Visita cultural

Continuando con el viaje de Semana Santa… En el mismo día que volvimos de hacer el buceo, aún nos dio tiempo para seguir viendo algunas cosas en la ciudad. Mapa en mano, apuntamos el museo como una opción para ir a visitar.

El calor ese día era bastante notable y el caminar se estaba haciendo algo pesado, pero justo cuando uno más necesita un taxi, pues no había por ningún lado o estaban llenos. Así que, casi sin darnos cuenta y después de un rato callejeando llegamos hasta la zona donde estaba el museo, no sin antes pasar por una de las mezquitas de la ciudad. Como comentaba Juan, de aspecto un poco moderno, pero tiene parte de encanto.


Justo al otro lado, encontramos unas escaleras de acceso al museo. Me dio la impresión de que fuese a estar cerrado o algo, porque vimos algunos obreros trabajando en la fachada de uno de los edificios y no se veía mucho movimiento de gente. Lo bueno, entramos sin pagar entrada y eso que ponía en un cartel que eran 15 MYR (ringgit) para extranjeros, pero allí nadie nos paró, como mucho nos advertían de no sacar fotos en el interior.

Una de las partes era la zona de arte, donde había una exposición de pinturas de la «Colección Petronas», alguno de ellos interesantes, muy realistas. Después pasamos a ver la zona de ciencia donde básicamente hablaban de la historia de los trenes y de cuando los habían llevado los ingleses y su evolución a lo largo del tiempo, y luego otro zona, con equipos de audio y video, cintas… hasta un pequeño plató de televisión.

Tuve la oportunidad de retratar a un intrépido cámara, posaba muy concentrado grabando con detalle todo lo que ocurría en el plató (fijaros el modelito de la cámara, última generación). Y el mismo, como observa horrorizado las cintas: «¿serán estas las del backup fase VII?, no puede ser, me las imaginaba más pequeñas y manejables».


La verdad que flipamos un poco viendo los modelitos que se gastaban en el museo, una parte de la visita un tanto curiosa, un pequeño viaje en el tiempo. Y de vuelta a la realidad, el siguiente paso fue irnos a una réplica de un poblado tradicional, de nombre: «The Sabah Museum Traditional Houses». Una muestra de los casas tradicionales que había tiempo atrás, todas ellas hechas con cañas de madera y paja, pero parecían muy robustas y algunas con varias habitaciones. Todo enmarcado dentro de un jardín botánico con especies de plantas de diverso tipo, entre ellas algunas de caracter medicinal.

Se respiraba una paz entre las casitas, de vez en cuando nos cruzamos algún grupo de turistas como nosotros que se dejaban caer por la zona, pero para nada masificado, paseando con calma y curioseando entre los distintos tipos de casas. Todas pertenecientes a un grupo étnico de Borneo, llamados los Rungus.

Ahí parece que uno esta en medio de la jungla esperando a que alguien aparezca a rescatarnos. La verdad que no se me daba bien poner cara como de asustado o con ganas de: sáquenme de aquí!! menos mal que no es la foto que salgo partido de la risa cuando Juan me dijo de hacer la foto.
También había cerca de las casas este puentito que atravesaba una de las charcas del poblado. ¿Da miedo?… pues es más seguro de lo que parece. Nada que ver con el típico puente de Indiana Jones, todo frágil que parece que se va a partir una tabla cuando vas por la mitad. Éste estaba bien asegurado, aunque tampoco quise ponerme a saltar digamos, jeje.

Tanto Juan como yo lo cruzamos y damos fe de que se podía caminar bien sobre él 🙂

Después de recorrernos los rincones del poblado y dar buena cuenta de nuestras cámaras con unas cuantas fotos para el correspondiente álbum, casi para terminar la visita, vimos que había un Museo de Historia Islámica, y por qué no pasarnos a ver que nos encontrabamos?

De camino al museo por uno de los caminitos, nos encontramos esta figuras algo siniestras, parecían sacadas de una película de Tim Burton lo menos. ¿Por qué estaban ahí? pues no vimos a nadie para preguntárselo. Dan ideas por aquí…

Un poco más y no damos con el museo, estaba por fuera del recinto del resto del museo. Total, dentro… la historia de como se extendió el islamismo y llegó a Asia por distintos puntos, así como, una buena cantidade de libros del corán, espaditas y utensilios varios de la época.

En general estuvo bien el día, vimos algo diferente y nos enteramos un poco más sobre algo de la cultura de la ciudad, que nunca está de más. Vuelta a casa a descansar y al día siguiente ya tocaba coger el avión de vuelta rumbo a Macao, y aunque salía sobre las 5, por la mañanita un paseo de última hora y algun que otro souvenir de rigor y rumbo al aeropuerto.

Kota Kinabalu, sitio recomendable, me llevo un buen recuerdo de mi estancia en estos días. Añadiendo, la ciudad en sí se ve en 1-2 días, de resto, lo suyo es hacer excursiones de uno o varios días por los alrededores como:
  • Rafting
  • Trekking
  • Buceo / Snorkelling
  • Visita a algún parque…

Es un sitio que está bien como punto de encuentro y aprovechar para dormir y luego moverse por la zona. Nos quedamos un poco con las ganas de subir al monte Kinabalu, pero el albergue estaba a tope y ya no daba tiempo, quizás para una próxima ocasión en una escapadita de finde 🙂

Buceo en Kota

Antes de contar la excursión que tuvimos el lunes, comentar que el domingo fue un día más bien tranquilito, ¿a quién le apetece madrugar un domingo? jeje. Pues con calma, después de darnos una duchita y demás, nos acercamos a alguna de las agencias de la zona para mirar lo de la excursión de buceo.

Ibamos con la idea del buceo, pero también si surgía algún plan para hacer rafting o algo de trekking, pues también la idea era bienvenida. Finalmente, optamos por hacer una excursión de submarinismo y snorkelling. Con el día siguiente ya planificado, era hora de comer algo que ya el estómago se quejaba un poquito. Terminamos yendo a un restaurante cerca de Jesselton Point, que es el lugar donde salen todos los barquitos a las distintas islas para hacer las excursiones.

Una vista del puerto desde la terraza del restaurante en el que almorzamos. Y pues como no, una de comida también. Ésta vez nos intercambiamos los papeles Juan y yo, él optó por los fideos fritos y yo por el arroz. Igualmente los platos tenían una pinta increíble, acompañados de dos jugos (sandía y mango) bien fresquitos, a pesar de que el tiempo estuviese lluvioso.
El resto del día transcurrió sin mucho ajetreo, como suelen ser los domingos. Nos dimos un paseo de vuelta hacia el otro extremo de la ciudad y nos metimos por algún que otro mercadillo, y luego quedamos con unas chicas que conocimos la noche anterior para tomar algo con ellas y charlar un poco. Total que se nos fue haciendo de noche y pudimos disfrutar nuevamente de un precioso atardecer.

Una de las fotos donde capté a este hombre en su barca a lo lejos. Reconozco que se me fue el dedo en el disparador y saque más fotos de las debidas, pero la ocasión lo merecía. Aunque en Hong Kong también tengamos mar, pues bueno, el cielo no adquiere esos colores como los de Kota, es lo que tiene la polución.

Después de haber estado un par de horitas disfrutando de las vistas y tomando algo, pensamos que era hora de ir a cenar algo, y nos dirigimos a uno de los locales en un centro comercial cercano. Tocaba acostarse tempranito que al día siguiente tocaba madrugar para irnos de excursión.

Buceo & Snorkelling

Pues bien tempranito nos pasaban a buscar para irnos de excursión, a eso de las 7.30 de la mañana pasaron a recogernos cerca del hostal, para más señas, justo en la entrada del hotel Le Meridien que quedaba al lado del hostal. Así, imposible no encontrarnos.

La guagua nos dejó en Jesselton y nos recibió allí quien iba a ser nuestro guía durante el viaje. Antes de embarcarnos firmamos las correspondientes autorizaciones para realizar el buceo y snorkel, y el pago de las tasas para el barco y la entrada en la zona de la isla en la que ibamos a estar buceando.

Los dos intrépidos marineros a bordo a la espera de llegar a las agua apropiadas para realizar sus correspondientes inmersiones. Que caras más serias teníamos, jeje. Sería que estábamos concentrados 🙂

Una vez llegado al sitio en cuestión y habernos provisto del equipamiento adecuado, cada cual a lo suyo: Juan de snorkelling y yo con mi equipo de buceo. Previamente me dieron las indicaciones básicas para cuando estuviera debajo del agua, acerca de la respiración, el chaleco, el regulador… Al principio la verdad que parecen muchas cosas juntas, pero luego, tomándolo con calma uno es capaz de hacerlo todo, increible!

Reconozco que al principio estaba algo nervioso, una experiencia nueva y demás, pero luego creo que me desenvolví bien dentro de lo que cabe para ser mis primeras inmersiones. Y realmente es algo que merece la pena hacer, ir contemplando el fondo marino, nadar entre pececitos, el coral… Se me hizo corto el tiempo que pasé bajo el agua, casi 40 minutos en cada una las dos últimas inmersiones de un total de 3, siendo la primera la de toma de contacto.

Y como no, antes de quitarnos aletas, gafas… tocaba una foto de rigor. Yo inmortalizado con la típica señal de «OK», para indicar bajo el agua que todo va bien y no tienes problemas con nada. Asi que, Ok laaaa, jeje. Prueba superada.

Ni que decir que las aguas de los alrededores eran de una transparencia increible. Las fotos hablan por sí solas. A través de la superficie se podía ver el coral que había en el fondo, realmente espectacular y más luego cuando baje y lo vi de cerca a pocos centímetro de mí.

De viaje por KK

Pues estos días de Semana Santa me he ido a un sitio de Malasia que se llama Kota Kinabalu, situado en la isla de Borneo. Fuimos finalmente una compañera de la ofi junto con una amiga de ella, una chica española que trabaja en Hong Kong, Juan de KL y yo. Inicialmente habíamos reservado para quedarnos en un hotel en la costa, más concretamente un resort llamado Beringgis. Llegamos allí el viernes por la noche después de salir de Macao y pasamos una noche.

El sitio estaba bastante bien con su piscinita, una playita propia. Las casas en estilo bungalow y las habitaciones completitas con su baño, una cama grande… pero bueno, al día siguiente hubo cambio de planes y nos movimos al pleno centro de la ciudad de Kota Kinabalu, y ya in situ miramos otro sitio para quedarnos, que el resort donde estabamos pues quedaba algo alejado.

Finalmente, encontramos un hostal para backpackers. Estaba limpito, bien atendido y por sólo 6€ la noche por persona, qué más se puede pedir y encima en pleno centro detrás del hotel Le Meridien. Después de empezar un día movidito (sábado por la mañana), era hora de comer algo y que mejor que probar alguno de los platos típicos malayos: Nasi Gorem -> fideos fritos con pollo y algo picantitos. El amigo Juan optó por la versión del arroz frito con pollo, que ahora no recuerdo el nombre. Ambos platos acompañados de sus respectivas sopitas, y de precio… tirados. Nos pusimos las botas por menos de 3€ con las bebidas incluidas, y super rico.

Después de haber cargado las pilas con el almuerzo-merienda y descansado algo, nos dispusimos a dar una vuelta por las calles de la ciudad. Lo que es en sí la ciudad, no es muy grande y se puede ver con calma en no demasiado tiempo. Nosotros nos paseamos por cerca del waterfront (zona al lado del muelle) donde hay cantidad de bares y restaurantes para tomar algo contemplando las vistas. Estuvimos curioseando por el mercadillo que había en la zona, donde había todo tipo de frutas, verduras, pescado… tenía gran actividad cuando llegamos, además de, tener algunos puestitos de pinchitos, bebidas… todo muy bien aprovechado.

En lo que hacíamos algunas fotos por la zona del mercado, se nos acercaron algunos niños curioseando alrededor nuestro. La verdad que eran muy simpáticos y se quisieron sacar algunas fotos, estaban encantados. Hasta Juan se sacó una foto con ellos. Así de divertidos posaron todos para la cámara 🙂

Son realmente impresionantes los atardeceres, tuvimos la oportunidad de ver por 2 días seguidos las puestas de sol y sólo con eso merece la pena haber ido hasta ahí. Los colores que iba adquiriendo el cielo conforme pasaba el tiempo, volviéndose desde un tono anaranjado terminando en un rojizo. Mejor que palabras, fotos para que lo puedan ver. Y bueno, la foto de la derecha un tanto artística que me sacó Juan, como clamando al cielo. Hay otra foto que tiene él que nos sacamos de perfil que quedó bastante curiosa.

Luego lo suyo fue irse un rato a descansar al hostal y salir a cenar, aunque algo tardito. Decidimos pasarnos nuevamente por el mercadillo donde habíamos estado a la tarde y comimos en uno de los puestitos. Unos pinchitos de satay, unos calamares a la plancha y unos platos de arroz. El puestito en si, habían unas niñas cocianando los peces y todo, pero seguidas de cerca por la mamá que también estaba pendiente del negocio. Nos trataron muy bien, super amable la gente en Kota.

Después de la cena nos fuimos a tomar algo a uno de los pubs del waterfront y siendo sábado noche, investigamos a ver qué tal estaba la noche en Kota y descubrimos un par de sitios y gente interesante. Una noche surrealista, no Juan? pero valió la pena. Total que las chicas habían mirado para ir de buceo y a una isla al día siguiente, pero nos tuvimos que quedar finalmente, entre que nos acostamos algo tarde y que había que madrugar, pues no estabamos al 100%.

Pero bueno, siempre viene bien descansar y al día siguiente pues nos buscamos una excursión de buceo y snorkelling para hacer el lunes en la mañana, que sino, en Kota poco más podíamos ver. Y lo suyo es organizar excursiones de trekking, rafting, a algún parque… es un buen punto de encuentro y luego ir a visitar otros lugares.

Y esto como entrante, lo próximo el buceo…

A la vuelta de Kota..

Hola gente, la semana santa ya ha llegado, para unos antes y para otros algunos días después, pero ahora tendremos tiempo de descansar y desconectar un poco. Como destino hemos elegido Malasia, más concretamente en la isla de Brunei, un sitio que se llama Kota Kinabalu. Lugar tranquilito cerca de la playa y con naturaleza también, a ver que dan de sí estos días.

A la vuelta con más cositas, que tengo para contar de la estancia de Alberto por Hong Kong, de Kota… en fin. Nos vemos en unos días.