Y parecía que la semana se me iba a pasar despacio pero cuando me vine a dar cuenta, ya estaba a viernes y dispuesto para coger mi tren de vuelta desde la estación de Shin-Osaka y rumbo a Tokyo. El viaje estaba siendo una pasada, conociendo sitios, gente… super contento aunque a la vez un poco triste sabiendo que al día siguiente salía mi vuelo de vuelta a Hong Kong.
El finde anterior nada más llegar a Tokyo, tuve ocasión de recorrerme las zonas más importantes de la ciudad. Esta vez mi compañero de andanzas fue Beñat, compañero ICEX de la oficina de Tokyo. Punto de encuentro=Shibuya. Pero pan comido, al lado de la estatua del perro -> «La plaza que hay en frente de la estación se conoce como Plaza Hachikō (ハチ公), en honor a un perro fiel que esperó en la plaza a su amo durante años tras la muerte de éste y que es conmemorado con una estatua en la plaza», (como si fuera el Oso y el Madroño, jeje) y sin pérdida.
Nos dirigimos a la zona de Roppongi donde se encuentra el complejo de Roppongi Hills. Especialmente de noche una zona interesante para conocer parte de la marcha de la ciudad, aunque no tuve ocasión. Un segundo viaje a Japón?ummmm… nunca se sabe, pero no me importaría repetir, sin duda. Vistas de la Torre Mori, uno de los elementos principales del complejo, con sus 54 pisos de altura (238 metros). En su interior, alberga incluso un estudio de televisión, además de, centro comercial, oficinas y apartamentos de lujo.
Anduvimos por los alrededores de la torre de Tokyo, que guarda cierta semejanza con la Torre Eiffel de París, aunque en altura gana apenas por unos metros. Y en plena campaña de promoción para que la ciudad sea candidata a las JJ.OO de 2016.
Y haciendo caso del GPS del móvil de Beñat, nos hizo pasar por un curioso pasadizo, no se de quien sería la idea cuando lo construyeron, pero nos obligó a ir en gran parte del trayecto con la cabeza agachada, los que iban en mi bici se salvaban, hasta pasaban coches y todo. Pero lo importante el GPS no se equivocó y nos hizo ver la luz…
Siendo mi última noche el Tokyo, recomendación de Beñat: ir a ver la bahía de Tokyo desde la isla de Odaiba. Dicho y hecho, nos cogimos un metro en la estación más cercana para luego coger un tren que te lleva en una especie de recorrido circular pasando por el Rainbow bridge (luego sabrán a qué me refiero en una foto) hasta finalmente dejarnos en la estación de Odaiba.
Las vistas realmente espectaculares…el puente no les recuerda a alguno que haya visto antes? Golden Gate quizás, aunque los pilares no sean tan impresionantes. Lo más curioso, que cerca de la playa donde estábamos, hay una réplica de menor tamaño de la Estatua de la Libertad. Que copiones estos japos: Torre Eiffel, Estatua, Puente..mmm
Y qué mejor despedida con la bahía de Tokyo de fondo que una foto de grupo. A parte de Beñat, también se nos unió al poco su novia que estaba con su amigo Mikel (también de visita por Tokyo). Ahí queda eso 😀
Gracias por mostrarme más de la increíble ciudad de Tokyo. Un placer Beñat-san. Arigato gozaimasu!!