Semana de lluvias

Rompiendo el silencio blogueril con uno de los temas que suele hacer acto de presencia en relación a la climatología. Para los que sepan un poco qué ocurre cuando llega el verano (época de tifones), toca prepararse para sacar el paraguas. Lo normal es que a finales de junio se «inaugure» la temporada, pero este año justo hace una semana hemos tenido ya el primer tifón. Esta imagen de cielo era justo de un par de días antes de la llegada del tifón y luego se han venido los días grises y hemos tenido una semana de lluvias completita.

Iluso de mi intenté ir a mirar algo en una tienda por Mongkok y obviamente cuando la señal está a nivel 8 todo el mundo sale escapado para casa. Sólo estaban abiertos los restaurantes pero todo lo demás cerrado a cal y canto, aunque si que algún otro negocio aún resistía con la esperanza de poder captar algún cliente rezagado.

Al día siguiente que todo volvía a la calma, algunas ramas que habían caído por el azote del viento pero la verdad que fue un número 8 bastante ligerito.

Los siguientes días la lluvia ha estado apareciendo de forma intermitente aunque cuando más se hizo notar este pasado sábado que duró prácticamente todo el día. Nos tocó coger un taxi que nos vino de perlas porque nos había pillado sin paraguas que salimos algo despistados de casa.

semana de lluvias

A partir de ahora el paraguas que no se nos olvide porque sino la hemos liado. Un básico más dentro del día a día en nuestra maleta.

Como en casa

Como les adelantaba en el último post pasaríamos nuestra primera noche en un hotel que nos hizo sentir como en casa, a la vieja usanza como cuando uno visita la casa de los abuelos y siente como si el tiempo no hubiese pasado. Situado a menos de diez minutos del núcleo urbano de la localidad de Blevio y con unas vistas estupendas al lago Como desde el balcón de nuestra habitación.

Aquí nada de ascensores, escalerita y hasta el segundo piso. Piedra de la buena y pasador en madera, además la temperatura era bastante fresquita en comparación con el calor que hacía en la calle en ese momento. La única pega sería que la habitación sólo contaba con ventilador, pero la verdad que dormimos bastante bien y dejando una rendija del balcón abierta. De noche, menos ruidos que de día y es que la carretera provincial pasaba justo por la puerta principal del hostal.

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En la habitación al otro lado del pasillo de donde se encontraba el comedor, muy bien aprovechado el espacio para una tiendita en la que poder encontrar desde toallas o paños o utensilios de cocina o bien elementos decorativos para nuestra casa.

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Al día siguiente tras un buen descanso, momento de recargar las pilas con el desayuno para luego salir en dirección a Menaggio. Siguiendo por la carretera que iba bordeando el lago a medida que cogíamos altura y cruzando la masa verde del bosque.

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No pude evitar el pararme un rato delante de este marco que contenía el certificado original de cuando el abuelo de la dueña actual registraba el establecimiento dando así comienzo su actividad como alojamiento. Mucho ha llovido desde el año 1920, de ahí el nombre Albergo Milano 1920.

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Algunos de los elementos presentes en el comedor que le dan ese aire clásico y tan especial a este hotel. Sobre todo esta máquina de escribir o una báscula.

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En la barra del bar tampoco faltaban detalles y uno se podía imaginar cómo serían esas tardes de verano de hace muchos años en los que la gente de pie disfrutaba del ritual del café o quizás un aperitivo.

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Las recomendaciones que habíamos leido sobre este sitio fueron más que acertadas y no podíamos haber estado más contentos a pesar de una estancia un tanto breve. El trato de María fue súper bueno y nos hizo sentir como en casa con su hospitalidad. No duden en alojarse si tienen ocasión si es que un día pasan por la zona.

El viaje no había hecho más que comenzar, aún teníamos unos días más para seguir disfrutando del lago Como y sus parajes. ¡Vamos allá!

Escapada veraniega

Para que este viernes no sea tan solitario, a modo de aperitivo aquí va una pequeña introducción de lo que ha dio de sí la escapada veraniega de las últimas dos semanas que nos llevó hasta Italia.

El punto de comienzo era Milán, después de haber hecho escala en Doha, y seguidamente dirigirnos en dirección norte hacia los alrededores del lago Como para pasar nuestra primera noche en un hostal rústico con muy buenas vistas desde nuestro balcón.

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Entre que llegamos al aeropuerto, luego nos tocó esperar un rato hasta recoger el coche y casi una horita de camino hasta el pueblo, se nos habían hecho como las 5 y pico de la tarde pero con eso que los días en verano hay más horas de sol aún tuvimos tiempo para disfrutar cómo se iba poniendo el sol.

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Como no teníamos ganas de andar cogiendo el coche para buscar un sitio para cenar, habíamos dado con un restaurante cercano al que podíamos llegar dando un paseito. La dueña del hostal tuvo el detalle de dar una llamada y nos habían reservado una mesa por si las moscas; no pudo estar más acertada porque justo esa noche al ser 4 de julio el restaurante organizaba un buffet para luego poder ver los fuegos artificiales que empezaban a eso de las 11 de la noche al otro lado del lago desde el hotel Villa d’Este.

Entre un vino y otro, acompañado de algunos entrantes y luego pasta. Más tarde vendría la música en directo para ir animando el ambiente; empezaba a soplar un poco de brisa y las últimas luces del día iban dejando paso a la noche.

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Tras un comienzo de viaje ajetreado con la escala y luego el viaje por carretera, aunque no demasiado largo, una noche tranquilita para reponer fuerzas y al día siguiente seguir con nuestro itinerario perfilando el lago más hacia el norte. El viaje recién empezaba y teníamos por delante 10 días yendo de norte a sur. Dentro de poquito, más crónica del viaje 🙂

¡Buen fin de semana a todos!

Volvió septiembre

Los meses de verano se han pasado volando ¿no creen? Cuando uno se viene a dar cuenta ya volvió septiembre. Este mes significa muchas cosas: la vuelta al colegio, fin de las vacaciones (para la mayoría), las temperaturas empiezan a suavizar… entre otros. En este último aspecto a la hora de practicar deportes al aire libre se agradece bastante

No nos hemos librado de algunos días con lluvia, pero todo hay que decirlo los tifones si que se han portado y tan sólo algunos días con las típicas tormentas de verano.

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Días de entrenamiento por delante de cara a la carrera de Oxfam para finales de Noviembre, conociendo nuevas secciones como esta que pasa cerca de la presa de Shing Mun en la zona de Tai Wai-Shatin.

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Y pasando por otros puntos ya más familiares como el ascenso hacia Tai Mo Shan, luciendo en todo su esplendor en un día de cielos despejados. A esta altura, gran parte de la carrera la habremos dejado atrás pero eso no significa que vaya a ser fácil.

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¿Quién tiene ganas de un chapuzón? y es que apetece mucho cuando el calor aprieta y más cuando uno vez este «charquito» tan refrescante. Justo pasando por Tai Lam y en la recta final en dirección hacia el campamento de Tai Tong donde se encuentra la meta. ¿Se nota que hay ganas de que llegue el día no?

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Como quien dice, recién llegué de vuelta de un viaje bastante relámpago para asistir a la boda de un buen amigo en Madrid. Un fin de semana bastanta aprovechadito en el que pude quedar con caras conocidas y también tener encuentros con esa gente que «conoces» de años pero sólo por las redes sociales, y eso lo hace aún más especial si cabe y encima gente de mi tierra, puntos extra.

¿Y qué me cuentan ustedes sobre su verano en particular? Seguro que habrán tenido de todo, y algunos igual ya están con la mente puesta en la estación más fresquita que se nos viene con la llegada del otoño 😀