Los lichis son una de esas frutas que no hay que dejar de probar. Su frescor y dulzor seguro que atraparán a más de uno. ¿Y qué les puedo decir cuando uno puede ver los lichis de cerca? algo que a simple vista no nos fijamos pero que resulta muy interesante conocer. El lugar donde están las plantaciones, la mejor época del año para recogerlos y también el proceso de selección.
Una maravilla estar en medio del campo rodeado de árboles y con toda la tranquilidad del mundo. Tan sólo algunas torretas eléctricas que se entrometen en el paisaje, pero poco más. Una finca de considerables dimensiones que está escalonada en varios niveles con árboles y más árboles.
En lo que vamos paseando por la plantación avistamos unos que están cerca del camino pero aún no están maduros. Es cuando han adquirido ese color rojito característico, aún así hay que saber y dejarse guiar por los que saben más del tema.
Es época de recolección y el personal se afana en ir separando los mejores para luego preparar las cajas que saldrán a los puntos de venta.
Estos están listos para comer, así que con el visto bueno de uno de los recolectores. Tiramos un poquito y se suelta de la rama; pelarlo siguiendo una raya que se «dibuja» en su perímetro, la cáscara se abre en dos y listo para comer. La pipa central es casi mínima e incluso hay una variedad que viene ya sin pipa, más fácil aún.
Una fruta muy apreciada y que hace la delicia de muchos en la época más calurosa del año. Basta con que los dejemos en la nevera para que cojan algo de frío y disfrutar luego con su dulzor. Y si no han probado un Martini con Lichi, no saben lo que se están perdiendo.
¡Feliz fin de semana y comienzo de mes!
Exacto. Una fruta muy sabrosa.
Diría que de mis preferidas en el verano junto con la sandía 🙂 gracias por comentar Eligio.
Alucino con la cantidad de frutas distintas que hay en Asia y América
Todo un paraíso, y que con el tiempo seguro van llegando más a España para que la gente puede descubrirlas.