Gente diferente

Otra de las cosas que más me llamaba la atención de Tokyo, era la mezcla de gente que se produce en algunos sitios. Sin duda, es una ciudad única en este aspecto, ya que, gente que te encuentres allí difícilmente la verás en otro lugar del mundo y quieras que no, es parte de la imagen de esa zona de la ciudad. En el puente de Harajuku, es donde se concentran en su mayoría.

Una cosa es verlo en fotos y otra estar a pie de calle y vivir el ambiente. Por supuesto, me estoy refiriendo a toda esta comunidad de: lolitas, gótic@s, freaks… Son como una atracción más de la ciudad.

Este sacado como de la Guerra de las Galaxias, con su complemento de espada laser y curiosamente no es japonés, que fue lo que más me chocó. Como algunas lolitas que ofrecían abrazos gratis, aunque sin mucha suerte…

Y todos ellos tan encantados de posar para las cámaras. Sólo fijarse la nube de turistas que había alrededor de ellos, y la gente no paraba de fotografiarles (yo incluído) desde todos los ángulos.

Para mi opinión, las dos próximas chicas, eran las que tenían más currada la vestimenta. Realmente increíble, el pelo, maquillaje, vestido… A veces uno se pregunta: ¿cómo lucirán sin todo eso encima? vestidos de forma más normal sin tanta ornamenta. Irán algunos a trabajar así?… aunque será más un pasatiempo que otra cosa, aunque seguro que para algunos será un estilo de vida. Todo bajo mi humilde opinión.

Con el calor que hacía ese día, bajo toda esta vestimenta, seguro que no lo estarían pasando bien. Que también se tiene que sufrir lo suyo.

Y como no, incluir otra tribu también interesante donde las haya, la de los rockeros. Melena larga y algunos con tupé, al más estilo «Grease», con sus ropas de cuero, peine en el bolsillo y petaca. Toma spray pal pelo… ptschhhhhhh!!!

Hasta con sus Cadillacs aparcardos, estilo americano de los 60 total. Véase el del tupé los bailes que se gasta, todo un crack de la pista, jeje.

Tokyo desde arriba

Haciendo caso de la Lonely Planet, en la zona de Shinjuku (antes de ir a Yoyogi), nos dirigimos hacia el edificio de Tokyo Metropolitan Government Office Building, que consta de 2 torres desde las cuales se puede tener una panorámica de la ciudad desde lo alto. Optamos por subir a la torre sur, hasta un altura de 45 pisos (unos 202 metros). Ahh! añadir que el acceso es totalmente gratuito y abren sus puertas hasta eso de las 6-7 de la tarde.

Una vez arriba, las vistas son realmente buenas, aunque el día estaba bastante soleado, había como una pequeña bruma que impedía divisar más a lo lejos. Según dicen, aunque no lo pude comprobar, en días muy claros se puede divisar el monte Fuji. Una pena no haberlo visto.

Como se aprecia en la foto, el tamaño de las casitas es más bien uniforme y siendo los edificios altos no muy numerosos, nada que ver con Hong Kong. También es cierto que el terreno es mucho más grande y se puede extender más a lo ancho que a lo alto.
Y a pie de calle, muy cerquita de las torres, había un mercadillo de objetos de segunda mano, y bastante animado por cierto. La gente curioseando entre los distintos puestos y quien sabe, igual terminan llevándose algo para casa.

Curioso el edificio que está al fondo de la foto que se encuentra en pleno proceso de construcción, y según nos comentó uno de los guardas en lo alto de la torre, será una futura escuela de modelos. Sigo buscando información para enterarme del nombre. ¿Beñat me ayudas? …

Parque de Ueno

Continuando con mi primer finde en Tokyo… después de descansar del largo día del sábado donde apenas dormí en el avión y haberme echado a andar para empezar a conocer la ciudad, ya estaba algo más descansado y además el día invitaba a salir. El domingo había amanecido un día muy soleado y había que aprovecharlo.

En el cuarto donde me estaba quedando en el hostal, compartía habitación con un chico mexicano, otro checo y una chica francesa; muy buena gente los tres, y estuvimos charlando buen rato por la noche antes de irnos a dormir. Fernando que es el chico de Mexico, pero que de hecho vive en Honolulu, como no tenía plan para el domingo, se vino conmigo a dar una vuelta por la ciudad y así de paso, conocer algun sitio que se había dejado por ver.

Nuestra primera parada fue la zona de Ueno, donde hay un parque bien bonito y con el día de sol que hacía, la gente estaba paseando por todos lados. Tuvimos la ocasión de presenciar un par de espectáculos, uno de ellos la mar de curioso. Se trataba de un chico que mientras bailaba y pinchaba música, pues también pintaba. La verdad no lo hacía mal del todo, y buena prueba la cantidad de gente que había a su alrededor curioseando como nosotros. Como prueba de ellos unas fotitos, sin duda, algo único.

Siguiendo con nuestro paseo por el parque, llegamos a la zona del estanque y cerca de él habían varios puestitos en los que vendían unas bolas en forma de… Doraemon y Hello Kitty. Curiosamente Beñat lo comentó hace poco en su blog.

Además de, un plato muy rico llamado okonomiyaki, como una especie de tortilla con huevo y col trocieda, y compuesto de: cebolleta, carne, calamar, camarones, vegetales, kimchi, mochi y queso. Una vez listo el okonomiyaki, este es cubierto con salsa, mayonesa y algún ingrediente extra a gusto de cada cual. Y aunque aún era temprano para comer, sólo de verlo nos habían entrado un poco las ganitas.

Y para sopresa nuestra, cuando ibamos de camino a coger el metro para movernos hasta Yoyogi, que queda casi al otro extremo de donde estabamos nosotros, pero bien comunicado a través de una línea JR que atraviesa el anillo de la línea Yamanote, vimos en el lugar donde estaba el pintor-dj, un grupo de acróbatas chinos que estaban realizando diversos ejercicios y nos quedamos para mirar un rato.

Realmente impresionantes los ejercicios, una demostración de coordinación, equilibrio y algunos de ellos, sobre todo mucha elasticididad.

Hasta con un látigo y todo… pobrecito el chico que se prestó a ayudar en la demostración, sino mirar su cara.. jeje. Cualquiera en su lugar hubiera puesto la misma cara :/

Llegada a Tokyo

Como ya comenté la semana pasada era mi esperado viaje a Japón. Con más de 2 meses de antelación había reservado el billete y luego el correspondiente planeamiento de la ruta a trazar, el alojamiento y demás… lo veía tan lejano, pero finalmente llegó.

El tiempo desde las alturas parecía bastante bueno, muy despejado y con un bonito color azulado. En cambio, una vez llegado a Tokyo el panorama fue algo distinto, el día me recibía lluvioso pero no por ello me iba a amargar mi llegada.

El sábado 31 de Mayo aterrizaba bien tempranito a eso de las 6.15 de la mañana en el aeropuerto de Haneda, situado al sur del centro de Tokyo y bastante bien comunicado, en apenas 20 minutos usando el monorail me encontraba en la estación de Hammamutscho, que además, es una de las paradas de la linea circular (Yamanote), siendo sin duda de lo más conveniente para moverse por la ciudad y visitar las zonas más conocidas.
¿Cosas que me llamaran la atención nada más llegar? Como no, las tan míticas máquinas expendedoras de bebidas, presentes en cualquier esquina que se tercie o en cualquier lugar insospechado pero siempre útiles cuando nuestro cuerpo precise de líquido para calmar la sed.

¿Ustedes quieren ver lo que es un metro de verdad? porque el entresijo de líneas de metro y no metro, o sea, de tren, es algo tremendo en esta ciudad, pero todas ellas sincronizadas al segundo, una puntualidad asombrosa, y después dicen de los relojes suizos, jajaja. Sólo basta con echarle un vistazo al mapa del metro de Hong Kong y compararlo con el de Tokyo, vamos a buscar diferencias 🙂

La verdad que a uno le impresiona la maraña de líneas, pero luego una vez uno se está moviendo de una línea a otra es bastante fácil orientarse, al igual que para comprar un billete. Haciendo uso del JR-Pass, uno se puede mover por todas las líneas de la compañía JR simplemente enseñando el pase y así sin más.
Una vez me orienté un poco, siendo aún bastante temprano, decidí hacer tiempo para llegar algo más tarde al hostal que había reservado para ese finde y poder dejar la maleta, y así, moverme con algo más de libertad por la ciudad. Era buen momento para empezar el día con un cafecito y también para planificar lo que iba a ser mi primer día en Tokyo.

Elegí el hostal Sakura situado en la zona de Asakusa, hacia el norte de la estación de Tokyo, apenas unas paradas más arriba. Lugar recomendable, con buen trato y ambiente. Y por apenas unos 3000 yenes ( menos de 20€ ), sólo hace falta buscar bien, ya que, iba con la idea de que el alojamiento en Japón era bastante caro, pero en general salí muy contento de todos los sitios que me quedé, iré comentando poco a poco.

Asakusa

Con la intención de visitar el templo Senso-ji, templo budista y el más famoso de la zona, además de, ser el más antiguo de Tokyo. Fundado en el año 628 por dos pescadores, los hermanos Hinokuma Hamanari y Hinokuma Takenari. Inicialmente pertenecía a la secta Tendai pero tras la guerra se volvió independiente.Posteriormente tras la Segunda Guerra Mundial fue reconstruido tras ser destruido casi en su totalidad. Simbolizó el renacer y la paz de la gente japonesa.

La zona es bastante tranquila, menos ajetreada de lo que es el centro de Tokyo, pero también con cantidad de tienditas donde comprar recuerdos y hostales cercanos donde alojarse con precios asequibles.

Y aunque el tiempo no acompañó mucho ese día, aún me quedaba mucho por ver, tenía que sacarle partido al finde en la ciudad y ver en su gran mayoría los sitios más interesantes, y sin duda la zona de Asakusa lo era. Suerte que al día siguiente volví a pasar y hacía un día espléndido, con lo que pude sacar algunas fotos mejorcitas 😀

Los alrededores del templo con sus jardines eran muy bonitos, con cantidad de rinconcitos con estatuas, un estanque con peces, puentecito…

Así que, tuve la ocasión de ver el templo y sus alrededores en sus dos caras, la soleada y la lluviosa. Cada una tiene su encanto, pero sin duda, estando con cámara, paraguas y mochila, algo más incómodo, donde esté un buen día soleado.

Siguiendo con mi recorrido por la ciudad, lo suyo fue ir en dirección hacia el sur, hacia el centro de la ciudad. Que mejor forma que caminar para conocer mejor las calles y saber moverse mejor. Me fui hasta la estación de Ueno y allí ya enlazé con la línea circular hacia Akihabara.

Akihabara

Más de algun@, seguro que conocerá esta zona y por qué es tan famosa… no obstante, decir que en esta parada es donde se encuentra «Akihabara Electric Town» o lo que viene a ser lo mismo, que la mayor concentración de tiendas de electrónica y gadgets del mundo, además de, videojuegos, manga y entretenimiento en general.

Cantidad de tiendecitas de componentes electrónicos, ordenadores, móviles… edificios de 8 plantas repletos de gadgets, sin duda, el paraíso para cualquier amante de todo este tipo de dispositivos y entretenimiento. El colorido de los edificios, la gente… merece la pena visitarlo, aunque siempre habrá gente que lo disfrute más que otros, sin duda.

Más videojuegos, manga… de todo para todos. Yo como no soy muy aficionado al manga o anime, pues para dar un poco de envidia a alguno de mis seguidores, jeje 🙂

Aproveché para comer algo, que ya iban siendo horas, y que mejor sitio que Japón para comer sushi, mmmmm!! si es que es un empezar y no parar, entra tan bien, y acompañado de tu tazita de té y esa salsa de soja con wasabi, arrrr 😛

Ginza

Y después de haber recargado las pilas con un buen sushi, rumbo a Ginza, zona comercial por excelencia. En ella te podrás encontrar cantidad de grandes almacenes, boutiques y restaurantes. Quizás no mucho que contar sobre esta zona, sino recorrer sus calles y curiosear tiendas. No estuve tentado de comprar nada, aunque en el edificio de Sony, había «juguetitos» interesantes, jeje. No me olvido de los que han sido seducidos por la manzana…

Calles cerradas al tráfico por donde la gente circulaba paraguas en mano de tienda en tienda. Y todas las marcas de lujo por excelencia, como: Louis Vuitton, Gucci, Armani… como en Hong Kong pero más a lo bestia, jeje.

Y para terminar el día, intenté acercame al Palacio Imperial, pero luego me enteraría por Beñat que está cerrado y sólo lo abren un par de veces al año. De todas formas, me estuve dando una vuelta por el parque de Hibiya, estaban celebrando incluso un Octoberfest, si, por raro que pueda parecer, en mayo. Dicho parque situado en el distrito de Shinbashi no muy lejos de los jardines de la zona este del Palacio Imperial.

Aprovechar para sacar algunas fotos de los jardines del parque y curiosear por los alrededores. Como no pude ir al Palacio, y ya estaba algo cansado, eran como las 6 y algo de la tarde, era buen momento para ir de vuelta al hostal y descansar para continuar el día siguiente que aún quedaba ciudad por ver.

Aún queda más Tokyo por descubrir… seguiré informando, que este país da para rato 🙂