Si no fuera porque ayer me sucedió un hecho curioso, no habría caído en la cuenta de escribir un post con esta temática. Ahora es cuando me vienen a la mente las palabras de mi padre que un día me pasó en un mail, links relacionado con otro «Javier Sampedro».
Por ejemplo, si a uno le diera por hacer una búsqueda en Google con el nombre indicado anteriormente, nos saldrían los siguientes resultados:
Y en cabeza de los resultados, se encuentra: Javier Sampedro (http://es.wikipedia.org/wiki/Javier_Sampedro) de profesión científico y periodista, nada que ver con lo que yo me dedico. Es ahí cuando me han confundido con tal importante figura de la ciencia, que no deja de ser un honor para mi, sin duda.
He de decir que mi nombre completo es: Javier Ignacio Sampedro Hernández. Lo sé, un poquito largo, asi me hago distinguir, jeje. Y no veas cuando a veces tengo que rellenar alguna tarjeta de inmigración, por poco no me entra…
¿Puede que alguna vez alguien los haya confundido con alguna persona importante por tener un nombre de similar parecido? Esta es la primera vez que me pasa, y no deja de ser curioso y grato a la vez 🙂
A mi en Bogotá una vez alguien me dijo que me llamaba como el santo, así que busque en Google para ver a que se refería:
http://www.google.es/search?hl=es&q=gregorio+hernandez&btnG=Google+Search
Resulta que había un tal José Gregorio Hernández, médico y científico, que en latinoamérica es considerado por muchos un santo.
Ahora cuando me presento a las mujeres de aquí con mi nombre completo, tengo que aclararles que de santo no tengo nada, jajaja 😛
@Grego: Así que, además de médico y científico, un santo, jeje. Eres un diablillo 🙂
Curioso tu caso tambien. Ademas que, de la diferencia de edad con el otro personaje, no? serias toda una leyenda si siguieras vivo 😛
Gracias por comentar tu caso.
Un saludo!