Ya tocaba

 

A estas alturas de verano, ya se estaba haciendo algo raro que no nos embarcásemos en una de las actividades más populares: el junk trip. Si no recuerdo mal, el año pasado tuve como tres de ellos pero en cambio este año hasta este domingo pasado, no había hecho ninguno. Por suerte, una amiga organizaba una para celebrar el cumpleaños de su novio junto con más amigos, nos juntaríamos unos 30 más o menos.

Empezar la mañana de domingo tempranito, ya que, la hora para reunirnos había sido fijada a las 9.30 de la mañana en Sai Kung y saliendo desde Tung Chung que es donde yo vivo, es un trechito entre tren y luego un minibus que te lleva desde Yau Ma Tei. Durante el trayecto de tren sin problema pero a la hora del minibus, me tocó esperar más de lo que pensaba y llegué algo justo de tiempo, pero por suerte, la hora de quedar siempre se adelanta un poco para evitar que la gente no se quede atrás y mientras tanto se compraban las cosas de última hora y esperábamos a que el barco se aproximase al muelle para subir las cosas y embarcarnos.

La previsión del tiempo era buena, aunque inicialmente había algunas nubes que luego darían lugar a un cielo azul estupendo.
 

Por delante 1 horita y algo de trayecto hasta las cercanías de la playa donde fondearíamos, mientras tanto la gente empieza a abrir las primeras cervezas y no son ni las 11 de la mañana. El calor empieza a apretar y estoy deseando que lleguemos a la playita para darme un chapuzón, mientras tanto disfrutar del paseo, la brisa del mar y charlar con algunos amigos.
 

El sol había empezado a brillar con intensidad, el momento para sacar fotos era perfecto.
 

Una vez llegados a nuestro destino, momento de tirarse al agua. Chapuzón que te pego, aunque el agua no estaba todo lo fresquita que me hubiera gustado pero si te sumergías más al fondo podías notarlo mejor. Algunos nos decidimos ir hasta la playa, que aparentemente está cerca pero son al menos unos diez minutos. Una vez allí nos tiramos a disfrutar de los rayos de sol y jugar un poco con las olas en la orilla.
 

En un día caluroso, la fruta fresquita vino de maravilla y especialmente la sandía tan dulcita que vemos en primer plano. Por supuesto que no faltó comida, un buffet variadito de alitas de pollo, arroz, pasta, char siu, siu mai y varios más; perfecto para recargar las pilas después de pasar un buen rato a remojo.
 

Además para la ocasión, se juntaron un total de tres cumpleañeros. Tarta de chocolate y otra de mango, vaya pinta que tenían. Pero antes que nada tocaba cantar el feliz cumpleaaños y soplar las velas…
 

 

Y ya se sabe lo que pasa cuando uno sale a pasar todo el día fuera, que si el trayecto en barco, la playa, la bebida, la comida… al final del día uno termina por agotar los niveles de energía. En el viaje de vuelta hasta el muelle, es un buen momento para echarse una cabezadita con el vaivén del barco. Un día completito.
 

El color del cielo con distintas tonalidades y la luz que empieza a escasear, el sol ha dicho basta por hoy y poco a poco se va retirando a dormir dando por finiquitado su trabajo. El ambiente entre la gente se vuelve más relajado aún si cabe, la música que antes animaba el barco ahora apenas se escucha, hay ganas de volver a casa. Y seguro que muchos pensando, ojalá al día siguiente no fuese lunes..
 

Ha sido un día muy divertido y conociendo gente nueva, además de, hacer algo de deporte en el agua. Lo malo ahora será el volver a casa, menudos atascos se forman a estas horas. Todos estamos igual, pero habrá que tomarlo con paciencia.
 

Hasta un próximo junk trip…

 

Día de playa

 

Vamos a hacer las comprobaciones previas:

¿Cholas? -> OK
 

¿Flotador? -> OK
 

Y claro, no puede faltar el bañador y la toalla para tener el equipo al completo. De resto, siempre podemos apañarnos de camino a la playa que seguro nos encontramos con algún puestito y comprar cosas de última hora (pelota de playa, frisbee, palas…)
 

O sino, alquilar una sombrilla. Que luego empieza a pegar el sol de lo bueno y a veces con la cremita no es suficiente y hay que ser precavidos, ¿no les parece? Y ya puestos igual alguna sillita para echarnos una siesta de las buenas. Seguro que se lo están imaginando y qué bien pinta 🙂
 

El lugar elegido para pasar el día: la playa de Big Wave Bay situada en la zona sur-este de la isla de Hong Kong, según se aprecia en el mapa que muestro a continuación. ¿Forma de llegar? Pillamos la línea azul (Island Line) del MTR hasta la parada de Shau Kei Wan y dirigirnos hacia la salida de la parada de guaguas. Pillamos un minibus que hace paradas en la playa de Shek O y luego en la de Big Wave, se tarda alrededor de unos 20 minutos si no recuerdo mal.


Ver mapa más grande

Llegamos a la playa y toca buscar nuestro sitio para instalarnos, quizás un poco más arriba cerca de la sombrita de los árboles o bien algo más abajo tirando hacia la orilla. Para ser domingo había gente en la playa, pero sin llegar a estar apelotonados, con lo que se agradece.
 

No veas como estaba de animada la playa: gente charlando, jugando, paseando o simplemente sin hacer nada con la vista puesta en el horizonte (como yo) y disfrutar del día playero, ¿qué más se puede pedir?
 

 

 

De vez en cuando darme algún bañito, vuelta a la toalla y así unas cuantas veces, pero tenía la curiosidad de ver cómo serían las vistas un poco más arriba siguiendo un camino cercano a la playa. Dicho y hecho, cámara en mano y con nueva dosis de cremita, porque no veas como pegaba el sol en esos momentos, y allá vamos. Empezamos a recorrer el camino y nos vamos alejando de la playa dejando a nuestras espaldas una de las torres de los socorristas, las sombrillas se van haciendo más pequeñas y seguimos el ascenso…
 

¿Querías escalones? toma unos cuantos y a seguir tirando pa´rriba que aún queda una buena pechada, sin prisa pero sin pausa. Desde luego un buen ejercicio y disfrutando del paisaje a nuestro alrededor, subiendo más y más arriba.
 

Desde luego que está mereciendo mucho la pena la caminata, aunque la verdad no iba con el calzado adecuado (leáse cholas), pero eso no me quita el seguir subiendo y divisar vistas como estas. La playa se iba alejando a cada paso y mientras tanto me veía rodeado de verde y las montañas se acercaban. Y en mi mente sólo queda seguir subiendo para ver qué se «esconde» al final del camino que parece no tener fin…
 

 

La gente apenas se puede ver ya, puntos diminutos nadando en el agua y el colorido de las sombrillas.
 

 

Después de media hora ya llevaba una sudada considerable y me planteaba cuánto más camino tenía por delante, y con alguna indicación en el camino, pero sin saber la distancia que era una incógnita. Había ganas de echarse algo del líquido elemento pero eso implicaba tener que volver al campamento base en la playa y dejar el camino a medias.
 

Es hora de iniciar el camino de retorno. Una caminata que ha servido a modo de aperitivo, y es que seguro que cuando vuelva la próxima vez por esta playa y mejor preparado, habrá que repetir esta ruta hasta el final. Las vistas y el entorno por sí solos, merecen mucho la pena. Uno de los «secretos» que esconde la ciudad de Hong Kong y que hay que descubrir a través de sus múltiples senderos.
 

Yogurcito

 

Algo que uno agradece con los calores del verano, es tomarse algo fresquito en cualquier momento. Bien después de un almuerzo o una cena, o por el simple hecho de picar algo mientras damos un paseo por la ciudad. Y algo tan simple como puede ser yogur helado (frozen yogurt). Desde el año pasado he ido observando como han ido proliferando este tipo de negocios y algunos de ellos han abierto tiendas en distintas partes de la ciudad, buena indicativo de que la cosa marcha y otros se animan para hacer una sana competencia.

El primero que probé fue BerryGood, situado a pocos pasos del conocido escalator y la zona del Soho. Quizás un poco escondido para alguien no habitual en la ciudad, pero que merece la pena darse un salto para probar su yogur natural, aunque a lo largo de la semana van introduciendo distintos sabores para hacerlo más atractivo al consumidor.

Como podemos ver en el siguiente cartel, tenemos para elegir entre 2 tamaños (30 HKD + 1 complemento / 40 HKD + 3 complementos) Entre los complementos a nuestro gusto, podemos elegir: nueces, trocitos de chocolate, pasas,fresas, arándanos, galleta Oreo…) bastante variedad donde elegir.
 

El tamaño estándar más que suficiente para una persona o también compartiendo con alguien más. Con un grupo de más gente podemos animarnos a pedir el tamaño grande, yogur para un rato 🙂 Y este es el resultado de nuestra elección: yogur+arándanos+nueces. Cremoso y con el toque de frío adecuado.
 

Si se animan a probarlo y están de paso por la ciudad, más abajo dejo los datos de donde poder encontrar la tienda en cuestión. No obstante, por el SoHo podemos encontrarnos con otra tienda más YogurTime, en la cual probé una vez pero creo que me quedo con el del otro sitio, sin favoritismos, jeje 😛

BerryGood ->41-43 Graham Street, Central
YogurTime ->46 Elgin st, Central

 

Algo fresquito

 

¡Qué sería de nosotros sin la comida! verdad? y ayer que «empezaba» la semana con una reflexión sobre lo que suele o puede ser el verano, uno no puede olvidarse de lo importante que es el alimentarse bien y acompañar de bebida. Apetecen cosas fresquitas y ligeras, nada de cosas pesadas que luego queremos irnos a darnos un chapuzón al poco de haber comido y uno no quiere disgustos.

En mi mente, la imagen de una playa como la de la foto. Arena blanquita, finita que casi parece como detergente en polvo, muy suave. De fondo, sólo color azul de varias tonalidades y salpicado el cielo con el blanco de algunas nubes. A que dan ganas de ir corriendo de cabeza al agua.. Por cierto, ¿quién me sabría decir donde está situada esta playa? seguro que es fácil de adivinar 🙂
 

Por los alrededores podemos disfrutar de buena comida y a precios inmejorables. Digamos que pedir una ensaladita variada para empezar (tomate, lechuga, zanahoria, cebolla…) y para continuar unos pinchitos de satay de pollo. Suena bien, a que si? Quien pudiera disfrutar de un almuerzo así en horas de oficinas mientras uno remoja los pies a la orilla de la playa, sería genial.
 

¿Cuál elegirían? aunque lo que no queda claro es su disponibilidad, hasta parecía un poco desierto el puestito.
 

Yo para llevar un poco la contraria al cartel, me quedo con el de sandía, es un triunfo tanto en jugo como en batido.
 

Como echo de menos esos batidos de frutas del bosque made in Doña Papaya aunque mientras tanto la variedad de jugos y postres locales tampoco está tan mal, sino que le pueden preguntar a el Capitán Urías que dio buena fe probando uno de ellos. Lo dicho, mucha frutita y cosas frescas para el verano bien sea en Hong Kong, Tenerife o allá donde nos encontremos de vacaciones.