Algo inevitable

Somos animales de costumbres y más si a la hora de comer tenemos varios sitios a los que solemos ir durante la semana y habiendo uno de ellos en el que repetimos, es mi caso al menos. Cuando hay un sitio donde a uno lo atienden bien y la relación calidad/precio de la comida es razonable pues es normal que nos guste repetir, ¿verdad?

Sin embargo, hay días que salgo de la oficina y digo: «¿Y hoy qué será de comer?» entonces es cuando caigo en la cuenta de algunos sitios que tengo anotados mentalmente desde hace tiempo para ir pero entre una cosa y otra pues es algo inevitable que uno se olvide y el tiempo pase.

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A ver si este plato de «char siu» pasa la nota de corte 🙂 En lo que respecta al servicio, bastante eficiente y amable. Y buen dato es que tengan el menú en inglés aunque más o menos me apaño si ya sé de entrada el plato que me gustaría pedir.

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Sería que llevaba ganas de comer puesto que había tenido que ir a hacer unas gestiones por la zona y antes de regresar a la oficina decidí hacer un paradita para comer. Y vaya si me supo el plato. Después en lo que me terminaba el cafecito con hielo me dio por dar un vistazo al menú y junto con lo que observé que iban pidiendo otras mesas, algunos platos bastante apetecibles; así ya sé para la próxima.

Curiosamente le comenté a una amiga que trabaja por la zona si conocía el sitio y me dijo que suele ir a veces a desayunar antes de ir a la oficina; está bien saber que si se tercia para un té con leche y un sandwich de huevo para empezar el día, sienta de maravilla.

Uno de esos sitios con tradición en el vecindario y que habían pasado más de 7 años pasando en cantidad de ocasiones por su puerta, pero no fue hasta hace poco que finalmente les hacía una visita que tenía pendiente. Y claro que repetiré.

Para ver su ubicación pueden ver los detalles aquí