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8-10: Finde en Sydney. El día 10 tempranito poner rumbo tempranito a Cairns.
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10-13: Estancia en Cairns -> excursión al rainforest y la Gran Barrera de Coral.
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13-16: Vuelta en Sydney -> Descubrir nuevos rincones y repasar de nuevo las calles de la ciudad.
Para ir abriendo boca, como no podía ser de otra forma, el edificio del Opera House.
Y el Harbour Bridge. Ambos elementos, sin duda un referente en la ciudad de Sydney.
El primer día por Sydney había dado para mucho, recorriéndome la zona llamada «Circular Quay», situada al norte de la estación central de trenes, tan sólo 30 minutos a pie. Pasando previamente por «Darling Harbour» y «The Rocks». Con calma las iré detallando en posteriores posts, no quiero empacharles de una vez, jeje.
Realmente, el centro-centro de la ciudad tiene todo muy a mano y se pueden ir visitando las zonas más interesantes con un agradable paseo.
Tiendas, edificios antiguos, centros comerciales, restaurantes, terrazas al aire libre… Se nota que el ritmo de la ciudad es uno totalmente distinto al que uno se encuentra por Hong Kong. Todo más pausado y especialmente más aún en un fin de semana, que se nota.
Poder disfrutar de la brisa del mar, las vistas y nuevamente, caída la noche, la magia que desprende el Opera House. No me cansaría de contemplarlo desde cualquier ángulo.
El día había sido largo pero muy bien aprovechado, y eso que mi aventura australiana estaba apenas comenzando. ¿Qué me depararían los siguientes días?… Lo irán descubriendo.