A falta de no haber pasado por la ciudad de Maranello que es la cuna de la marca Ferrari, me pude consolar con la tienda que había en el aeropuerto de Malpensa. Llevado por la curiosidad no me pude resistir a entrar y curiosear un poco. Y nada más entrar: «un zumbido de Fórmula 1» nos daba la bienvenida.
Dando un vistazo entre algunos de los artículos tenían: tazas, bloc de notas, gorras, camisetas… no les faltaba variedad. Con los colores amarillo y rojo tan característicos dominando. Y entre tanto, había algunos elementos intercalados del mundo del motor como: un volante de un modelo antiguo o un cigüeñal en uno de los escaparates.
Éste era el rincón de la tienda más goloso de todos, qué indecisión! entre los polos, las gorras, algunos coches a escala.. finalmente me probé una camiseta y listo, compra hecha y tan contento con mi souvenir de il cavallino rampante 🙂
Lo suyo hubiera sido hacer una visita a las instalaciones cerca de la casa Ferrari o la casa museo. Una tarea pendiente que dejaré para un próximo viaje si surge la ocasión, y es que en Italia se respira mucho mundo del motor y para un aficionado como yo del mundo de las cuatro ruedas hubiera sido lo más. Más adelante..