Pequeño HK

En muchas ocasiones les he hablado del sur de la isla de Hong Kong pero bien sin profundizar demasiado en la historia. Curioso es el caso de Aberdeen, zona que comprende: Aberdeen, Wong Chuk Hang y Ap Lei Chau. Para principios del siglo 19, los extranjeros que llegaban a ese lado de la isla se confundían pensando que el lugar hacía referencia a la isla en su totalidad. Confusión entre el poblado de Hong Kong y Aberdeen mismamente, que se denomina «Heung Kong Tsai (香港仔)» o lo que viene a ser, Hong Kong en pequeño.

Una zona eminentemente pesquera y donde también los árboles de incienso procedentes de los Nuevos Territorios, se trasladaban a otras ciudades de China. Muchas embarcaciones de pesca y una estructura que destaca principalmente, el restaurante Jumbo que lleva en pie desde el año 1976.

Y desde aquel entonces hasta nuestros días, el Jumbo sigue contemplando el paso del tiempo y viendo cómo sus alrededores se han ido transformando poco a poco. Modernos y más grandes barcos ocupan ahora la zona del puerto pero siguen habiendo pequeños sampanes que hacen de transporte para los turistas y gente de la zona que quiera acceder a sus barcos.


 

Y nuevos bloques de edificios que gozan de buenas vistas al puerto, además de ser una zona bastante tranquila ya que está un poco alejada de la carretera principal. No es mal sitio para vivir ¿verdad?

Es también en estas aguas en las que suelo entrenar los días de semana con el equipo de dragonboat, y no somos los únicos, se llegan a juntar unos cuantos equipos y a veces hasta hacemos alguna carrera entre nosotros para ponernos a prueba.

Aberdeen sigue guardando la esencia de los días pasados aunque ya son menos las familias que se dedican completamente al mundo pesquero, muchos han ido cambiando de orientación con el paso de las generaciones. Basta con echar la mirada atrás y ver la época dorada en la que sus muelles rebosaban actividad, imaginar menos construcciones y los barquitos de pesca de un lado a otro. Si nos vamos un poco más hacia el interior en dirección a Ap Lei Chau, podemos encontrar la zona comercial y con varios restaurantes, algunos de ellos punto de encuentro para algunas cenas de pescadores a las que hemos asistido. El pequeño Hong Kong sigue más vivo que nunca y mejor conectado estará cuando se termine la extensión de la línea sur de la isla que tendrá parada en Wong Chuk Hang.

Hong Kong sur

En ocasiones les he contado acerca del sur de la isla de Hong Kong, aunque creo que permanece como un sitio poco explorado y con tan sólo unos pocos puntos de interés como pueden ser Stanley o Aberdeen. No muy lejos de este último, nos encontramos como la zona de Ap Lei Chau, el cual es un pequeño islote que hasta hace poco era desconocido para mi. Tan sólo había escuchado su nombre o de haberlo visto escrito bien el periódico o en algunas rutas de guagua.


Ver mapa más grande

Como se ve en el mapa, su tamaño es bastante chiquito pero un espacio bastante aprovechado como se suele dar aquí. Bastante bloque de edificios que se concentran en él pero un lugar alejado del ruido y que me pareció tranquilo para vivir, y para nada mal comunicado. El estrecho de agua que separa Aberdeen de Ap Lei Chau está repleto de barquitos de pesca, una de las actividades principales en esta zona de Hong Kong aunque ha ido decreciendo poco a poco.

Tiene un paseo muy agradable a lo largo de la costa, además, cuenta con una zona para hacer ejercicios y un trazado de 400 metros con ligera pendiente para que la gente pueda correr. Un sitio perfecto también para que tenga lugar una carrera de dragon boat, motivo por el que estaba allí y qué mejor forma para conocer un nuevo sitio de la ciudad.


 

Allí estuvimos prácticamente todo el día, descansando entre carrera y carrera en la caseta resguardándonos del intenso sol. Una carrera fuera de temporada pero una buena práctica y ver que los resultados acompañaron alcanzando una de las finales, teniendo en cuenta que estaban los mejores entre los equipos de pescadores; les plantamos cara hasta el final. Ni que decir que al día siguiente el cuerpo estaba de molido. Qué mala es la falta de ejercicio y lo desagradecido que es el cuerpo a nada que uno deja de hacer deporte, jeje.

Parecía que el día quería acabar más temprano que de costumbre, pero tan sólo era un amago con algunas nubes. Cogiendo la ruta de la guagua nº 90 que me dejaría de vuelta en la estación de Hong Kong mientras cruzaba el puente que une a la isla.

Dejando atrás el pequeño lugar y con buen sabor de boca. Nunca mejor dicho, porque en la panadería local los bollos que compré estaban súper buenos, tanto que repetí comprando algunos antes de marcharme.

Terracota

 

Con motivo del 15 aniversario de la región de Hong Kong y en colaboración con el gobierno chino de la región de Xi´an, se ha inaugurado hace poco una exposición en torno a los guerreros de terracota que tanta admiración siempre han causado desde su descubrimiento casual, en 1974, por unos agricultores que excavaban un pozo de agua, topándose con los primeros restos. Con el paso de los años saldría a la luz el resto de figuras y en el año 1987 pasaría a ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
 

No obstante, no es la primera muestra que se lleva a cabo en la ciudad, ya que, hubo una similar hace ya diez años pero en la actual se cuenta con modernos modelos y animaciones en 3D que nos harán viajar un poco más en el tiempo para saber cómo fueron descubiertos y algunos de los secretos de esta impresionante conjunto.

Algunas réplicas en yeso colgaban de las paredes en las que se proyectaban imágenes, además, el público asistente antes de entrar podía tomarse una foto que luego sería introducida en la animación de muchos pequeños guerreros que salían en algunas animaciones.
 

A través de distintas capas se iba explicando cómo habían sido pintados y las características de cada uno de los guerreros. Hechos a tamaño natural, con una estatura de 1,81m.
 

En el apartado interactivo y adaptado a los tiempos, había un modelo más pequeñito en el que el visitante podía decorar a su gusto al guerrero. Éste que vemos en primer plano tenía unos colores muy pop desde luego 🙂
 

Esto tan sólo era a modo de introducción para irnos situando en la historia de este hallazgo. A continuación se pasa a una sala donde tenemos la sensación de estar bajo el nivel de la tierra, en el mismo lugar donde fueron descubiertos. Una vista de 360 grados rodeados de hombrecitos virtuales. Lo mejor estaba por llegar, poco a poco, nos vamos metiendo más en la época del primer emperador. Situándonos con un mapa en el que se representa la división del territorio en aquel entonces y como protagonista Qin, lugar donde se ubicaría el primer palacio del emperador, del cual veríamos un modelo a escala.
 

 

A continuación, detalles de la construcción del mismo como son las tejas y los grabados que lleva cada una con distintos motivos decorativos como unos soles.
 

Seguido de elementos del día a día como pueden ser vasijas, tiradores de puerta, un colgante en forma de dragón o una figura en miniatura de un caballito.
 

 

 

 

O sin olvidarnos de esta plancha para acuñar monedas.
 

Pero sin duda de lo que más me llamó la atención fue los detalles de las armaduras. Con hasta un total de más de 600 piezas de piedra de forma cuadrada y todas unidas formando una malla perfecta, pero con un peso de 18kg; ahí es nada.
 

 

Son increíbles las expresiones de los rostros de cada uno de ellos y son todos distintos. Todos bien agrupados según distintos rangos, con distintos detalles en las vestimentas, a pie o con su caballo al lado. Es impresionante la formación de todos ellos juntos, aunque claro, aquí tan sólo estaba una pequeña muestra con algunas de las figuras más representativas.
 

Merece la pena verlos de cerca.
 

 

Ya por último y antes de finalizar la exposición, nos encontramos con una pequeña maqueta en la que se contaba con escenas el proceso de fabricación de cada uno de estas figuras. Un proceso de lo más complejo y lleno de detalles. Primero trabajando la arcilla…
 

y luego ir dando forma a las distintas partes que comprenden cada guerrero. En este caso, creo que se trata del tronco del cuerpo. No tendría que ser nada fácil luego el montaje, pero para aquel entonces se ve que ya sabían lo que era una buena cadena de montaje y eso estamos hablando del 2000 A.C.
 

Si están de paso por la ciudad y quieren tener un plan distinto, no dejen de acercarse por el museo. Eso sí, conviene comprar las entradas con antelación a través de la web www.urbtix.com y al precio de 10 HK$. El legado del emperador y sus guerreros sigue más vivo que nunca.

 


Ver mapa más grande

 

Pegadito

 

Una prueba de la convivencia y compañerismo. Lo que tiene ya unos años aguanta en pie mientras que a su lado se alzan nuevas y relucientes construcciones. Dos edificios en el centro, situados en una de las arterias principales de transporte como es Des Virus Road. Paso constante de vehículos y peatones. En especial para los que van a pie y que tienen ocasión de pararse en cualquier momento y mirar a su alrededor. Es un camino habitual que tomo cuando tengo que hacer algunas gestiones por la zona.

No pasa desapercibido el contraste entre edificios. Esta pareja es un ejemplo. En concreto el edificio de la izquierda, que por lo que dice la fachada, data del año 1940 y es el de una casa de empeño.
 
image

Los edificios históricos como este no tienen una presencia tan habitual como años atrás. Por suerte, algunos como el banco de China siguen en su ubicación de siempre o bien otros fueron trasladados, como es el caso de Murray House que está en el sur de la isla, Stanley.

Seguro que edificios como este no desaparecerán. Puede que un día el pawn desaparezca y éste se vea reconvertido en otro negocio pero sin perder su decoración. Es más, no le vendría mal un lavado de cara y una manita de pintura para resaltar su fachada, aunque ya sabemos lo malo que resulta el tráfico de la zona.

No dejen de levantar la cabeza en más ocasiones y descubrir edificios peculiares que parecen estar escondiditos. Mucha verticalidad en la ciudad pero los humanos que somos animales de costumbres, terminamos por no mirar más arriba de nuestros ojos, no es así? 🙂