Siguiendo al hilo del post de ayer, y descubriendo cositas nuevas. Uno no termina de descubrir un lugar y a pesar del tiempo o las veces en el que hayamos estado nos puede sorprender gratamente. Yendo por las callecitas de camino al mercado más cercano en un interesante paseo. Un recorrido poco habitual puesto que siempre habíamos ido por la carretera principal, pero esta ruta tiene mucho más encanto.
El recorrido
Yendo un poco rezagado me daba tiempo de ir fijándome en los detalles de las construcciones al paso de las callecitas. El camino sin mucha pérdida a no ser por un par de giros a la izquierda y derecha pero nada laberíntico. Se imaginan cómo sería la vista desde un dron? tiene que molar 🙂
Echando la vista atrás es como echar una mirada atrás en el tiempo. Así a ojo no sabría calcular cuánto tiempo lleven en pie algunas de estas casitas pero diría que algunas más de 50 años y me atrevo a decir que puede alguna sea centenaria incluso. No obstante, en las zonas rurales las cosas se suelen deteriorar más rápido.
Callecitas
El motivo que muchas de ellas estén deshabitadas es que las familias se mudaron a otras zonas algo más espaciosas. Una pena que no se pueda hacer nada para darles una nueva vida a estas casitas. Igual tarde o temprano ya no queda nadie y quien sabe si de paso a nuevas edificaciones de casitas más modernas.
Vista al pasado
La vegetación es la protagonista en muchas de ellas, invadiendo el interior. También se me ocurre que podía ser un buen lugar para jugar al escondite, uuuhhh!
Este fue uno de los pasillos que más me gustó entre el entramado, parece sacado de una aventura gráfica y todo.
Cómo cambiaría la cosa si esta casita estuviese renovada, ¿verdad? al menos es alguna de las que aún siguen habitada. Una de las casitas más señoriales del paseo.
Visto así de cerca, podríamos decir que estamos ante un antiguo templo de indonesia. Justo me dí cuenta después de haber exportado la foto y el detalle.
Poco a poco nos vamos acercando a la salida después de haber pasado por las callecitas. A pesar de ser mediodía, muy poca actividad se notaba aunque también puede ser que la gente estuviese ya afanada con la hora del almuerzo. Mientras tanto nosotros ibamos de camino al salón de peluquería para que las mujeres se dieran un buen lavado de cabeza después de haber dejado pasar los días de rigor por eso de no «lavar» la suerte.
Esta es la puerta de entrada a la ciudadela, si podemos llamarla así. Un recorrido bastante pintoresco y que hizo el día mucho más interesante.
Damos así por concluido este breve paseo en el tiempo. Callecitas y casitas del pasado que nos acercan un poco la historia del lugar y sus tradiciones. El movimiento del campo a la ciudad y el momento en el que las familias se reunen cuando llega el Año Nuevo Chino, porque los orígenes nunca deben perderse.
Como molan estos sitios 🙂
Y eso que sólo fue una pasadita. Creo que si hubiera invertido un poco más de tiempo entre callecita y callecita, seguro descubro más esquinas interesantes. Qué tal va la experiencia de los barrios?
Un saludo!
Un lugar con mucha solera, sin duda. Así da gusto dar un paseo.
Ya tengo plan para el próximo año y poder explorar un poco más 🙂