Cuando se nos viene a la mente la palabra «dumpling«, siempre tendremos presentes sus variantes: al vapor o fritos y también en sopa. Uno de los platos más conocidos en la cocina asiática y que adopta varios nombres en función del lugar, viniendo a ser lo que para nosotros son las empanadillas en cierta forma.
Cada dumpling tiene su momento, bien si queremos disfrutar de una ración para nosotros solos junto con unos fideos (wonton) o bien si vamos con alguna gente más y se piden algunas raciones para compartir, a ser posible pedir de ambos para así tener contentos a todo el mundo. Es costumbre que se acompañen con un toque de vinagre de arroz o aceite de chile, pero eso ya a elección de cada cual. Yo soy más de comerlo tal cual lo traen y poder apreciar mejor el sabor del relleno.
Aunque ya he comentado que la gente es más de comprar productos del día, no me negarán que es muy cómodo el poder disponer de unos dumplings en casa sin tener que ir al restaurante, ¿verdad?
A la hora de elegir, desde los clásicos con carne y verdura, bien con gambitas o también si nos apetece alguno cien por cien vegetal. Según nos indica el supermercado, la marca «Wan Chai» dumpling es la más popular en una reciente encuesta; no obstante tenemos un par de marcas más con lo que nos aseguramos de ir variando según nuestros gustos.
En casa siempre tenemos alguna bolsita o dos en nuestro frigorífico por si se tercia; bien sea para una cenita rápida o quizás para matar el gusanillo a media noche, porque más de una vez a mi novia se le antojaba algo de comer (creo que ese día cenó muy suave) y lo mejor fue recurrir a unos dumplings salvadores, o sino también tirar de los «cup noodles» y en último remedio siempre podremos ir al 7-11 más cercano.
Tengo que reconocer que los echo de menos cuando voy a España aunque sea por apenas unas semanas. ¡Marchando una de dumplings!