Hora del café

Esta sería nuestra primera visita a esta parte del país. Después de haber vistado hace tiempo la zona sur y centro, contando las Navidades de 2023 cuando fuimos hasta Da Nang en familia; esta vez nos dimos una escapadita en parejta hasta el norte a Hanoi. Y llegada la hora del café, había que buscar un sitio apropiado.

Ni que decir, que la lista de cafés en la ciudad es más que extensa y mi mujer ya iba con los deberes hechos puesto que había seleccionado algunos de los más populares o con mejor valoración. Yo a veces soy más de improvisar y seg´ún uno se vaya encontrando en lo que se va de paseo.

El sitio «Cong Ca Phe«en concreto estaba casi frente por frente a la iglesia de St Joseph. El local contaba con varias plantas, con lo que nos fuimos un poco más arriba y buscando una mesita en uno de sus balcones. Hubo suerte a pesar de lo concurrido que estaba.

Desde donde estamos sentados tenemos una buena panorámica de la calle para observar la actvidad diaria de los alrededores. Es un punto con movimiento por el que fluye el tra´fico y la gente de un lado para otro, pero no llegando a ser demasiado ruidoso.

Una estampa típica de la gente sellada en las sillitas de plásticos mientras disfrutan de su bebida preferida, bien sea fría o caliente. Como dato curioso: las pipas de girasol, el aperitivo preferido por lo visto 🙂

Este sería el primero de unos cuantos café que pudimos disfrutar durante nuestra estancia en la ciudad. Un paso de apenas 3-4 días pero que nos dejó con buen sabor y quien sabe si más adelante podamos repetir llevando a las niñas.

Por cierto, ¿quiénes conocen Hanoi? 🙂

El clásico hot pot

Algo que nos viene a la mente nada más hablar de Chengdu, es uno de sus platos más conocidos: el clásico hot pot. La estrella de la gastronomía local y que cuenta con infinidad de restaurantes en el que poder degustarlo.

La base principal es la sopa en la que vamos a cocinar los ingredientes que elijamos. Bien podemos pedir el caldero con una sola base de sopa o como es en este caso, pedir dos bases de sopa diferentes. Sopa picante o no, así podemos cubrir todos los paladares.

Y de niveles de picante es otro aspecto a tener en cuenta. Nosotros lo pedimos tirando a suavecito, que se notaba pero sin ser exagerado. Incluso las niñas también se animaron a probar un poco, jeje.

Duo de sopas

Entre los ingredientes de un clásico hot pot tenemos: carne, pescado, verduras variadas o tofu.

Carne y verduras

Muy currada la presentación de esta tabla de carne.

Tablita

Y aquí estamos manos a la obra después de haber dado buena cuenta de lo que habíamos pedido 🙂

Al ataque!

Como remate después del hot pot, podemos coger también algo de fruta (sandía, melon, naranja). Buen complemento para el paladar.

Ya a modo ilustrativo, la fachada del restaurante en cuestión. Nos quedaba bastante cerquita del hotel, situado al lado de centro comercial de Tai Koo Li.

Tanto nos gustó que repetimos una segunda vez. Lo bueno es poder reservar la mesa online para no tener que esperar por fuera del establecimiento, a tener en cuenta. No obstante el servicio muy eficiente y amable, además de con muy buen precio. Clientes satisfechos.

Espero que les haya gustado conocer cómo es el clásico hot pot. Y con el fresquito que hacía en la ciudad, un plato más que recomendable

¡Buen fin de semana!

Hola Singapur

Después de mucho tiempo sin visitar uno de los tigres asiáticos, tocaba una escapadita a la ciudad. Hola Singapur, han pasado más de diez años ya pero te recuerdo casi como si hubiera sido ayer.

“image
¡Hola Singapur!

Una ciudad que se presta a ser visitada porque suele ser un buen punto de encuentro en la región. Desde mi primera visita en los inicios de mi estancia en Hong Kong y luego en otras ocasiones con amigos en viajes siempre un poco fugaces.

La ocasión principal era para un curso de formación en la que me reuniría con algunos compañeros de la zona asiática. Una vez terminada nuestra jornada, poder disfrutar de algunos de los rincones más emblemáticos.

Me sentí como en casa porque tampoco fa´ltó la comida cantonesa con algo de dim sum. No hubo tiempo de visitar algunos de los puestos «hawker» tan típicos pero siempre se prestará para una nueva visita, sin duda. Casualmente había uno cerca de mi hotel que lo descubrí en lo que hacía un pequeño paseo nocturno al poco de llegar.

centro hawker

Y como no, una breve visita a Chinatown con los compañeros y poder degustar una buena cena estilo cantónes, para sentirse uno como en casa.

chinatown

Poder reencontrarme con amigos después de hace mucho como Dani o también Beñat, quien fuese compañero becario de mi promoci´ón en Tokio. Fue bueno poder `ponernos al día de nuestras respectivas vidas en un par de horas. Aprovechamiento máximo.

Me gustaría que en la próxima visita vayamos con las niñas porque seguro lo disfrutarían con la de cosas que tiene que ofrecer: zoo, parque de atracciones, la comida, los malls, los jardines… tengo claro que no sería para un fin de semana y la ciudad se merece al menos 4 días para poder ver lo más representativo.

No sé si tardaremos mucho en regresar pero espero que tengamos ocasión. Si no es este a´ño, igual para el siguiente. No es un adiós pero si un hasta luego.

¡Hasta la próxima Singapur!

Apunta y dispara

El otro día que pasé por una tienda de Log-On cuando los ojos se me fueron a esta sección de cámaras de carrete, ¿se acuerdan? muchos de nosotros nos iniciamos en el mundo de la fotografía hace ya la tira de años. Algo tan sencillo como el: apunta y dispara, aunque luego con el tiempo uno se da cuenta que es mucho más que eso.

A día de hoy estas cámaras evocan esa nostalgia del carrete. El proceso de abrir la tapa, colocar el rollo de película y esperar a sacar esa primera foto confiando que no se hubiese atascado 😀 hoy es todo un poco más fácil y apenas nos paramos a pensar en lo mucho que esto ha pasado a significar en nuestras vidas.

Y para las nuevas generaciones, igual les genera un poco de sorpresa y/o curiosidad. Seguro que más de alguno se quiere aventurar en el mundo del carrete y experimentar. Lo digital desde luego que es cómodo, pero lo convencional y esperar hasta que nuestras fotos estaban reveladas, tenía esa parte emocionante.

Ahora se me ocurre…y si compro una de estas cámaras y les dejo a mis hijas que disparen a ver qué consiguen captar. Ya tienen experiencia de haber usado una de tipo Polaroid y las que han podido sacar con el móvil; sin duda sería un buen experimento y luego a esperar a por el revelado.

Sí que ha pasado tiempo desde que con apenas 9 años tuve mi primera cámara con la que documentaría años después mis estancias en Inglaterra durante el verano. Los carretes de 36 volaban, y al final me venía con 4-5 pero luego de fotos aprovechables, eso es ya otra historia.