¡Viva la oliva!

Una de las cosas que me sorprendió usando el metro de Sydney fue encontrarme con semejantes cartelones publicitando las aceitunas de España. La primera vez que veo anunciando de forma tan llamativa productos españoles por fuera de nuestras fronteras.

Espero que la campaña dé sus frutos y los aussies se estén animando con la oliva española, que bien rica y apreciada que es por el resto del mundo. Hasta el otro extremo del mundo llegamos, para que luego no se diga de los productos españoles sin ser vinos o aceites.

Por cierto, para aquell@s que andan viviendo por fuera de España, ¿se nota la promoción de productos españoles en vallas publicitarias, medios de transporte…? Ahí dejo abierta la pregunta.

Las calles de Sydney

¿Se pensaban que me había olvidado de seguir posteando sobre mi viaje austral? ni mucho menos… entre que estaba con el examen de chino y demás cosillas, con poco tiempo para sentarme y seguir contando este gran viaje, eso sí, poquito a poco, para no empachar.

Una de las cosas que más sorprende nada más llegar a Sydney, es la arquitectura. Y no es que sea un especialista, pero llama la atención lo bien conservado de los edificios y el colorido de los ladrillos. En lo que se refiere a edificios altos, no es lo que predomina si lo vamos a comparar con Hong Kong por ejemplo, las casitas como mucho de 4 plantas de media y a cada cual más cuidada.

Empezando por la zona cerca de la estacion de Central, como a unos 10 minutos caminando nos encontramos con el Paddy´s Market, lugar de paso obligado para recorrer sus puestecitos y hacer las compras de souvenirs de última hora, pegadito a la zona de Chinatown.

Según seguimos subiendo hacia el norte del centro de Sydney, el siguiente punto de parada es: Darling Harbour. Primer contacto con la actividad marítima, respirar el ambiente del waterfront con sus terrazas y restaurantes. Un gran espacio por donde pasear, sentarse a contemplar el puerto, montarse en un barquito o una lancha rápida… lo dicho, si uno se aburre, es porque quiere.

Otra cosa que ayuda en Sydney, no solo por el centro, las distancias a mi me parecieron cortas. Yendo desde Chinatown a Circular Quay se tardan sobre 30 minutos mientras se callejea, se descubren más rincones, tiendas, food courts, curiosidades… merece la pena patear para conocer la ciudad más a fondo.

Durenta el recorrido en dirección hacia Circular Quay, hacia el norte de la ciudad (desde donde se aprecian las bonitas vistas del Opera House y el Harbour Bridge) se pueden ir descubriendo edificios a cada cual más llamativo, bien sea por sus formas o por los colores de su fachada. A mi me hacía transportarme a otra época, a pesar de estar rodeados por algunos edificios más altos y modernos.

Yo creo que la mezcla de tradición y modernidad lograda en Sydney, es un ejemplo a seguir por muchas ciudades. Tiene aire inglés, pero sin ser inglés… rascacielos en la zona financiera pero no en abundancia. Se respira un ambiente pausado, se nota en la gente, en el tráfico… Sin duda, una atmósfera única.

Más entrañable aún la zona de The Rocks, muy pegadita al Harbour Bridge dejando atrás Circular Quay. Conjunto de calles chiquitas, estilo colonial y lugar donde se inició la actividad en la ciudad de Sydney, donde los primeros colonos se asentaron y con el tiempo fue dando paso a la ciudad que conocemos hoy en día. Sitio más que recomendable. Sus tiendas, pubs, restaurantes, mercadillos de finde… variedad para todos los gustos.

¿Quien diría que la foto anterior se trata de Sydney?… el atardecer iba cayendo sobre la ciudad. Aunque el día estaba siendo largo se le estaba sacando provecho, y lo que quedaba por descubrir, pasar de nuevo por los mismo lugares, apreciar los detalles y sobre todo: con mucha calma, estilo aussie 🙂

Primeras impresiones

Después de un viaje largo por delante, por fin había puesto pies en Australia. Aún me parecía mentira que estuviese allí, y parece que está cerca… ni mucho menos, pero más cerca que desde España desde luego. La verdad que es un gran privilegio haber podido darme el salto a este gran continente.

Por delante tenía 8 días para poder conocer los rincones de Sydney y de Cairns. Mi itinerario fue el siguiente:
  • 8-10: Finde en Sydney. El día 10 tempranito poner rumbo tempranito a Cairns.
  • 10-13: Estancia en Cairns -> excursión al rainforest y la Gran Barrera de Coral.
  • 13-16: Vuelta en Sydney -> Descubrir nuevos rincones y repasar de nuevo las calles de la ciudad.
El alojamiento debidamente atado antes de mi llegada, y el resto de cosas irían surgiendo sobre la marcha. Aunque por el alojamiento no suele haber problema, ya que, en los propios aeropuertos o terminales de guaguas, disponen de un directorio con los principales hostales del lugar, permitiéndote llamar de forma gratuita y hacer una reserva nada más llega. Sin duda, muy útil para los que hubieran dejado para última hora.

Para ir abriendo boca, como no podía ser de otra forma, el edificio del Opera House.

Y el Harbour Bridge. Ambos elementos, sin duda un referente en la ciudad de Sydney.

El primer día por Sydney había dado para mucho, recorriéndome la zona llamada «Circular Quay», situada al norte de la estación central de trenes, tan sólo 30 minutos a pie. Pasando previamente por «Darling Harbour» y «The Rocks». Con calma las iré detallando en posteriores posts, no quiero empacharles de una vez, jeje.

Realmente, el centro-centro de la ciudad tiene todo muy a mano y se pueden ir visitando las zonas más interesantes con un agradable paseo.

Tiendas, edificios antiguos, centros comerciales, restaurantes, terrazas al aire libre… Se nota que el ritmo de la ciudad es uno totalmente distinto al que uno se encuentra por Hong Kong. Todo más pausado y especialmente más aún en un fin de semana, que se nota.

Poder disfrutar de la brisa del mar, las vistas y nuevamente, caída la noche, la magia que desprende el Opera House. No me cansaría de contemplarlo desde cualquier ángulo.

El día había sido largo pero muy bien aprovechado, y eso que mi aventura australiana estaba apenas comenzando. ¿Qué me depararían los siguientes días?… Lo irán descubriendo.