En Taipei no hay esquina por la que uno pase donde no vayamos a encontrar un sitio interesante para comer algo. Así nos ocurrió estando en Ximending después de un rato dando vueltas en busca de una tienda concreta para un encargo que le habían hecho a mi novia y viendo que no la encontramos, decidimos hacer un alto en el camino. El desayuno había sido ligero con un cafecito y un waffle, con lo que al cabo de un par de horas ya se apetecía algo.
Nos llamó la atención el movimiento que había en el sitio, los cocineros casi con un pie en la calle preparando los platos que luego distribuían los camareros entre las mesas. Nos acercamos a curiosear; se puede apreciar que no era un restaurante bastante grande, una esquinita prácticamente y con no más de 10-15 mesas en su interior. Así que, el compartir mesa está a la orden del día como suele ocurrir en otros sitios de Asia.
Seguro que de esta foto ya se hacen una idea de qué va la cosa. Un niño en plena operación mientras que su padre teléfono en mano a la caza de una foto 🙂
Pues si, un sitio de fideos pero no uno cualquiera porque había un plato que era la estrella..
Y era la carne de pato que venía a continuación. Como se podía pedir por raciones, decidimos pedir una media que resultó ser bastante y así los trozos finales me los terminé yo mientras mi novia daba buena cuenta de los fideos.
Un gran descubrimiento y la escusa perfecta para irnos con el almuerzo puesto, nos daría cuerda para rato. La sopa no era demasiado pesada, acompañada con brotes de soja y verdurita. Y el pato estaba muy jugoso con el puntito de la piel, brutal.
Ciertamente con el nombre del sitio no me quedé pero no tengo duda que sabría ubicarme y llegar hasta él. A lo mejor Robert ha estado y nos sabe indicar con mejores señas.
¡Buen finde a todos!