace algunos años y que ha «sufrido» reformas para seguir en pie como desde el primer día. Parte de la herencia británica de Hong Kong que sigue más vivo que nunca.

 

Cheung Chau

 

Desde que había leído el post de Alberto, me había quedado con ganas de pisar esta isla, una de las cuantas existentes en el territorio de Hong Kong. A tan sólo una media horita desde los muelles de Central, nos plantamos en la isla de Cheung Chau, el lugar perfecto para hacer una escapada durante el fin de semana o un día entre semana si nuestro trabajo nos lo permite o aprovechar algún festivo.

No fuimos los únicos que pensamos lo mismo aquel día. A la hora de coger el ferry, ya se podrán imaginar las colas de gente, pero despacito y buena letra como se suele decir, cupimos en el primer barco que llegó y a echar una cabezadita durante el trayecto, aunque a veces interrumpida por algunos niños correteando por los pasillos del barco pero una travesía agradable.

Tiempo de bajar el ritmo y disfrutar de un ambiente distinto al que nos acostumbra el centro de Hong Kong (la isla y Kowloon). Una de las principales actividades de la gente que vive en la isla, es la pesca. Ante nuestros ojos cantidad de barquitos pesqueros anclados y a la espera de una nueva travesía para capturar pescadito y/o marisco por los alrededores. Ese día que era festivo, aprovechar para reunirse con la familia y descansar.
 

La venta del pescado seco está a la orden del día. A medida que vamos caminando nos encontramos con algunos paneles con las tiras de pescado dejadas al sol para secarse. Ya saben que los «frutos» del mar en estado seco, son muy apreciados para la elaboración de sopas o algunos simplemente a modo de aperitivo.
 

A pesar de estar bastante concurrido el centro donde hay bastantes restaurantes uno tras otro en los que disfrutar de algunos platos de pescado y marisco a precios bastante razonables, además de, arroz frito, verduras.. y acompañados de un buen refrigerio o sino té, que siempre entra bien. Nos ibamos alejando y la gente desaparecía de repente o aparecía de forma más espaciada.
 

Había gente que prefería ir estirando las piernas como nosotros o las chicas que vemos más adelante en esta foto. En cambio, los había que preferían ser llevados, disfrutar de la brisa mientras otros pedaleaban. Eso sí que es vida, no? 😛
 

Una playita que invita a remojarse los pies por la orilla o sentarnos en las rocas poniendo la mirada perdida en el horizonte. A pesar de ser un día algo caluroso, yendo por la sombrita se estaba bastante bien o sino aprovechar los rayos del sol, parecía que el verano aún no quería decirnos adiós.
 

 

Continuar caminando a lo largo de la costa y de repente ver un camino que invita a empezar a subir, habrá que hacer caso al instinto de la curiosidad y subir poco a poco. Una cuesta empinada de cemento con abundante vegetación a cada lado. Inicialmente no se podía ver demasiado, pero conforme ibamos subiendo la cosa iba mejorando bastante..
 

Incluso nos encontramos nuevos amigos por el camino 🙂 A pesar de invitar a que se viniera con nosotros, ella prefirió quedarse bien pegadita a la red. Igual Lorco hubiera querido intimar más con ella para añadirla a su colección. El tamaño bastante considerable de nuestra amiga es digno del mismísimo cómic de Spiderman, pero no estaba por la labor de comprobar si su picadura me diera algunos superpoderes, jaja, y luego treparme por los rascacielos de Central.
 

Una vez llegado al punto más alto del camino, tocaba el descenso. Poco a poco iban apareciendo las casas por el camino, y cualquiera diría que no estamos en cualquier pueblecito de nuestra geografía española, un entorno muy rural y acogedor.
 

Algunas tiendecitas que nos encontramos, como esta panadería, ya estamos de nuevo en el núcleo de Cheung Chau y sólo es cuestión de poco que nos encontremos de nuevo con la gente que llena sus calles. Algunas haciendo compras, otras pensando en qué restaurante entrar a tomar algo o simplemente paseando, mezclándose con el resto.
 

 

Parece que nuestro paseo está llegando a su fin, pero justo a tiempo para la hora de la merienda. Nos meteríamos en el primer restaurante que vimos y a disfrutar del fresquito del ventilador acompañado de un té frío o quizás picar algo de comer? mmmm….
 

El refrigerio después de la caminata, era el punto perfecto para casi terminar el día. Afuera, parece que el sol se dispone a ocultarse, los últimos rayos y las sombras que se empiezan a hacer más presentes. Momento de enfilar hacia los muelles para coger nuestro ferry de vuelta.
 

Pero como se suele decir, la noche es joven. Un día festivo y siendo viernes, aún quedaba por ver los fuegos. Eso sí, después de estos podíamos dar el día por terminado y recogernos.

Un nuevo rincón de la ciudad menos por explorar, aunque seguro que repito la visita. No obstante, en esta ocasión no llegamos a visitar las cuevas del pirata y eso sí que no me lo dejo para la próxima.

 

Por descubrir

 

¿Qué nos puede evocar una foto como la que vemos en el siguiente ticket?
 

De entre las promociones que hay a lo largo de todo el año en el MTR, ésta que empezó hace poco me había llamado especialmente la atención por las tickets especial que uno podía conseguir. Dos a elegir y entre ellos este de un sitio llamado Wu Kai Sha. Anda que no es pequeña la ciudad como suele decir la gente y ya sabrás de qué lugar se trata, ni mucho menos… y más aún viendo la foto tan idílica, hacía que me transportase a otro sitio que no fuese Hong Kong, ¿no les parece?

Un muelle de madera, con algunas tablas rotas por el paso del tiempo. El agua en calma y el cielo cogiendo tonos rosados, indicando que el final del día está cerca. Cerrar los ojos y sentir la tranquilidad del entorno, sólo el ruido del agua. Nada mejor para evadirse.

¿El lugar en cuestión? pues resulta que es el final de una de las líneas de metro, en concreto, la línea de Ma On Shan. Que si he estado allí? pues de momento no, pero creo que no tardaré mucho en visitar la zona, ya que, ha despertado en mi mucha curiosidad.

Y más rincones que quedan por descubrir en la ciudad. Bastantes a los que llega el MTR y por los que he pasado, y otros como éste, que aún tengo pendiente pasar. Si es que al final los fines de semana el tiempo vuela o será que me tengo que organizar mejor 🙂

 

Los muelles

 

Uno de los sitios emblemáticos en la isla de Hong Kong y en el distrito de Central, son los muelles. Desde ellos nos permite conectar con distintos puntos de la geografía de la ciudad. A lo lejos podremos reconocer el edificio principal, el cual alberga algunas tiendecitas varias en las que comprar algunos refrigerios o sentarse a tomar un café. Desde allí podremos coger el Star Ferry hacia TST o bien hasta Hung Hom entre otros, además de otras muchas rutas que comentaba en el post de ayer.

Podemos llegar hasta los muelles caminando fácilmente por algunas de las pasarelas cercanas al centro comercial IFC o también mediante taxi o guagua, están bien comunidados y de fácil acceso. Siempre podremos ver bastante movimiento de gente, no sólo turistas sino los propios ciudadanos que hacen uso de los ferrys en su día a día. Gente que vive en Lamma o en Discovery Bay, es el medio de transporte más habitual hasta la zona de la isla. Lo malo cuando haya amenaza de tifón, entonces si que…
 

 

Aunque ya lo he comentado en otras ocasiones, siempre que tengo oportunidad aprovecho para dar un paseito en barco. Y es que, a pesar de que el transporte subterráneo (MTR) funciona de lujo, nada mejor que disfrutar de la brisa marina tanto de día o mejor aún de noche, y sin prisa.

He intentado hacer un poco de memoria histórica sobre los muelles y he dado con este artículo sobre las obras que se tenían pensado llevar a cabo y el valor de esta zona de los muelles que en el pasado era lugar de importantes recibimientos a celebridades o miembros de la realeza británica.

A subirse al barco y dejarse llevar, no hay nada mejor para «desconectar» del bullicio.