Así a simple vista la siguiente fotografía no tiene nada de particular, o igual nos equivocamos. Una calle céntrica de la zona de Ximending por la que el tráfico resulta fluído y con edificios de pocas plantas de altura, hace recordar un poco al estilo de China continental. Un edificio con otro y en los bajos a modo de soportales tenemos tiendas, restaurantes o sitios de masajes. Es una zona popular, paso de turistas y gente local, con actividad desde el mediodía y hasta altas horas de la noche.
Mejor será que nos acerquemos un poco más y nos fijemos qué hay a la izquierda del cartel publicitario. Y sí, se trata de un templo que pasa un poco desapercibido, si estamos desde la otra acera nos llamará la atención al pasar por delante de la entrada donde hay una chica que vende flores para hacer ofrendas y podemos percibir el olor a incienso de forma más intensa.
Se trata del templo de Tin Hau en Taipei (台北天后宮), eso nos hace recordar que en Hong Kong también es una diosa muy popular y tiene cantidad de templos repartidos por el territorio, en Taiwán no iba a ser menos y además situado muy céntrico.
Nos encontramos ante la antesala, un poco más adentro están las estatuas de los dioses con sus altares. Hay algunas personas que recién predieron algunas varillas de incienso y dedicaban sus oraciones. La atmósfera no están demasiado cargada, menos mal, pero me imagino que en las festividades no habrá igual suerte, lo digo también por experiencias en otros templos.
Multitud de farolillos cuelgan del techo y tampoco faltan los motivos florales de la mano de orquideas dispuestas en distintos rincones del edificio.
Las representaciones de animales como el tigre, el elefante o el dragón; casi que parece a modo de pequeño zoológico y con réplica de algunas vivienda. A un lado y a otro de la sala principal.
Hasta el rey de la selva está presente, no podía faltar 🙂 desde luego que es de lo más variopinto, mezcla de lo tradicional y moderno.
Levantando la mirada vemos tras la estructura de los tejados las paredes de los edificios que lo rodean y nos hace volver a la realidad de la ciudad. Por momentos la tranquilidad y el ambiente solemne, hace que nos imaginemos estar lejos del centro, quizás en medio de la montaña y a modo de recogimiento.
Lo bueno del lugar es que no está masificado, que se agradece y también, al no ser demasiado grande se pondría imposible de gente. Siempre gusto de visitar los templos a las ciudades que voy y sentir un poco más de cerca las costumbres de la gente, es otra forma de aprender haciendo turismo.
Tin Hau está en todas partes 😉
No podemos descuidarnos, que aparece donde uno menos se lo espera jeje
Siempre me ha fascinado esa facilidad para tener edificio-templo-edificio con total naturalidad.
Al lado, de manera muy fea el anuncio de la fachada 🙁
No sé por cuánto tiempo llevará el templo en su lugar, pero igual no es tan viejo como uno cree. Buscar un sitio para la oración tampoco está mal, al menos es práctico para la gente de los alrededores y esté disimulado.
Realmente me ha sorprendido. Tremenda la jungla de símbolos que tienen montada dentro, con una fachada tan poco evocadora.
Uno no se lo espera hasta que está dentro, es otro mundo aparte.